viernes, 17 de marzo de 2017

¿Aprender a caer o hacer pesas?



Desde el momento en el que entras a una clase de Judo por primera vez hasta que dejes de entrenar o mueras, estarás aprendiendo; quemando etapas, superándote de muchas maneras.                                                             
Al principio todo es nuevo y solo aprender a caer se antoja difícil; es la base, saber caer te abre el amplio abanico de técnicas que conforman el Judo; miras a los compañeros de la clase y pensas que no lo conseguirás, hacen cosas que se te antojan imposibles; te resulta evidente la complicación técnica que enraban y no te ves consiguiéndolo. Si ni siquiera les aguantas el calentamiento, la gimnasia previa ya es exigente, demoledora cuando empezas; no atinas ni a meter suficiente oxígeno en los pulmones como para pensar en saltar sobre tres compañeros, volar y hacer una caída.
He notado que, por regla general, cualquier aspirante entiende las normas bastante rápido y las observa, pero también que no suelen escuchar a quienes llevan años de ventaja y tienen experiencia, ya han pasado por esas etapas, han pagado un peaje, han obviado los consejos, han sido cabezones y porfiados; solo quieren evitarte tantos rodeos e intentan aconsejarte, mostrarte el camino, la dirección por la cual deberías ir.                             
Todos hemos pensado que necesitábamos más fuerza cuando empezábamos y veíamos que nos vapuleaban con extremada facilidad; todos caímos en la trampa de creer que se trata de fuerza, la propia pues no teníamos cómo saber qué es la suma de las fuerzas de ambos; fundamento que lleva tiempo asimilar y más todavía llegar a dominar. Se puede resumir así: si tiran de ti, avanza empujando sutilmente, si te empujan, retrocede tirando.                                              

Claro que se escribe fácil y se lee de igual manera, llegar a entenderlo ya no lo es tanto y dominarlo costará años de arduo trabajo pues no es tan simple como lo escribí si bien es un buen resumen. Lo primero que hacemos es meternos en la sala de pesas y trabajar la musculatura, generalmente antes de la clase de Judo con lo cual estamos reventados antes de terminar de calentar y se resiente la calidad del trabajo que hacemos en la clase.
Invariablemente te recomendarán que dejes las pesas y hagas caídas, que las pulas por aburridas e inicuas que te parezcan; te insistirán en eso mucho y generalmente no harás caso; seguirás con las pesas, convencido.         
Es notable que hagamos caso en infinidad de cosas, pero se nos atragante eso de las caídas y nos metamos en la sala de pesas e incluso preparemos en el patio de casa un circuito que nos debería fortalecer para que no nos muevan tan fácilmente en la clase, perdiendo la perspectiva de que quienes lo hacen, llevan mucho tiempo entrenando, han adquirido técnicas, conocimientos que les proporcionan ventaja y algo fundamental: ¡dominan las caídas! Al despreocuparse de ser proyectados pues no es un problema, se enfocan en proyectar; en buscar una combinación que se resiste o simplemente ir practicando diferentes técnicas o variantes ante un desarbolado aspirante que nota con la facilidad que lo llevan de un lado al otro y lo sacan volando o le levantan del tatami siempre que quieren.

Todo sin apretar a fondo el acelerador y cuidándonos, es tan evidente que solo hay que verles cuando se ponen con otros que tienen nivel, entonces te percatas de que contigo están en modo juguetón; esas entradas que les ves hacer son letales y esas caídas tienen que doleeerrrrr; o deberían, pero se levantan de un salto y vuelven a enzarzarse. Alguno incluso ríe abiertamente, disfrutando de ser derribado violentamente pues a todas luces, si te sacan por encima de la cabeza, hay un metro y medio largo hasta el tatami y te impulsan haciéndote ganar velocidad, la caída tiene que ser dura por fuerza por más que parezca que no les pasa nada.
Cuando dejas de ser un aspirante, un Kyu y llegas a Sho Dan, el anhelado Cinturón Negro haces aquellas cosas que se antojaban imposibles y tratas de mostrarles el camino a los que vienen a aprender Judo y ¡te sentís como quienes trataban de hacerte entender que es más importante mejorar las caídas que hacer pesas!   
Bueno, ahora soy yo quien pide que hagan caídas y explica que hacer pesas no es necesario, no en esa etapa, más adelante igual si o no pero nunca antes de ser un experto cayendo; nunca antes de dominarlas perfectamente.                                                                            

Nadie puede recorrer el Camino por nosotros y aunque traten de facilitarnos la tarea, hay etapas insoslayables que debemos atravesar antes de poder avanzar; entenderlo y aceptarlo es necesario siempre que pretendas enseñarle a un aspirante que ser un experto haciendo caídas es anterior a encarar circuitos de pesas para fortalecerte. Hay que tener paciencia, mucha e insistir; tal y como hicieran conmigo en su día.

Por si alguien no entendió: primero caídas, caídas, caídas; saber caer es lo que primero que debemos trabajar.

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