viernes, 30 de marzo de 2012

Despegue Suave


Fue un despegue suave sin turbulencias que zarandearan la nave. El viaje al siguiente planeta fue rápido, este no sería como el anterior. Para empezar las temperaturas eran más bajas, obligaban a ir bien abrigado, con hielo y nieve en muchos sitios las cosas se complicaban bastante. Servía el mismo vehículo Todo Terreno para las primeras exploraciones, solo había que ponerle cadenas a las ruedas, cosa que hice.

La atmosfera era baja en oxigeno, eso obligaba a llevar mascara y respirador de apoyo. La nave se había posado sobre una explanada junto a una montaña, el lugar no me parecía adecuado puesto que al tener la montaña  al lado no veíamos nada de lo que se acercase desde ese punto. Nada más bajar entre el ulular del viento sentí aullidos que me erizaron la piel bajo el abrigo. Recorrí la explanada sin alejarme mucho de la nave pues no me gustaban nada los aullidos ni ver tan poco a mí alrededor. Estaba ya regresando cuando desde un costado algo peludo golpeo el vehículo desde la derecha. No vi que era, solo que tenía un tamaño medio. Metí el vehículo en la nave y tome muestras de pelo para que las analizaran en el laboratorio.            OP me puso al tanto de que parecía un planeta rebosante de vida, las cámaras captaban movimientos a cada rato y los sensores lo mismo. No recomendaba que saliera a pie, y estábamos de acuerdo en eso por completo. La criatura que ataco al vehículo me habría matado solo con el golpe y seguramente tenia garras y dientes afilados para ayudarse llegado el caso. Era imperioso planificar las salidas en el vehículo y tener en cuenta que los robots serian atacados por dejar a los más sensibles en la nave.                                                                                Parecía claramente un planeta  que sería destinado a extraer materiales, la climatología  no invitaba a otra cosa, a menos que se descubriera algo que llevase a cambiar de opinión. Cosa harto improbable.

La segunda salida la hice con OP todo el tiempo dándome indicaciones, estaba preocupado y se le notaba, no quería perder a su Explorador, así que me daba las lecturas del radar que a mí me llegaban en tiempo real al vehículo, cada pocos segundos volviéndome loco y deseando que encontrase alguna otra cosa a que dedicarse. Pero no surgió nada que lo apartase de mí, estuvo todo el tiempo supervisándome, atento a los sensores y las cámaras, por si se detectaba algún peligro. No sufrí ningún ataque en todo el recorrido, volví a la nave aterido de frio pero salvo eso, sin ninguna novedad.




jueves, 29 de marzo de 2012

Juegos.




Periódicamente sale a la palestra el tema de lo peligroso que resultan algunos juegos y como los niños se pueden lastimar. Invariablemente recuerdo mi niñez y sonrió embobado porque aquellos sí que eran juegos, súper peligrosos algunos, claro que sí.

En el barrio varios niños teníamos caballos por lo que jugar a Indios y Vaqueros tomaba dimensiones épicas.

Nos enredábamos en simulacros de combate en lo que solo faltaban los cuchillos y las armas, lo demás estaba todo: arcos y flechas caseros y hermosas lanzas. Vernos pasar chillando persiguiéndonos debió ser todo un espectáculo, caerse o rodar al galope tendido era un peligro cierto y de tanto en tanto pasaba con las consabidas risotadas de los contrarios.       Uno de los objetivos del juego era descabalgar al otro. Resultaba del todo improbable que cayeras de pie, aterrizabas como podías te parabas lo más rápido que pudieras y salías corriendo a guarecerte porque los contrarios te perseguían con los caballos. En ocasiones valía la pena hacerte el lesionado, fingir que estas muy magullado pero había que hacerlo bien porque si te pillaban lo pasabas mal, dejabas de ser un herido y pasabas a ser enemigo nuevamente.  Y más te valía correr rápido y ponerte a cubierto.                                                                                                                                                          Algunas madres tenían la costumbre de salir a llamar a sus retoños obviando que estaban en medio de una escaramuza bastante complicada o ignorándolo lisa y llanamente con lo que provocaban que alguno se despistara y fuera desmontado de un certero lanzazo. La madre gritaba indignada por su revolcado retoño ante las risotadas del resto que disfrutaban doblemente. Por el derribo y por la indignación de la madre que se enfurecía mas.

Era un juego lleno de peligros en los que nunca se lastimo nadie más allá de algunos rasguños, pasamos tardes espectaculares ululando y galopando por el barrio, desmontando o siendo desmontados a puro chuzazo, aprendiendo de verdad a andar a caballo. Divirtiéndonos en una palabra.

miércoles, 28 de marzo de 2012

Ultimo cartucho.


Miras el arma y sin sacarle el cargador sabes que te queda una bala, una sola.

Toda tu vida resumida en esa munición a todas luces escasa para sobrevivir. Le das vueltas al asunto, muchas vueltas y encontras una manera de usar esa bala y lo haces. Con los ahorros de toda la vida emigras, gastas tu último cartucho en un acto de fe. Y de verdad era tu último cartucho porque años más tarde la crisis te golpea, no tenes trabajo ni alcanzan los ahorros y no te queda munición ninguna, no hay cartucho.

