Hola jóvenes,
hoy tocare unos
temitas un tanto
complicados. Por eso
voy a moderar
mucho el lenguaje,
para que mamá
y papá no
me borren nerviosos.
Voy a ser
muy sutil, voy
a ceder para
vencer, ¿les suena?
¿No? ¡Caramba! Entonces
tendrán que, preguntarle
al Profe, al
Sensei o esperar
un poco, son
todavía chiquelos. Podría
explicarlo pero quiero
que, vean que
ellos lo saben,
seguro lo han
explicado en clase,
ni te avivaste.
Una pista: es Judo.
Otra: es un pilar
fundamental. Y además,
les hago trabajar
un poco, no
todo va a
ser Rafa escribiendo,
pensando como decirlo,
que decir, que
no.
Tengo el
problema de que
esto se que
funciona, casi siempre,
si yo estoy
en tu clase
de Judo. No
soy Sensei ni
Profe ni seria
el monitor, seguramente
un alumno aventajado,
no necesariamente el
primero de la
fila, ponele el
cuarto o el
quinto. Entonces te
veo en clase,
interactuar con los demás. Seas
chico o chica,
sabré si sos tímido, agresivo,
competitivo, juguetón, vago,
fuerte mentalmente, con un
espíritu indomable, solidario,
sabré lo que te
define. Como sos
en Randori, en
el vestuario, ahí
las chicas salen
de mis posibilidades, te habré mirado
en la calle,
en los viajes,
compitiendo y conoceré
a tus viejos
y ellos a mí. Con
todo eso trabajo. ¿Y cuál es
el trabajo te
preguntas? Muy fácil,
ayudarte y a
tus viejos a conseguir que
crezcas sano, desarrolles
un criterio propio
y seas responsable
de tus actos.
A que te
mantengas en un
tatami en los
años complicados de
la adolescencia o
si ya no
queres hacer Judo,
elijas otra actividad, algo
que tenga horarios
y actividad física.
Es básico para
crecer sano hacer
ejercicio, sin pasarse.
Por supuesto
deberás llevar bien
los estudios, aprender
y mejorar las
técnicas de Judo
y portarte cada
dia mejor en casa. Demostrar
tanta seriedad, compromiso
y responsabilidad como
para que el
Sensei o el
alumno aventajado te
pidan que ayudes
a Fulano o
Mengana poniéndote con
ellos en cada
clase, vos por
vos mismo no
lo harías, ellos
te lo piden,
lo haces. Alégrate
has empezado a
enseñar Judo y
vos me dirás
que no enseñas
nada y yo
te digo que
si, seguí entrenando
y dentro de
diez años o
más, sabrás de
que hablo.
Demostrar lo
mismo en casa para que
los viejos sientan
que vas bien
y se alegren,
ellos no pueden
bajar la guardia,
hasta que tengas
unos veinte años
y después tampoco,
siempre vas a
darles preocupaciones, así
que ya estas
dándole un beso
enorme a la
vieja y otro
al viejo.
Te preguntas
donde está el
sexo, las drogas,
las juntas, de
Judo algo escribió;
bueno, te lo
dije al principio,
esto ha sido
una introducción con
trampa, tus viejos
no me conocen,
nunca me han
visto contigo en
el tatami ni
con los demás,
pero si me
están leyendo y si
vos escuchas es
que conseguí convencerles
de que sos
un pelín chico,
pero estas en
zona naranja, entrando
en roja o
alguna ya está
en roja mal
y probablemente sea
hora de empezar,
además le voy
a conceder que
se esforzó( Ese
soy yo, el
que se esforzó)
y de ultima
si estuviera acá,
en clase con
nuestros hijos, se
lo diría directamente,
a cada uno
y cada una
en el momento
que fuera necesario.
En este punto
mamá y papá
dudaron, ¿sabes?, porque
tienen que procesar
lo que acaban
de leer: le
hablaría a nuestros
hijos de esto.
El, les hablaría
y nosotros no
lo sabríamos, lo
haría dentro del
Judo, tendría coartada,
no nos podríamos
enojar con él.
