domingo, 10 de diciembre de 2017

Mensajero Mutante: nivel Diablo.

Vuelvo a recorrer el asfalto repartiendo paquetes. Me he convertido en un mensajero mutante: nivel Diablo. Salgo a un pueblo nuevo que no conozco y solamente entregándome a fondo lo saco; conocer los trucos, ponerle ganas, saber sacarle a la camioneta el máximo y meterte la presión de hacerlo lo mejor que puedas, por la pura satisfacción y el orgullo del trabajo bien efectuado sin necesitar que te metan latigo, te capacita y posibilita conseguirlo.                                                                                    

Que al segundo día sea el primero en llegar a la base, unos cinco minutos largos antes que la manada y que un compañero me felicité por la vuelta rápida con el lastre de hacerlo en una zona nueva, me hace reír. ¡Vuelta Rápida! No se me había ocurrido considerarlo así pero efectivamente: fui el más rápido si bien hacemos rutas diferentes con grados de dificultad distintas que cada uno debe afrontar como sepa y pueda. Ver las caras de quienes me han tenido de compañero; contentos de tenerme con ellos, trabajando para otra empresa, pero trabajando y viéndome hacer diabluras, exactamente como las hacen ellos; es gratificante. Puede que quien fuera mi empleador no lo viera o no le importase, pero mis compañeros me quieren y respetan, sean o no de mi empresa; cosa que no es fácil si solo sabes hablar, pero no sos capaz de sacar el trabajo en condiciones, no sos legal y no has demostrado que entendes el compañerismo de la única manera que se puede entender para que lo sea.
Satisfacción porque uno va en camino de ser Diablo y no tenía garras para serlo, pero le puso corazón, me banco las broncas y aprendió lo que le enseñe. Hoy es un amigo; satisfacción de trabajar con otro que sabe perfectamente de dónde vengo y cómo llegué a este punto, hizo mi ruta, aquella demencial de 26 pueblos y 6 urbanizaciones; por eso nadie le puede engañar si se trata de mí y de cómo trabajo o de cómo soy como compañero. Fue él quien me consiguió este trabajo, él habló con los jefes y les dijo que me contrataran. ¡Gracias Miguel!                                                                                                                                                     

Y satisfacción de que quienes me tenían en plantilla no me tengan. Me la jugué sin red y ha salido bastante bien. Pueden engañarte e incluso robarte, pero solo si te dejas. Pueden creerte ignorante o bobo, pero solo el tiempo exacto que les permitas creerlo. Por mal que esté el mercado, no se puede pagar igual al que no sabe lo mismo que al que destaca, ni que pasen los años y no veas una suba ni en pintura. Y mucho menos se debería poder pagar por debajo de los convenios laborales pero la falta de fiscalización y coercitividad lo posibilita; no merecían contar conmigo, probablemente nunca se lo merecieron, les hice ganar mucho o debieron ganar, igual los beneficios se los llevaban otros, no hay nada como creer que sabes y no tener ni idea; si encima estás en un sector donde abundan los tiburones y piratas, te comen las tostadas. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario