domingo, 30 de julio de 2017

Desengaño, otro a sumar. Y Revancha, Rafa siempre gana.

Finalmente salió a la luz la verdad sin máscaras. Emergió poco a poco o yo no quise verla de entrada, podrían ser ambas, a la hora de prometer o hacerte creer que se te pagará con arreglo a tu trabajo, siempre están dispuestos a embaucarte, pero rara vez se traduce en ingresos. Rara vez y siempre están llorando y quejándose de que no hay trabajadores que den la talla, pero la verdad descarnada es que no pagan como para tenerlos y si de casualidad los tienen, llegar a mantenerlos.                                                                                                        
A estas alturas debería saberlo, imaginármelo y no caer nuevamente en la emboscada… no aprendo y no quiero hacerlo, no quiero cambiar mi manera de ser y de trabajar; la forma cómo encaro el día a día en el trabajo, en cómo me relaciono con mis compañeros y con los desgraciados que suelo tener de jefes. Se imaginan como empresarios y son meros aficionados que todavía no han caído en la cuenta de que, sin empleados, sin trabajadores que te defiendan la empresa, la marca, no hay negocio posible.                                
Muchos estudios o pocos, masters; experiencia variada y el mismo resultado: ceguera total.

Ya sea una constructora con presencia internacional, una distribuidora de bebidas local, un bar de barrio, un restaurante de lujo, una empresa dedicada a la fontanería o una empresa dedicada a la mensajería, da igual, siguen las mismas líneas de explotación y ninguneo sistemáticos. Fingen escuchar, fingen ser muy humanos y legales, pero solo miran por su bolsillo, desdeñando la posibilidad de facturar bastante más y ahorrar en costes operativos, aumentando las ganancias reales; pero claro: ¿Qué sabrán los empleados?     

Estos pseudo empresarios no cumplen la legislación vigente que establece mínimos a los que no llegan y se preguntan, asombrados, que pasa que no funcionan las cosas. Si resultas incapaz de escuchar a quienes trabajan cada día para sacarte la empresa adelante, si perdes la perspectiva o no tenes la menor idea de donde te metiste, el resultado es catastrófico: subfacturación, costes por encima de la media, aumento de pérdidas, carencia de personal cualificado y cabreo monumental del que permanece trabajando con la consiguiente pérdida de producción, bajada de la calidad y poca satisfacción que se traduce en baja o nula implicación.  

Evidentemente esquilman al trabajador para sacar ganancias, si cumpliesen los mínimos legales, tendrían que cerrar, no llegarían a poder cubrir los gastos y ni hablemos de sacar beneficios.
En la última aventura, mi puesto ha sido cubierto en una ruta por tres mensajeros en un caso y por dos o uno y medio en la última ruta que hacía. En la primera, la empresa que me pagaba o la que la contrataba se ahorraba entre 3500 y 7000 euros por mes, así durante 18 meses. Yo cobraba por debajo del convenio, no me pagaban horas extras, viático, nada, apenas 895 euros por mes con jornadas de entre 12 y 15 horas de lunes a viernes y trabajando un sábado cada tres. En la otra estuve poco tiempo, un par de meses; me subieron a 930 euros por mes, siempre con las pagas extras incluidas y no hice los números como con la que estoy desglosando. ¡Una subida descomunal! Pero muy por debajo no ya de mis expectativas, de la realidad que dice que no hay mensajeros buenos, Mensajeros Diablos para contratar no hay; y estos, los Diablos, no valen como los que se pueden contratar, valen bastante más.
Siempre llorando que no podían pagar más. Alguien ganaba, alguien era muy listo y alguien, además de yo, muy tonto. Pero donde quiero incidir es en que mi puesto fue cubierto por tres trabajadores y uno y medio; el récord lo tengo en cuatro que fue en la constructora, mi amigo Oscar que era gruista me llamaba y se cagaba de la risa: “¡Uruguayo, eres una puta maquina! Cuatro tíos y no lo hacen ni cerca como tú.” Esa medalla es mía, no da para comer, pero sustenta el espíritu que si ayuda a aguantar tanto basureo. A la constructora poco le importó cuadriplicar gastos y bajar sensiblemente la calidad en harás de vaya unos a saber qué política, cualquier cosa antes de pagar a un trabajador con arreglo a su trabajo e implicación.                                                               

A la empresa de mensajería le da lo mismo que hagas el trabajo de tres, de uno y medio o de menos de medio, paga a todos por igual. Es bastante surrealista, lo sé, pero pueden creerme que vale para ellos lo mismo un trabajador que saca tres rutas y las tiene mansas como un mar sin viento o uno que no llega a hacer ni el 25% de una ruta.

