domingo, 16 de septiembre de 2018

Un trabajo técnico perfecto.


Koshi Jime: El martes próximo pasado me tuve que rendir sin poder intentar nada ante esa técnica ejecutada con efectividad y máxima calidad técnica. ¿Qué tiene de especial que haya pasado? Muchas cosas.                                                                                  

Para empezar mi compañero, lo es desde hace tres años meses arriba, meses abajo, ha soportado durante todo este tiempo mi trabajo de Judo sufriendo especialmente en Ne Waza, Judo suelo. Infinidad de Randoris en los que no encontró una grieta; me inmovilizo alguna vez, pero era una magra recompensa para tanto trabajo. Nunca consiguió hasta el martes, una técnica limpia, efectiva y clara pero no dejo de trabajar, escuchar, aprender e intentarlo.
Incluso cuando la nubecita convertida en tormenta le cegaba haciéndole quedar desarbolado con la mente en blanco, persevero. La frustración le socavaba inclemente, la sensación de que yo era imposible de someter amenazaba con llenarle la cabeza haciéndole olvidar que nadie es imbatible llevándole a no poder ver los caminos a seguir.
Mucho trabajo, mucho sudor, muchos Randoris sin guardar ropa, mucha fe y práctica de técnicas variadas, intentos, pruebas…ensayo y error sumados a que perdió peso sensiblemente, se ocupó de ir al Dojo antes de hora y en días que no hay Judo como clase al uso para ponerse en manos del Sensei que va todos los días, consiguiendo de esa manera fortalecerse físicamente lo que le endureció mental y espiritualmente adoquinando el camino que le llevaría el martes a conseguir que me rindiese sin paliativos, le resultó fácil y que conste que yo no me deje. En Tachi Waza, Judo pie hace tiempo que ha mejorado sensiblemente volviéndose difícil y exigente; le faltaba mejorar en Ne Waza y a tenor de lo visto, lo está consiguiendo.

Con lo relatado ya sobra, es más que suficiente. Pero hay algo más que quiero compartir con ustedes. No es que me ganó con facilidad; es que me engaño con habilidad, fue inteligente, práctico; ejecutó una estrategia perfecta pues no me dio una sola oportunidad de escapar cuándo cerró el dogal.   

Al poco de saludar consiguió quedar encima su pecho sobre mí cabeza y en ese instante supo lo que haría y cómo, por primera vez tenía una jugada clara, un camino a seguir y no dudo: agarro mi Judogui con ambas manos, una de cada lado de mi cabeza conmigo boca abajo y pivoto para quedar de mi lado derecho poniendo énfasis en la izquierda para que yo reaccionase flexionando mi pierna izquierda para evitar que me girase sobre mí mismo preparándome para que su derecha pudiese cazarme. Y caí en la trampa. Si me muevo para el otro lado me habría girado e intentado inmovilizarme, pero nunca espere Koshi Jime que solo era factible por el lado que la hizo, la mantuvo escondida hasta que fue tarde para mí; de haberlo intuido me habría puesto en cuatro patas he intentado girar hacia él agarrándole el pantalón para frenarlo. Perfecto.

Un trabajo técnico perfecto. No me dejo opciones, me engaño y consiguió imponerse limpiamente. Es tan importante, tan determinante, como elegir el momento, los desequilibrios, las posturas, los agarres, la velocidad, la coordinación, la intensidad; puesto que si evitas que te adivinen las intenciones o vean venir tenes ganado mucho terreno.

Plasmándolo lo mejor que puedo para compartirlo con ustedes tomo consciencia de otra cuestión que es incluso mucho más importante que el logro personal de mi compañero, a estas alturas amigo y la satisfacción de ambos por su salto cualitativo: es joven, anda por los veinticinco por lo tanto en dos décadas puede ser que este trabajando con los jóvenes, colaborando con el Sensei para enseñarles Judo, ayudándoles a mejorar a cada uno su Judo; para entonces igual yo ya estoy muerto o me será difícil hacer Judo, aguantar las clases aunque el Sensei me deje hacer lo que buenamente pueda, por el contrario, él, estará en plenitud de facultades y podrá transmitir conocimientos a los que vienen por detrás tal y como hicieron conmigo, cerrando así un círculo: colaborando a perpetuar al Judo.

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