Estaba dándole vueltas al asunto, rumiándolo con paciencia, valorándolo en su justa medida mientras pagaba una multa que me cayó en estos días. Caminaba por la calle sintiendo el calorcito del sol y en cierto momento mi cabeza se retrotrajo a unos cuantos años atrás.

Resulta que un fotógrafo ve un viejo afiche, el protagonista esta bajo fuego enemigo, es un Sargento de los Marines Norteamericanos sumido en algún infierno, su cara refleja muchas cosas mientras con un pie intenta enganchar la correa del lanza llamas, su único cartucho posible para callar al nido de ametralladoras que se adivina a sus espaldas. Su unidad yace diezmada a su alrededor y los pocos supervivientes dependen de ese pie y esa determinación.

La foto capta tan bien la situación que el fotógrafo investiga y consigue entrevistar al protagonista en su lecho de muerte, el octogenario sobrevivió a la guerra, a muchos días infernales como el del afiche pero el cáncer le había alcanzado. Esta sería la definitiva.

Cuenta el fotógrafo que los ojos eran los mismos. En la entrevista hablaron sobre todo de aquel dia, de la medalla que le dieron por achicharrar al nido de ametralladoras, la simplicidad del abuelo al aceptar que hizo lo que había que hacer, que aquel dia era el lanza llamas o nada. Que le dieron la medalla a el pero que todos se la ganaron un dia u otro, los muertos y los vivos.

No sé porque me vino a la cabeza esta historia, pero concluí que la última bala es la salud, ese es el verdadero último cartucho. No se trata de nada más que eso, tener salud para seguir peleándole a la Vida.

sábado, 24 de marzo de 2012

Asalto.




Con el asunto de publicar las cosas en el blog se me complica mantener la vida domestica a salvo de la ficción, no puedo  hacerlo en verdad.

El pobre alienígena que me asustaba durmiendo en mi ropero ha sido reducido violentamente por la señora de la casa que ya estaba exasperada hace tiempo con el montón de ropa que crece fuera del ropero y ante la posibilidad de no solo darle una explicación sino además acabar de raíz con el problema, tomo por asalto el ropero.

No duro treinta horas el asedio, apenas cinco minutos. Ignoro que ha sido del alienígena ni donde para el pobre desgraciado todo ocurrió mientras estaba en el supermercado, para cuando volví el ropero estaba abierto de par en par y evidentemente ahí solo había ropa.

Ahora tengo insomnio: extraño la luz verde. Y me quede sin excusas para guardar en el ropero la ropa.

La conclusión obvia es que tengo que tener mucho cuidado con lo que escribo porque repercute en mi vida y no siempre positivamente, como ha sido en este caso en el que si bien ya no tengo miedo ahora tengo insomnio y que guardar la ropa.

viernes, 23 de marzo de 2012

Esperanza fallida.


Había albergado la esperanza de descubrir algo que me pusiera en primera línea de trabajo pero no fue así. Cambiamos la nave de posición dos veces más y en cada lugar encontramos lo mismo. Hechos los últimos análisis nos disponíamos a dirigirnos al siguiente planeta asignado. Aprovechaba las últimas horas para hacer ejercicio al aire libre sabiendo que por mucho tiempo no me sería posible. Estaba bronceado de tanto estar al sol, y me sentía fuerte y muy animado, con ganas de llegar a otro planeta. Probablemente sería muy diferente a este, porque encadenar dos tan bucólicos seguidos estaba en contra de las estadísticas.  Los últimos robots fueron llegando a la nave, jugué un rato con la manguera. Mire como los robots mecánicos reparaban a otro que tomaba muestras de mineral y se le había quedado trabada una roca. OP quería saber que estaba haciendo en el taller de mantenimiento, seguramente me vio por los monitores porque no le sentí en mi cabeza hasta que me pregunto. Le informe de que estaba aprendiendo a reparar un robot averiado y pareció quedarse tranquilo. En viajes tan largos los OP tenían que poner especial cuidado en mantener sanos a los humanos, y estar ocupados era una buena manera de conseguirlo por eso estaba tan encima mío todo el tiempo. Saberlo no ayudaba a aguantarle cuando se ponía especialmente pesado. Seguí haciendo ejercicio un rato mas, para cuando llego el ultimo robot fui a ducharme y ponerme un uniforme limpio, pronto despegaríamos y quería estar preparado.                                                                                                                 OP se encargaba de monitorear todas las actividades y asegurarse de que todo estaba bajo control, era quien decidía en última instancia sobre cualquier asunto, era el Jefe. Estaba atareado ultimando los detalles previos al despegue de la nave, pero por alguna razón no se decidía a hacerlo así que fui a verle. Esto es un decir, porque no ocupaba un lugar físico pero en el puente de mando había una pantalla que considerábamos como OP.

-¿Que pasa? Le pregunte.

-Estoy contrastando unos datos- Respondió.

-¿Y no se puede hacer en vuelo?

-Se podría pero como son un tanto anómalos quería verificarlos antes de partir, por si ameritaba hacer más exploraciones-Explico OP.

-¿Para cuándo los tendremos?- Pregunte ansioso por abandonar ya el planeta.

-Estarán en una media hora, seguramente partiremos en dos o tres horas nada mas.- Eso era todo lo que quería saber así que me retire a mi camarote a descansar un poco.




miércoles, 21 de marzo de 2012

Un Alienígena.


Un alienígena ha bajado desde vaya  a saber uno donde y se ha escondido en mi ropero. Lo sé porque le escucho haciendo ruidos por la noche y se ve una extraña luz verde. Tan convencido estoy que no abro el ropero para nada, no saco ropa ni la meto, uso la que está afuera y me voy arreglando como puedo.                                                                                                                           El problema es a quien llamo para decírselo y que me crea; he descartado a la Policía y a los Bomberos, porque sé que parece algo muy fantástico e increíble. Imagino las sonrisas al escucharme contarles mi problema, también las de quienes me están leyendo. Nunca hice un curso de trato y aproximación a seres vivos de otros planetas. Muy grande no parece que sea, si cabe dentro del ropero, pero eso no dice nada sobre su peligrosidad por no hablar del posible armamento que pueda tener consigo.  Esta situación no puede seguir así debo hacer algo pero no me animo, estoy asustado. Ignorarlo tampoco parece que sea lo adecuado, algo debo hacer.

Después de pensarlo mucho me he decidido a contártelo, habrá quien no me crea pero seguro que por lo menos alguno de ustedes tendrá la duda y se acercara a mi casa a mirar en mi ropero.

¡Socorro!

domingo, 18 de marzo de 2012

Sapos.


Cuando llovía mucho el barrio se inundaba. Como el agua quedaba estancada durante muchos meses aparecían los sapos y las ranas y más tarde los renacuajos en grandes números. Cazar sobre todo a los sapos, más lentos que las ranas, era una diversión para después de la escuela.

Cada tarde los niños de barrio armados de un artilugio nos dedicábamos a perseguir a nuestras presas durante las horas que quedaban de sol. No éramos ecologistas en aquella época y sapo que caía en nuestras manos sapo que era abatido. Se podría pensar que así no había manera de que salieran renacuajos pero la verdad es que se infestaba.

Otros con más inventiva se fabricaban arcos y flechas e intentaban atrapar sapos a puro flechazo. Cada uno consideraba a su sistema el mejor y competíamos para ver quién era el cazador más prolífico. La competencia era despiadada y  pagaban el pato los pobres sapos que se veían diezmados tarde a tarde por la horda de niños que al salir de la escuela tenían unas ganas terribles de hacer cosas divertidas. ¿Y que puede ser más divertido que meterse en unos terrenos inundados a cazar sapos? Sobre todo después de haber estado encerrado en la escuela, que era tan aburrida. Nada.

sábado, 17 de marzo de 2012

Hámster o Ratón


Se escapa un hámster en casa, lo buscamos pero sin resultado y al final lo damos por perdido. La zona donde estaba la casa era muy agreste y era normal tener que luchar contra ratones bastante seguido, ratas casi nunca se veían.

En poco tiempo empezaron a darse plagas de ratones cada vez mas seguidas, y eran animales manchados con lo que se concluyo que lo que se había escapado era un ratón, no un hámster. Y que se había cruzado con los silvestres y que esa era la razón de que hubiera tantos.

La vieja puso el grito en el cielo, se había acabado las mascotas, ¡todas!

Hubo que prometerle que solo las que ya teníamos y ninguna mas. Quería evitar a toda costa una verdadera plaga de roedores. Le pareció bien conservar las mascotas que estaban en casa pero se mantuvo firme en cuanto a cualquier tipo de roedor.

Les declaro la guerra a los ratones y les llevo a una  presencia testimonial por lo menos en la casa, fue cruel y sin dar ni pedir cuartel, se usaron trampas y distintos venenos. Lo que puso en peligro algunas de las mascotas que eran aceptadas.

Nosotros intentamos con el tiempo introducir roedores como mascota pero siguieron vetados para siempre. Se mantuvo firme e inevitablemente sacaba a colación la plaga de ratones manchados para escudarse y reforzar su negativa a permitirnos tenerlos.

viernes, 16 de marzo de 2012

Cambiar de sitio la nave.



Cuando me aburrí de tanto aserrín deje la manguera, era divertido un rato pero pasarse todo el dia haciéndolo le quitaba gracia al asunto. Tampoco contaba con ninguna actividad sustituta que estuviese a la altura en cuanto a diversión.OP organizo todo para cambiar de lugar, donde estábamos ya habíamos hecho todos los exámenes necesarios. Por protocolo se solía elegir el lugar situado más lejos siempre que fuera viable, en este caso lo era, no había explanada pero limpiamos un poco de bosque para hacernos sitio. Baje y di las vueltas rutinarias sin encontrar nada nuevo, era todo absolutamente igual al sitio anterior, variaban algunos minerales y poca cosa más.

Aproveche para hacer ejercicio al aire libre, correr era complicado por lo desigual del terreno, romperme un tobillo no parecía buena idea. En estas tareas OP solía estar tan ocupado que me dejaba tranquilo, y era lo mejor que podía pasarme, tenerlo todo el tiempo en la cabeza resultaba pesado, aunque puntualmente tuviera ventajas.        

Me interne en el bosque solo, armado con una ametralladora ligera, con el convencimiento de que no había ningún animal o forma de vida cerca, podía ser que la hubiera, pero no era tan densa como para que nos la topáramos, y era evidente que al llegar la nave se alejaban, eso  o no existían lisa y llanamente.

