Hora 1210 del 16 de
marzo del corriente. Suena el teléfono, es Peque, amigo de los que
duelen, duele tenerlos y duele perderlo. También ha sido jefe mío
en la noche y me ha conseguido varios trabajos; llama para darme el
dato de un posible trabajo, llama a fulano, anota, ¿te acordás de
él? Me acordaba y llame. Un minuto hablando, y me dice: “Te espero
en el Polígono Industrial La Reva, a las 0730”. Si te manda el
Peque y si encima te conocen, las cosas van cómo la seda. Si
cumplís, pienso al colgar, no importa nada más, las oportunidades
surgirán, pero anoto mentalmente que a Peque empiezo a deberle tanto
que no seré capaz de pagarle nunca. Me consuela pensar que los
amigos hacen estas cosas y las hacen de onda.
Entonces en el
horizonte, nada más cortar la llamada, aparece gigantesco,
creciendo, haciéndose inmanejable, el siguiente obstáculo a salvar.
De mi casa al lugar de la cita hay unos 25 kilómetros, entro a la
enciclopedia y son: 24,1 o 26,7 según vayas por un camino o por
otro, por supuesto en vehículo a motor.
No hay metro, buses,
tranvía ni helicópteros, es uno de esos lugares que si tenes que ir
o compras un coche o no trabajas, diga lo que diga el gobierno y sus
títeres. El coche de Mari no paso la ITV, inspección obligatoria,
esta en talleres y no hay dinero para arreglarlo.
Entra Mari
a la casa y le digo cómo están las cosas, voy a ir a trabajar, los
dos lo sabemos, no tengo cómo hacerlo, a menos que agarre la bici
que puede que este desinflada y tengo que ir a verlo. Llevamos mucho
tiempo afrontando demasiados palos, cómo muchas otras personas y
cómo ella es optimista y cree que el mundo es un lugar agradable,
amable, donde esas personas jamas te lastimaran sin motivo y aunque
lo tengan. Con la mentalidad aguerrida de cualquier mujer, empieza a
buscar un coche para alquilar, conseguir ponerme en ese lugar a las
0715, esa es mi hora de llegada estimada o antes; es la prioridad, ya
descubriremos cómo lo pagaremos o cómo comeremos, así están las
cosas.
1302. La bici ha
ganado terreno. Empiezo a mentalizarme, no sera un viaje divertido, a
oscuras, por un camino que nunca recorrí y del que lo desconozco,
todo. He pensado en quienes tienen coches parados que podrían
habilitarmelos unos días, hasta sacar del taller al de Mari; las
alquiladoras de coches, quieren tarjetas de crédito, nosotros ya no
las tenemos. ¿Efectivo? Jajajajajajajajjajajajjaajajajajjajaajaja.
Pelota, set y partido. Ganaba el sistema. Un trabajador sin trabajo
no es nada y si no tenes trabajo y lo conseguís pero no tenes nada
de lo que te exigen para poder llegar al trabajo, dado que no hay
cómo ir por tus propios medios, lease caminando y en bicicleta no
podes viajar por las autopistas y carreteras, tenes que circular
fuera de estas y solo te dan si sos trabajador con contrato, no
llegas a ser trabajador. ¿Absurdo? Apenas la realidad que vivimos.
Empiezo a escribir
este mensaje que colgare en Facebook:
“Gente amiga que
vive en Valencia y alrededores: Mañana a las 0715 tengo que estar en
el Polígono La Reva para empezar a trabajar, a prueba, si paso el
corte, me harían un contrato. Problema: el coche de Mari esta roto y
llevara unos tres o cuatro días repararlo. Necesito un coche para ir
o un chófer que me lleve y me vaya a buscar o se roten dos, estos
días. Segundo problema: No podemos alquilar, no tenemos tarjeta de
crédito. Una realidad: El transporte publico tan valorado por el
gobierno y con tan buena propaganda, no me va a permitir llegar.
Son
casi 25 kilómetros y me veo en la bici, cagándome en todo, a
oscuras por vaya a saber que caminito, si consigo descubrir por
donde carajo tirar. Imagino que la ruta por el Parque de Cabecera que
lleva a Torrente, tendrá algún enlace, espero que esté también
bien señalizado...”
Mientras lo redacto,
le mande un mensaje al Pelado, cambio de trabajo y puede que su
furgoneta este parada. Y chateo por Facebook con un compañero de
Judo que se muestra preocupado. Pregunta cómo voy a ir y le digo que
en la bici, soy un Judoka, la oscuridad no me frenara, ni los pozos,
cunetas y demás cosas que puedan estar esperándome la próxima
madrugada. Me recuerda que son 24 kilómetros y no necesito que lo
haga, lo tengo muy presente. Lo hice años atrás y si hay que volver
a hacerlo, bueno, lo hago.
1331. Suena el
teléfono, es el Pelado. Me presta su camioneta, quiere traerla
después de terminar de trabajar, le insisto que voy yo a buscarla; y
si se complica por lo que sea y tiene que usarla, me lleva y después
me va a buscar, todos los días que sean necesarios, para eso están
los amigos dice y cortamos. Pelota, set y partido.
Rompí a llorar, con
la bici no iba a ser divertido y nunca fui valiente; por otra parte,
la más importante, un amigo acudía al rescate, generoso. Y lo hacía
antes de que el mensaje fuera colgado, fue mi primer llamada de
socorro y recibí una respuesta positiva del 100 X 100. Con
seguridad, cuando cuelgue este post, llegaran más llamadas y
mensajes y lo harán, aunque ahora ya sepan que solucione el problema
o me lo soluciono el Pelado y él, cómo el Peque y otros tantos, me
recuerdan por cómo me cuidan y se preocupan por mi; de que intentar
ser honesto siempre y buena persona, compensa, compensa siempre,
aunque algunos te salgan rana e intenten derribarte, calumniarte o
ningunearte.
Hoy necesitaba ayuda
y la conseguí, rápidamente. Gracias Pelado, el abrazo no te lo
evita nadie. Gracias a todos, siempre que la vida me apretá fiero,
están ahí, para sacarme del apuro. Los que cómo el Pelado o Peque,
están cerquita, de una manera y los que están lejos, con mensajes o
llamadas. Canario, hacerte 800 kilómetros en menos de 48 horas,
aunque te guste manejar, para tomarte unos mates conmigo, es una
locura, una locura hermosa hermano. ¡Gracias gente! Algún día
tendrán que explicarme porqué, aguantan firmes el paso de los años. Soportandome.
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