Siempre igualan hacia abajo y no cesan de llorar que no hay personal válido. Les falta un master en gestión de recursos humanos y avivarse de que ese es el desafío hoy por hoy en cualquier emprendimiento: el recurso humano. Sin personal que defienda los intereses de la empresa no llegarás lejos y desde luego no alcanzaras el éxito. No tendrás clientes ante los que bajarte los pantalones, ni hablar de clientes de verdad, de esos que pagan por tus servicios y asumen que los extras, se pagan aparte.
Me quedé en la calle en cuanto me puse a reclamar lo que se me había prometido, apenas empecé; no me lo invento, hubo una reunión muy linda y todo, pero como siempre fue humo, puro teatro; subir de 895 a 930 es más que una subida un insulto, hice algunas llamadas y empecé a hacer entrevistas, a hablar con unos y otros hasta que recibí una llamada que me resolvió el problema de no tener trabajo. Pase de ganar 3,80 la hora con pagas incluidas a 9,70 con una salvedad: ¡trabajo solo 15 días al mes! Sin correr, parando a comer, a desayunar, ambos yantares pagados por la empresa que además me suministra agua a espuertas y ropa de trabajo desde el primer día con lo que se puede decir que cobro más de 9,70 la hora.                                     

Puede que me den una patada en el culo, puede claro que sí, pero yo no aflojo, trabajo como siempre: dando lo mejor de mí. Nunca sabes quién te está mirando, nunca sabes quién te puede dar o dará una oportunidad de mejora; de momento tengo tres ofertas de trabajo, una conseguida por una querida amiga y dos generadas trabajando; me han visto trabajar y me quieren contratar.
Hasta el 31 de agosto di mi palabra de que contaban conmigo en el trabajo donde estoy actualmente, hasta el 1 de septiembre no tomaré una decisión; hay un amigo de por medio, me recomendó y si hay algo que aprendí hace mucho, es a no dejar a nadie con el culo al aire cuando me recomiendan; ya sea para ser portero en una discoteca, trabajar de camarero, fontanero, peón de obra o mensajero, entre otras actividades; sigo en mi línea, esa es mi revancha; mantener los valores y códigos que son mi bandera sin importar la clase de desgraciados para los que he trabajado.                                                                                                                                                                                                                                  

jueves, 20 de julio de 2017

La Familia Grande.

Tener gente que te quiera, te respete y se juegue por ti una y mil veces es lo que hace la diferencia en tiempos difíciles. No voy a poner nombres, cada uno sabe si es o no es parte de mi familia, la grande, la que no es de sangre, pero vincula tanto como aquella. O más, les he cosechado por el camino; no vienen de fábrica.          
Porque en los tiempos buenos (a saber, cuáles son o han sido) es todo fácil…alguien me ha recordado que en sus tiempos malos yo estuve firme a su lado; que mis tiempos malos son los buenos de otras gentes y así va la cosa.
Amistad. Hay quien dice que sobran dedos de una mano para contabilizar a los amigos, los polenta, los de acero templado, los que no se borran ni desaparecen cuando te das la costalada madre y quedas titiritando de pánico, dolor, incertidumbre; las dudas te quieren congelar en él suelo y solo te levantas porque has hecho de eso una filosofía de vida, una actitud ante la adversidad. No es mi caso, necesito muchas manos para hacer el inventario y considero que esa es mi riqueza, siempre lo ha sido: son mí tesoro.
Clavar las manos en el suelo, después una rodilla; respiran hondo y levantarse mirando lo que sea de frente; exactamente igual que cuando eras un guacho y no había Dioses capaces de tumbarte. Pero claro, siempre es más fácil si hay gente amiga apoyándote, haciendo de palenque o directamente apuntalándote; en aquella época no había mucha, recién empezaba a vivir y no había tenido tiempo de sembrar; y comprendí que solo no sos nada, nadie; todos necesitamos ayuda y apoyo a lo largo de la vida, de una manera u otra; ayudar a quienes te rodean, generar vínculos que prosperaran más o menos te enriquece y de paso a la sociedad, es fácil lamentarse de lo mal que funciona todo y ser incapaces de saludar a quien se mete en el ascensor contigo o no ayudar a la señora cargada con un niño de pecho o ignorar al compañero de trabajo nuevo y no darle una mano o mil para que se adapte.
Llegue a esa conclusión de rebote, pero la hice parte de mis códigos racionalmente, cuidar a tu entorno es cuidarte; proteger a la gente es protegerte y nuevamente la Vieja Furcia me demuestra que no me equivoque, en esto no. Es una maravilla vivirlo, disfrutarlo; constatar que a pesar de todos mis defectos hay gente que se juega por mí, unos sin decir nada, como si hubiera en juego cosas que no se dicen, no se nombran, pero están presentes y otros recordando cosas que hice o dije antaño, cosas que olvide, pero no cayeron en el olvido pues hay quien no olvido, no quiere hacerlo o no se lo permite, atesoran el recuerdo.                                                                                                                                      
Hay privilegios que no se heredan, no se compran ni venden; se ganan siendo o intentando ser coherente; derechos adquiridos, bulas; por tener y mantener una actitud a lo largo de los años, de las décadas…esto me convierte en un privilegiado.

¡Gracias a toda mi gente! Los de acá y los allende el océano más los que la Vieja Furcia y el viento desparramaron por el planeta. Son legión, una verdadera maravilla.