Este sería un buen planeta para colonizar, a falta de aplicar los protocolos obligatorios antes de dar luz verde a la llegada de personas. Tenía mucha agua, bosques extensos, ausencia de animales peligrosos y grandes depredadores. Todavía era pronto para afirmarlo al cien por cien pero estadísticamente sabíamos que era así, probablemente habría algún animal peligroso que solo se descubriría viviendo en el planeta, cosa que no dejaba de ser ilustrativa, por mas cámaras, scanner, y rayos infrarrojos habían cosas que se escapaban al escrutinio sistemático de los equipos. Era algo aceptado aunque se siguiera debatiendo al respecto.

En estos planetas que tan poco trabajo daban se generaban las dudas de mandar a un Humano, siempre tan impredecibles, a explorar, porque eran del todo innecesarios, como estaba quedando demostrado en este, en el que mis obligaciones eran nulas. No tenía nada que hacer.


jueves, 15 de marzo de 2012

¿Que queda cuando pasa la tormenta?


Dependerá de la magnitud de la misma, sin ninguna duda. Y de donde te agarre, no es lo mismo afuera que en un refugio. Pero aunque te salves puede que ya no te queden bienes materiales o te queden pocos ¿Y si la tormenta fuera de otro tipo? Digamos  existencial.  El problema ahora es que no tenes refugio donde ampararte para sobrellevarla, estas a la intemperie si o si, o sea que te mojaras y tiritaras fijo.

Alguien me quiere convencer de que son necesarias, incluso hasta benignas, le he remitido a los damnificados haber que opinan. Por no mandarle a la mierda que es lo que quería hacer, se aprende con los años a ser un poco más reflexivo y tener más ironía, recurrir menos al insulto como terapia. En fin, que para esta persona muy allegada las tormentas son algo que tiene que pasar para hacernos reflexionar y probablemente encarar los cambios que eran necesarios en nuestras vidas, que de otra manera no habríamos hecho.

Sigo sin verlo así, una tormenta del tipo que seas es eso: una tormenta. Te afecta más o menos, incluso te mata junto con un montón de personas, dependiendo de que tanto te quite. Si es la vida te lo ha quitado todo, sin remedio.

Pero puede ser que no mueras pero quedes con muchas dudas, sobre ti mismo y tus capacidades, que te atenazan, te constriñen, te llevan al quietismo.

Cuando pasa la tormenta solo quedan escombros de lo que fue tu vida. Lo otro no fueron tormentas fueron alguna otra cosa, tormenta es la que te deja titiritando y rodeado de escombros, esa si es una tormenta.


miércoles, 14 de marzo de 2012

Rey Pato.




Éramos cuatro hermanos y en casa siempre hubieron mascotas, una primavera nos compararon un patito en la feria que vino a sumarse a los perros, el caballo y la oveja que por aquel entonces teníamos. Le pusimos de nombre Rey Pato.

Vivíamos cerca de una laguna muy grande a la que íbamos a pescar para que Rey Pato comiera pescado fresco, al principio a el no lo llevábamos pero al final terminamos llevándolo. Entraba al agua entusiasmado, se notaba que era su elemento, nadando ganaba elegancia. Fuimos varias veces y siempre salió para volver a casa sin ningún problema, hasta que un dia no quiso salir.

Le gritábamos y llamábamos pero sin conseguir que regresara así que fuimos a buscar  a nuestra madre llorando  los cuatro porque Rey Pato no quería volver. La primavera estaba avanzada pero no lo bastante como para calentar el agua de la laguna, antes bien estaba bastante fría. Mamá se puso el traje de baño, fue hasta la laguna y se zambullo en el agua helada.

Persiguió a Rey Pato más de media hora hasta que consiguió traerlo a la orilla. Tuvo que emplearse a fondo durante mucho rato para mantenerse a la altura del pato que menos mal que era chico y todavía no dominaba el arte de escapar ni de nadar bajo el agua. No cejo en sus esfuerzos y estos dieron fruto cuando Rey Pato rumbeo para la orilla y salió del agua.

Cuando lo tuvimos otra vez con nosotros nos calmamos. La que empezó a estornudar fue nuestra madre que se tiro quince días con un resfrió de época.

martes, 13 de marzo de 2012

Escribir.


Juntar las letras primero y las palabras después. Que tengan un sentido y un significado, que digan algo, que trasmitan una idea, sabores, olores, sentimientos, que te hagan reír o llorar, traspirar y te hagan desbocar el corazón. Que te dejen pensando o simplemente te distraigan un rato. Esa es la dificultad y no otra.

Porque las ideas afloran, unas mejores que otras, pero lo difícil es plasmarlas, convertirlas en Literatura.

Y en eso estamos, intentándolo con ganas y superando los obstáculos a medida que aparecen.  Esto me ha hecho reconocerles a los escritores que he leído, el merito de haber conseguido un resultado redondo.

Entretener durante horas, conseguir que terceras personas busquen lo que escribís y lo compartan con sus amigos, que la gente espere ansiosa tu nueva creación. Darle vueltas a una idea hasta que toma forma y te parece que ya se puede plasmar en letras que conforman palabras, oraciones, un artículo, un libro.

Hacerlo como estoy comprobando no es nada fácil, lleva tiempo, da trabajo, cuesta bastante.






lunes, 12 de marzo de 2012

Se termina el juego.






El dia que nadie esperaba que llegase, llego. Durante muchos años, varias generaciones en verdad se trato por todos los medios de evitar el mal uso del recurso. Era una cuestión difícil que no tenía una solución estandarizada ni fácil porque cada lugar tenía una problemática propia. Y eso lo convertía en un asunto de Estado. Porque la producción industrial y agraria solía afectar a dicho recurso negativamente.