El viejo
o la vieja(
Le digo viejo
a mi papá y vieja
a mamá desde
los quince, ustedes
no tienen porque
hacerlo, ¿de acuerdo?)
que ha hecho
Judo te va
a hacer leer
esto, seguro; el que no
lo tendrá que
pensar un poco,
darle vueltas.
Sexo. Prohibido
mencionar el tema.
Todo son cortinas
de humo, mal
entendidos y escasa
información. Yo no
voy a explicar
nada del asunto,
nada, porque eso
lo deben hacer
los padres. Si
diré que los
jóvenes hablan del
asunto y llegan
a conclusiones erróneas,
muy alejadas de
la realidad. Si
diré que al
chico lo empujamos
y a la
chica intentamos atarla
en casa y
aveses lo conseguimos.
Si diré que
la falta de
comunicación y confianza
hace que las
chicas asuman riesgos
innecesarios y alguno,
los chicos también.
Si diré que
no nos acordamos
de cuando teníamos:
14, 15, 16,
17, 18, 19,
20, 21, 22,
23, 24, 25,
43. ¡Era diferente!
¡No vas a
comparar! Ni en
broma, me asombra
y asusta que
no sean capaces
de orientar a
los jóvenes mejor
de lo que
lo hicieron con nosotros. A
pensar padres y
madres, a pensar.
Deberes. Y no
es decirles que
usen Condón, Forro,
Gomita, es darles
un poco de
información fidedigna, contención
y apoyo. Mejor
en casa, en
su cuarto, que
en medio de
ninguna parte. ¿O
no?
Ahí arriba
les metí un
palazo a los
padres, cuando toca,
toca. Si no es posible
por la razón
que, sea hablar
con los padres
hablen con el
cinturón superior, eviten
al Sensei, este
se sentirá obligado
a informar a
tus padres. El
cinturón superior podrá
también decirte que,
se lo digas
a los viejos,
incluso obligarte a
hacerlo pero puede
guardar secretos, incluso
debe hacerlo si
considera que, pase
lo que pase harás lo
que se te
cante, mejor asesorado,
asesorada, aconsejado, aconsejada.
No hay
ninguna regla que
diga que yo,
alumno aventajado, deba
decirle a los
padres todo lo
que pasa y hacen
sus hijos. Deberán confiar
en mi criterio
y en que
el objetivo es
común: educar a
la niña o
el niño, formarles,
hacerles disfrutar y
florecer. También hay
que saber cuando
un compañero más
joven o compañera
te cuenta algo
para que, vos
se lo cuentes
a sus padres,
ellos no han
podido y te
están pidiendo ayuda,
también pasa. Alegría,
hay que bailar,
¿no querías Judo
Rafita?, ahí tenes,
manéjate. Ayudar a
Laurita, cuando con
quince años, me
lo pidió, muy
seria, fue jugarme
a tumba abierta,
sin red, sin respaldo, sin
conocidos que, me
defendieran. Hice lo
necesario para que
Laura sintiera que
elegirme como consejero
fue un acierto,
defraudarla estaba fuera
de la ecuación
y guardar el
secreto era básico.
Durante más de
cinco años sufrí
pensando que, había
traicionado a la
confianza de los
padres de Laura,
por otro lado
no podía fallarle
a ella, me había pedido
ayuda. Un dilema
moral. Una pesada
carga. Laura crecía
y crecía, estudiaba,
en casa una
maravilla, en Judo
un huracán, mi
gran valedora en el tatami
con las chicas
y mi delfín
con ellas. Una
noche salgo de
entrenar, y esta
ella y sus
papás esperando a
alguien. Un apretón
de manos firme
del padre, un
abrazo de mamá
de la madre,
dos besos y
dos gracias, me
liberaron para siempre
de mi carga.
Hice lo que
debía, aunque dudase.
Drogas. No
las voy a
enumerar porque son
muchas, aparecen nuevas
todos los días
e imagínate, solo
la María tiene
como cuatrocientas variedades,
bueno 399. Alcohol,
droga pesada mismo.