Se habían destinado montones de recursos a evitarlo, las inversiones en educación fueron enormes en la creencia de que el niño que hoy aprende a cuidar algo de adulto lo hará. Había varias agencias encargadas de fiscalizar su uso a nivel planetario, todas con sus respectivos programas. Con mayor o menor acierto cada uno de ellos. Pero nadie lo había previsto ni avisado de que pasaría un dia determinado, que al levantarse cada ser humano en la tierra viera que no había, se había acabado.

Desde el ciudadano más concienciado al menos, desde el que derrochaba al que la racionaba con mimo, todos se quedaron perplejos. No solo no esperaban que ocurriera sino que nadie les había prevenido y se quedaron pasmados, nos quedamos pasmados ante la gravedad de la situación.

Ninguna agencia asumía la responsabilidad y todas se culpaban entre sí del desastre, cuando en verdad eran todas  culpables. Se pedían explicaciones unas a otras, se exigían informes y se amenazaba con depurar responsabilidades. El griterío de siempre cuando algo se les iba de las manos pero en esta ocasión las cosas eran más complicadas y no se arreglaban de esa manera ni de ninguna otra.

Llovían las propuestas, a cual más pintoresca. Se implementaban planes de emergencia que se desechaban instantes después, salían distintos expertos a hablar y terminaban mudos frente a las cámaras sin saber que decir una vez se daban cuenta de la magnitud del asunto.

El pánico fue avanzando raudo aunque murió como nació: rápidamente. En cuanto se tomaba conciencia de la magnitud del desastre, de la futilidad de cualquier acción.

Lo más inesperado había pasado, ya no quedaba agua potable en el planeta.

Se había terminado el juego.

domingo, 11 de marzo de 2012

Pensar.


Soluciones. Caminos nuevos, salidas a esta situación tan dramática. Hay que pagar hipoteca, luz, agua, teléfono, se debe comer y pagar todos los gastos de la niña. Eso es mucho dinero al mes.

Como un parado mas las perspectivas de conseguir un trabajo son cuasi nulas. Todo apunta a que se acabara la prestación por desempleo y no tendré un trabajo por lo que no generare dinero para pagar las cuentas.

Y eso es la debacle más absoluta, por tanto hay que pensar cosas nuevas, claro que no se me ocurre nada que pueda tener un mínimo de éxito, la cosa esta peliaguda. Para emprender algo se necesita dinero, que es lo que justamente falta, además que en estas épocas de tanta constricción hacer funcionar una empresa es muy difícil puesto que los mercados están muy quietos, la gente está mirando mucho en que y como gasta su dinero.

Hay sectores directamente muertos o casi, de los que gozan de cierta salud ya hay suficiente competencia por lo que entrar a competir es muy complicado.

Sin dinero en medio de una crisis toca ponerse a pensar que se puede hacer para salir adelante. Sin medios de ningún tipo es muy difícil emprender nada, es hasta difícil pensar en que vas a hacer en unos meses. Vivís de los ahorros que juntaste, como buenamente pudiste, trabajando como un bicho durante un montón de años. Dinero que costo amarrar y que ahora ves lo rápido y fácil que se te escurre de la cuenta bancaria.

Pensas y pensas y le das vueltas y no se te ocurre nada. Estas en blanco, como paralizado mentalmente, la desesperación crece, se agiganta, te desborda. Seguís sin saber cómo escapar de la ratonera, te sentís atrapados, sentís como si hubieras perdido y por más que en el fondo sientas que es injusto sabes que es la realidad tuya y la de muchos más.                                                            De tantos y tantos que te asustas porque sabes que la situación no es buena, en absoluto, sentís que el futuro no traerá nada bueno porque tanta gente sin trabajo no puede desembocar en algo positivo, lo sentís a un nivel visceral, en lo hondo de la barriga.

Usas las neuronas, buscas enfoques pero no encontras una salida, no. Es desesperante, cada dia un poco más. Seguís con las actividades diarias, bajas a comparar el pan para desayunar, revisas en internet los portales donde estas anotado, revisas tu correo electrónico y después de constatar que no tenes ninguna oferta salís a la calle a entregar currículos en mano con la vana esperanza de que alguien te contrate. Regresas a casa frustrado y desanimado.

Seguís pensando en una salida pero no la encontras. Yo finalmente estoy cumpliendo un viejo sueño que es escribir, seria genial poder vivir de hacerlo pero de momento solo me doy el gusto de escribir por puro  placer.

Y sigo pensando cómo salir adelante

sábado, 10 de marzo de 2012

En el paro.




Llevo en el paro desde el cinco de septiembre, durante este tiempo he buscado trabajo infructuosamente. Cada mes que pasa se pone peor, no se está contratando gente antes bien: se la despide. Es cada vez más preocupante porque veo que no hay salida a corto ni mediano plazo y evidentemente a largo plazo el problema es llegar, aguantar.

Las facturas llegan sin solución de continuidad y hay que abonarlas de la misma manera, no hay excusa ni escape posible, nada te hace evitar que las pagues. Por otra parte sin luz, agua o gas no se puede vivir.

Es preocupante ver como desde el gobierno nos dicen y nos dicen cosas que no se ajustan a la realidad. Pensar que el gobierno nos va a salvar también empieza a ser un pensamiento peligroso, dado que parece evidente que no saben para donde salir corriendo. Y recién llegaron.

Mientras buscas y buscas trabajo y te aburrís de tantas negativas y te desanimas porque se hace evidente que no hay trabajo para nadie que no lo tenga y quien lo tiene no sabe cuánto tiempo más lo tendrá.

Me parece necesaria la reforma laboral, si es lo que se debe hacer para reactivar la economía no tengo nada que objetar pero así como hoy recortan tanto los derechos de los trabajadores cuando las cosas empiecen a funcionar deberían hacer lo mismo pero a la inversa: restituir los derechos cercenados. Pero sin volver al modelo que tenemos ahora que es a todas luces obsoleto y poco práctico.

Pero mucho me temo que eso se les olvidara convenientemente. Y es lo que piensa la mayoría.

Seguramente habrá que tomar más medidas, el gobierno lo sabe pero intenta disimularlo, hacer como que no que con esta reforma es suficiente y no lo será. Todavía queda mucho por reformar para que esto empiece a caminar otra vez, con parches no se va a arreglar nada. El problema es que empezamos tarde y con indecisiones y de esa manera nunca lo haremos funcionar como es debido

viernes, 9 de marzo de 2012

Aeropuerto de Valencia.


Ignoro de cuando es el estacionamiento, pero tirando largo debe tener unos cinco años. Y siempre que me toca ir están haciéndole alguna reforma, siempre sin importar cuánto tiempo haya pasado desde la última visita.

La de hoy no fue distinta. Obras, estacionamiento limitado por las mismas, y una pésima señalización para cuando te queres ir. Das vueltas y más vueltas, subís y bajas siguiendo el cartel de Salida pero no hay forma humana o inhumana de conseguir encontrar la adecuada.

Bajas una planta, subís dos y así seguís. En todo ese tiempo no hay nadie a quien preguntarle cómo se sale del laberinto, cuando ya exasperado me planteaba bajarme dejando el coche atravesado frente a una cámara, haber si de esa manera recibía algún tipo de ayuda descubrí un cartelito provisorio, ponía: Salida. Y apuntaba más o menos al cielo pero siguiendo su teórica dirección conseguí salir del estacionamiento.

Si al menos hubiera alguien para indicarte lo necesario, minimizaría un poco el desastre pero ni por esas, estas solo para buscar la Salida.

¡Y todo esto en Fallas!

jueves, 8 de marzo de 2012

OP entretenido.


Después de tres exploraciones sabíamos que el planeta tenía mucha vida a nivel de insectos, no parecía haber animales o formas de vida nuevas en esta parte que estábamos explorando; bajaron los robots para hacer mapas de posibles recursos minerales y yo me dedique a hacer ejercicio aprovechando que tenia espacio disponible. Todavía no podía comer  nada del planeta, una precaución lógica hasta no tener los resultados definitivos de los exámenes. Al estar OP entretenido con los robots y las demás tareas me dejaba tranquilo, lo que se agradecía sobremanera. Por simple rutina verifique los trajes, el de riesgo de contaminación biológica debía cambiarse, tire el usado en el contenedor correspondiente y saque uno nuevo. Revise el Vehículo Todo Terreno, aceite los cañones de la ametralladora, y algunas otras piezas genéricas que solían sufrir desgaste por falta de lubricación. Repase las armas de mano, a las que limpie concienzudamente, aceite con mimo y guarde en sus estuches. Para lo ultimo deje las gafas de visión nocturna, solían fallarles las baterías, así que las cambiaba siempre que podía. Las limpie, les cambie las dichosas baterías y las volví a guardar.

OP quería confirmar la existencia de peces, por lo que me fui a pescar acompañado de un robot maderero. Mientras este cataba arboles y hacia un ruido ensordecedor, yo intentaba pescar algo pero viendo que no tenía resultados satisfactorios fui a la nave a por una red, herramienta más eficaz para la tarea que tenía por delante. En dos tiradas tenia mas especímenes de los que podía manejar, devolví al agua los sobrantes y traslade a el resto a la nave, parecía que había muchos peses y variados. Tres o cuatro habrían quedado esplendidos asados, se me hacia agua la boca de solo pensarlo, pero había que esperar. En caso de poder consumir productos del planeta nuevo no tendría el visto bueno para hacerlo hasta dentro de cierto tiempo, saberlo no ayudaba en nada a aguantarse, pero era peligroso no respetar la cuarentena obligatoria.

El robot maderero llego al rato lleno de aserrín que ayude a quitarle con una manguera de aire comprimido, no era una tarea específica, los robots mecánicos eran aptos para reparar cualquier avería, o tarea de mantenimiento, pero así como yo revisaba personalmente los vehículos antes de usarlos también se me permitía colaborar en estas tareas. La manguera de aire comprimido era lo más parecido a una pelota que tenía en ese planeta, era incluso mejor: no hacía falta más gente para jugar. Solo robots estoicos que aguantasen mis perrerías. El aserrín volaba por todas partes.








miércoles, 7 de marzo de 2012

Petardos.


En Valencia y en Fallas toca tirar petardos, sobre todo si tu hija tiene seis años y quiere salir a tirarlos. Fui con ella a comprarlos y claro, compre también para mi, unos, un poco más potentes. Con la mecha bien prendida iba la niña meta tirar y había que pararle los pies explicándole que si venia alguien había que esperarse, si venia un perro también, y que en general había que tener cuidado.