Cocaína, Pasta Base, Pegamento, MDMA, etc.
Están ahí,
son fáciles de
ver. Ya sabrán
algo sobre las
Drogas, yo muy
poco, me mantuve
alejado de ellas.
Sé que te
empobrecen, te roban
el alma, la
alegría, la salud
y hasta la
vida. Yo me
las imagine como
un pantano, tenia
quince años y
en el barrio
corría la María
y muy poca
Cocaína, algunos mezclaban
medicamentos, y todos
eran muy vivos.
Te pintaban unos
viajes barbaros, yo
viajaba leyendo, ya
hacían orgias, yo
estaba lejos muy
lejos de conseguir
que, una guacha
me mirase pero
quería que, cuando
pasara, fuéramos dos,
ella y yo.
Un pantano grande,
extenso, lleno de
arenas movedizas, Jaguares
y Caimanes y Yararás
y
Serpientes de Cascabel
ponele que alguna
Anaconda; un lugarcito
bravo, entonces ¿qué
me aseguraba a mí que
saldría si me metía? Nada.
Pero para tener más datos,
mas información, quince
años, dos más
que vos, los
mismos que vos
y dos menos
que vos; hable
con una Doctora
del barrio, le pedí que
me llevara a
ver la otra
cara, el penúltimo
paso antes de
morir. Era la
mama de una amiga y
me conocía como
a un hijo,
me dijo que no podría
revelar nunca adonde
me iba a
llevar, yo no
debería entrar ahí
bajo ningún concepto
pero dadas las
especiales circunstancias, ella
me llevaba. Di
mi palabra, los
Judokas mantenemos la
palabra aunque los
huesos de esa
Señora hace tiempo
que son polvo,
yo mantengo mi
palabra. No importa
donde me llevo,
importa lo que
vi. No
voy a describirlo,
no es lindo
ni agradable, si
es instructivo, los
padres deberían llevar
a sus hijos
a un lugar
así, que vean
lo que nadie
les dice que
pasara y que
elijan. Puse eso
dentro del pantano
y me asegure
de nunca resbalar
cuando caminaba por
la orilla, di
un rodeo, sigo
dándolo, tuve miedo,
sigo teniéndolo. Es
un combate que
jamás ganaría, es
un combate que
jamás aceptare. Y acá les
digo algo: no es cobardía. No
se confundan, hay
que ser valiente
para ser raro y decir
que no. Todos
van, yo me
quedo, solito y con cara
de nabo. Vamos
a ver donde están
ustedes,
ellos, y yo
cuando tengamos 43.
Yo escribo esto,
crio una nena
de siete años;
algunos de ellos
tienen vidas normales,
otros ya murieron o
viven vidas que
no son vida
o están presos.
Pocos tienen vidas
normales. ¿Quien fue
valiente? Decidilo vos.
En algunas
cosas no existe
la moderación chicos,
chicas, solo pueden
mantenerse alejados. No
hace mucho trabajaba
en una Discoteca,
15000 almas, chumba-chumba
y muchas Drogas.
Vi gente menuda
como ustedes muriendo,
Ambulancias que corrían
para salvar la
vida a jovencitos
y jovencitas que,
al no ser
capaces de decir
que, se habían
metido perdían la
carrera y morían
con los órganos
licuados. La autopsia
no supo decir
que era lo
que les dieron.
Caían en la
pista bailando, en el estacionamiento y
en los baños.
Siempre era muy
doloroso cuando venían
los padres buscando
a sus hijos,
siempre esperaban que,
los suyos no,
que fueran los
hijos de otro
los muertos, mi
nena o mi
nene nunca consumiría
Drogas, decían.
Juntas. Las
malas compañías. Ya
ven, mis amigos
de la infancia
hacían de todo,
no siempre bueno
y yo tampoco
era bueno. Para
nada, en absoluto.
No voy a
decirles porque era
malo, ni que hacía, les
voy a decir
que, cambio mi
vida.
El Judo
clavado, pensaron. Sí,
pero no. ¡Epa! ¿Cómo
si
pero no? No,
el Judo fue
el vehículo, el
instrumento que use
ayudado por los
Senseis para enmendarme.
No lo conseguí
del todo, debí
esforzarme más, entrenar
más duro, mas
horas, mas días.
Ni haciéndolo mil
años lo conseguiría,
ni enmendarme ni
reparar el daño.
Aun así, aunque
lo supiéramos, los
Senseis y yo,
entrene duro, no
lo bastante, cierto,
pero duro. Tenía
trece años y
era un caballo
desbocado, me esperaba
la cárcel, drogas
o una muerte
violenta. Mis “Juntas” ,
mis amigos, mis
compinches eran desde
niños normales, traviesos;
a niños problemáticos
que, acabarían inmersos
en la droga
o la cárcel o
ambas. Lastime a
un chico de
quince, en una
pelea, en la
escuela. Mi mami
querida lloraba desesperada,
vencida, rota, la vi entregarse,
delante de mis
ojos vi que,
tiraba la toalla,
no podía conmigo,
tenía tres hijos más, me
dejaba a un
lado, intentaría salvar
a los otros.
Ella me miraba
sin saber que,
hacer o que
decir. Las mamas
no lloran delante
de sus hijos,
procuran evitarlo siempre que,
pueden. Cuando las
lastimas mal, como
hice yo, lloran
mirándote a los
ojos, no se esconden. Que
tu mama sufra
porque no sos
capaz de pensar,
tener criterio, ser
responsable y ayudarla
es tu culpa
y de nadie más.
En
ese momento no
le dije nada,
no me habría creído,
me prometí a
mi mismo que,
nunca más la vería llorar
por haberla decepcionado,
nunca más sentiría vergüenza de
mis actos y no importa
que, la pelea
fue justificada, que
era más grande,
que mama me
dio permiso para
defenderme; importa que perdí el
control y lastime
seriamente.
Desde ese
dia era fácil saber
si debía o
no hacer algo:
si mamá se
enteraba, ¿lloraría?, no
lo hago. ¿Se sentirá
orgullosa de mí? Adelante.
¿Me dará una
paliza, si me
agarra, sin más?
Que no me
descubra.
Me puse
a hacer Judo
de verdad y
me ayudo. Se
acabaron las peleas.
En el tatami
la gente era barbará. Seguí con
las malas compañías,
no pasa nada,
si usas la
cabeza y tenes
criterio. No eran
ellas el problema,
era yo. Siempre
fui yo, siempre
serán ustedes. Nadie
te obliga a
hacer nada que
no queres, nadie.
Y no hay
excusa válida. Procuren no
hacer llorar a
las mamás, traten
de no pasar
por el trago
de verla desecha,
por tu culpa. Hacela llorar
de emoción, termina
el liceo, llévale
el carne con
todo aprobado, tenes
el pase a
la Universidad, déjaselo en
el escritorio del
laburo, ándate y
camina por Cuareim
y que la
gente vea a
tu mamá corriendo
y abrazarte, llorando
y llora con
ella, es distinto,
te lo aseguro.
Mejor si solo
llora de emoción,
¿de acuerdo?
Podes crecer
en el barro
y convertirte en
un hermoso sauce,
o ser simplemente
barro. Tus juntas
pueden hacer lo
que crean conveniente,
vos sabes que está bien
y que está
mal. Se responsable
siempre de tus
actos. Equivócate, que
no te enganchen,
si te cazan,
aguanta lo que te caiga
encima. La próxima no
bobees o hacelo
mejor. No quiero
santitas y santitos,
quiero jóvenes que,
asuman responsabilidades, sobre sí
mismo
y con los demás. Equivóquense,
elijan mal, gánense una
buena bronca del
viejo. Mantengan los
estudios con buenas
notas, no es negociable. Pórtense
bien en casa,
no es negociable.
Usen la cabeza,
no es negociable.
Soy chico ¿lo
sos?, es chico, ¿lo
es? Es muy
inmadura, ¿lo es?