Que soltara los petardos nada más se encendía la mecha, en lo posible sabiendo adónde iban a parar. Se quemo un dedito pero en el frenesí de las explosiones no le inmuto. Seguimos los dos tan campantes disfrutando mucho de hacer ruido, fuimos hasta el parque donde había bastante sitio libre donde tirar petardos sin molestar a nadie cosa que hicimos como posesos.

Nos pasamos una hora y pico divertidos y tocaba volver a casa. Al caer el sol la temperatura cae rápidamente y se hace notar el vientito frio que todavía tenemos. Cuando le fui a abrochar la chaqueta vi los daños colaterales de la tarde: Se había quemado la chaqueta del chándal del colegio. Y no era un agujerito, no, era  una quemadura grande y bien visible. Que como es lógico y normal no fue del agrado de mi señora. Ahora tenemos que comparar más petardos, se nos han acabado las existencias, y una orden expresa: antes de salir a tirarlos hay que cambiara la niña de ropa. Se trata de evitar los daños colaterales.

martes, 6 de marzo de 2012

Un niño que quería viajar.


Se imaginaba yéndose por el camino hasta donde se terminase, ahí subiría a un barco que cruzase el océano y así continuaría su viaje. Como no tenía dinero pensaba pagar trabajando. Le dio vueltas al asunto de tener permiso de  la madre para hacerlo y decidió que lo mejor era no decirle nada para evitar discusiones.

Una noche se fue aprovechando la luna llena que iluminaba el camino bastante bien. Se llevo la ropa que tenia puesta y un cuchillo, nada más. Camino toda la noche alejándose de su casa con prisa. Al amanecer se tumbo a un costado del camino y durmió unas horas antes de seguir caminando.

Consiguió que le dieran comida a cambio de cuidar de unas mulas que cargaban carbón, la mercancía tenía como destino un puerto así que estaba de parabienes. El trabajo no era pesado, en los altos para descansar había que procurar que no les faltase agua a los animales y al atardecer, una vez descargadas se les daba de comer y se verificaba que estuvieran bien atadas. El resto del dia se trataba de caminar detrás de los animales sin perder el paso. 

La aventura le duro una semana, tiempo que necesito un vecino para darles alcance, hablar con el jefe de la caravana y regresarlo en ancas a su casa, donde su madre le dio una buena paliza que le hizo olvidar sus ansias de conocer mundo.

lunes, 5 de marzo de 2012

Emigre.


Con treinta años, cansado de vivir y trabajar en un país que no daba ninguna oportunidad, antes bien, las quitaba, decidí emigrar y así me convertí en Emigrante.

Trabaje desde los dieciocho años en infinidad de tareas: repartidor en bicicleta y moto, panadero, jardinero y durante ocho años fui el hombre orquesta de una empresa dedicada a los jardines y las piscinas.

En esa empresa entre después de trabajar como peón de jardinería en otra durante un año aproximadamente. Cansado de promesas que nunca se cumplían renuncie y pedí trabajo en esta empresa. Me contrataron de peón, a los quince días trabajaba sin capataz y al mes me propusieron ser el cobrador, cosa que acepte sin dudar.

Principalmente debía levantar la cobranza y llegar al banco cada dia antes del cierre. Pero además debía llevar maquinaria a reparar, pasarme por la imprenta o hacer cualquier otra cosa que me pidiera el jefe. Si faltaba un chofer yo hacía de tal, si se rompía un camión, yo acudía a solucionar que lo remolcaran al taller y arreglaba que la cuadrilla de trabajadores fuera recogida por los demás vehículos.

Arreglaba con cada cliente por donde quería que pasara a cobrar y sobre qué hora; mi dia empezaba llamando a los clientes y coordinando horarios.

Cuando la empresa empezó a crecer y agrego el mantenimiento de las piscinas yo fui el que las limpio hasta que fueron tantas que no era posible coordinarlo con la cobranza.

En esos ocho años por dos veces salve la empresa del desastre. La primera con mi jefe en Miami de vacaciones, su socio pretendió vaciar la empresa cosa que evite y en la segunda ocasión estando el enfermo con un cólico nefrítico.

Falte dos veces en ese lapso de tiempo, y más de una vez me mandaron a casa al verme trabajando tan enfermo.

Al final nada de eso importo, me echaron. Al pagarme el despido reconoció que sabía que nunca le había robado  ni un peso, ni del dinero en negro ni de ningún otro, pero que yo le salía caro.

Con el dinero del despido pensé en comprarme un remisse, para ver como marchaba el negocio me emplee en uno. Trabaje siete meses y me percate de que era inviable comprar uno; no era posible pagarlo trabajando cuando las recaudaciones eran tan paupérrimas.        Harto decidí emigrar.

domingo, 4 de marzo de 2012

Algo lindo.




Es poder escribir y publicarlo aunque te lean pocas personas, de esta manera siempre te leerá alguien de la otra, cuando escribíamos en cuadernos que nunca veían la luz, no lo hacía nadie.

Estoy contento por ese cambio, es una lástima no haberme dado cuenta antes de las facilidad que daba la red para crear un blog y escribir en el. Por otra parte es sorprendente la cantidad de gente que tiene un blog y ni te has enterado, a lo mejor llevan años escribiendo y no lo sabías.

Incluso algunas siguen sin decírtelo, será por timidez o vergüenza, vaya uno a saber. Resulta entretenido sentarse a escribir y pasarse horas y horas haciéndolo por el simple hecho de disfrutar de hacerlo, es hasta divertido.

Y la expectación que provoca porque ahora sabes que te leerán aunque sea un puñado de amigos. Tenes otra ilusión, mayor que antes, que te lleva a estar más tiempo escribiendo y también corrigiendo para sacar algo bien pulido, que resulte atractivo y en lo posible enganche.

sábado, 3 de marzo de 2012

¿Cómo?


Esa es la pregunta que me ronda la cabeza.

¿Cómo fue que paso todo? Y no sabría decirlo……solo que acá estoy, intentando rehacer mi vida. Los orígenes no están claros, se difuminan en mi mente. Podría situarlos en el momento que en la empresa en la que trabajaba me empezaron a decir que me tenía que ir, así sin cobrar nada ni tener derecho al paro. También empezaron a insultarme  de diferentes maneras. No pagaban a fin de mes, llegando a acumularse tres nominas, querían que hiciera horas extras aunque no pagaran en tiempo ni en forma. Fue una situación que se prolongo varios meses, más de un año. Al ver que esta situación no parecía tener salida, les denuncie al Ministerio de Trabajo e Inmigración, lo que supuso que las cosas se tornaran más difíciles todavía, el clima se enrareció mucho, arreciaron los insultos y las malas caras. Ir al trabajo se hacía pesado.

Aguante la situación por más que me disgustaba y estaba afectando. Deje de dormir y empecé a tener taquicardias por lo que fui al médico de cabecera a consultarle que me pasaba. Me diagnostico ansiedad. Y al mes más o menos depresión. Estuve de baja alrededor de veinte días y pedí el alta porque en casa no me sentía bien y volví al trabajo, a aguantar insultos y destrato permanentes hasta que finalmente me pagaron el finiquito y me arreglaron los papeles del paro. En total fueron año y medio soportando  esa situación.

En casa, parado, estaba mejor que trabajando en tan malas condiciones. Me anote en unos cursos que hice por las noches y me llamaron del paro para hacer otro curso.

El lugar era increíble, los medios los mejores y todo parecía genial. El problema fue que las cosas no se podían hacer como te pedían, si seguías el procedimiento que te daban no llegabas nunca al objetivo real de los ejercicios. Te exigían mucho y me esforzaba pero era del todo imposible hacerlo bien. Hasta que explote. En algún momento considere que la situación era tan injusta como lo fuera tanto tiempo en el trabajo, fue demasiado y lo dicho: Explote.

Termine en urgencias de un hospital, me ataron, me durmieron y me internaron, diecinueve días exactamente. El personal fue siempre muy atento y las instalaciones están bien. Pero de esos días conservo poco recuerdos.

El diagnostico es: Trastorno Bipolar. Me informan de que tomando la medicación no tiene por qué haber ningún problema y así lo espero. De que podre llevar una vida normal, algo que también espero sea cierto.

Fueron unos días en los que hay lagunas, no lo recuerdo todo.

Ahora se trata de retomar las actividades y hacer lo que antes solía, con paciencia, poco a poco.

jueves, 1 de marzo de 2012

Primera salida.




El motor hacia un silbido bajo, que aumentaba un poco si subían las revoluciones, pero que apenas era audible a pocos metros del vehículo. Eran las ventajas de llevar motor magnético: escases de ruido, cero contaminaciones, bajas probabilidades de rotura y autonomía máxima.

Obedeciendo a OP que me decía que bordeara la espesura sin meterme en ella, gire manteniéndome a unos cincuenta metros de la primera línea de arboles, reduje la velocidad a paso de hombre y me dedique a observar entre los arboles por si veía a algún animal. Contaba con el apoyo de las cámaras de la nave y del vehículo, pero sabía que el ojo humano daba mejor resultado en detectar leves movimientos que indicaban la presencia de algún animal o forma de vida. OP quería que diera otra vuelta y lo hice, era muy funcional comunicarse telepáticamente, obviabas el uso de trasmisores, receptores, alcances y demás cuestiones, lo negativo era tener a OP en mi cabeza. Termine de dar la vuelta sin haber detectado nada, parecía que no había ninguna forma de vida en esta parte del planeta.                                                                                                          Ignorando a OP me metí entre los árboles. Tome muestras de la vegetación y de la tierra. No vi huellas de ningún tipo, aunque el tamaño de los arboles podía sustentar formas de vida que no necesitasen bajar nunca al suelo. Y para investigar las copas necesitaba otro equipo diferente al que había traído. Me acerque a un arroyito y tome muestras del agua, me pareció que peces había, pero no podía asegurarlo. Cansado de ignorar a OP que estaba preocupado por mí, decidí regresar a la nave.      

Volví a salir con cuerdas y arneses para subir a los arboles e investigar si había animales o alguna forma de vida viviendo en las copas. Estuve prácticamente todo el dia colgado sin descubrir nada que valiese la pena o que me llamase la atención. OP insistía en que regresase a la nave, cosa que hice. No le gustaba que estuviera fuera  de la vista de las cámaras sin ningún vehículo de apoyo, que en verdad era estar fuera de su vista.