jueves, 12 de enero de 2012

Nuestro Tesoro.


Llevo un mes desacatado. En ese tiempo moví ficha dos veces intentando que dos Maestros de Judo reflexionaran. El susto todavía me bandea. Hoy hablare con otro. Está claro que les quiero, que ellos me quieren, y que yo les Respeto. Uno no sabe quién soy, probablemente los teléfonos estén calientes averiguándolo. Tres Maestros, tres Senseis, tres Enciclopedias. Mal que les pese yo no puedo permitirles cuestionarse su valía, otra cosa es que las circunstancias personales les aleje del Tatami. La edad nunca fue un impedimento, es un valor añadido, una niña de seis años, un adolescente de dieciséis, un Judoka que se siente perdido, un joven Profesor desorientado, un gran Maestro que se equivoca, hasta un descastado como yo, merece poder disfrutarles.



Nunca nadie me dijo que eso estaba permitido, tampoco se ahora que se pueda hacer. El caso es que ya lo hago, actuó como Judoka en defensa de nuestro patrimonio: Los Maestros.



Espero que tres  así lo entiendan, y puedan perdonarme la osadía. Uno en Uruguay, Dos en España. Ojala conserve mi lugar en el Dojo.



Los Maestros son humanos, dudan, se cuestionan y cuando les parece que molestan se apartan; eso no debe ocurrir ni podemos permitirlo. Tenemos que hacerles ver que son necesarios, que pueden enseñar mucho, que les queremos guiándonos. Algo falla cuando les hacemos sentir que estorban, es igual que cuando no mimamos a los Abuelos, no conseguimos una hora para caminar al Sol y escucharles. ¿Alguien quemaría una Enciclopedia, alguien querría quemar una Biblioteca, alguien quiere que la Red no te permita investigar sobre lo que te inquieta?



En Brasil es muy común ver a los Maestros acompañados de uno o más alumnos que son los que llevan el peso de las clases, hacen todo el trabajo bajo la atenta mirada del Maestro. Cuando este corrige a un niño de seis años, con paciencia infinita captas porque debe estar en el tatami. Cuando te explica algo a ti, adolescente descoordinado y sentís el poder de la técnica pura, sabes hacia donde encaminarte. Esa experiencia es personal, única, intransferible, solo un Sensei, un Maestro más cerca del final del camino, lamentablemente se nos mueren, que de otra cosa, puede producirla. Son el Faro, la guía que nos mantiene en el camino. Son Ejemplo.



¿Cuánto pagaría yo, que tengo para ofrecer, como demostraría que conozco el valor de lo que les pido? Muy fácil. Sigan  Enseñando, Trasmitiendo y yo dejo de Hacer Judo. No piso nunca más un Tatami, es Judo o nada porque no voy a meterme en otras técnicas cuando llevo décadas con esto y sigo cometiendo errores, no porque no Respete y Valore los demás Artes Marciales y ni hablar: a todos los Senseis. Ni escribiré nada mas referido al Judo. Es fácil ubicarme, una llamada, un correo; les pido mucho, les doy todo.

A los alumnos de aquellos: Media pila muchachos, media pilita. Nos dan todo, y no me vengan con que cobran, porque de verdad, les pagamos una mierda. Les hacemos más caso a ellos que a nuestros padres, nos hacen estudiar, cuando nadie lo consigue, nos convierten en personas cuando eras carne de presidio. Te abrazan cuando te ven roto anímicamente, sacrifican sus vacaciones para que tú, te sientas mejor y tú llegues a tope al Campeonato que preparas.  No me sorprende que se sientan dubitativos, lo que me maravilla es que sigan, lo que debemos plantearnos es que necesitan ellos, por una vez.

Ya saben, compro Maestros para los jóvenes, pago el único precio que puedo. Ojala sea suficiente, alcance, ojala mis Maestros den por saldada la Deuda de Honor que mantengo con ellos.

Y repito: no se si esto se puede hacer, pero siento que debo hacerlo, perdónenme si no encontré otra manera, lo que no pueden pedirme es que mire para otro lado, no es lo que, ustedes, me enseñaron.

Vamos Maestros, por favor, los jóvenes del mañana, los que aun no están sobre un tatami les van a necesitar, yo lo sé y ustedes también, sé muy bien todo lo ingrato, el Sacrificio, los años dedicados a Formar Personas, todos han tenido en sus manos alguien como yo y le salvaron de sí mismo y a la Sociedad de él, haciéndolo útil, ¿eso no vale nada? Recuerden el fin Ultimo del Judo, si salvaron a alguien perdido pueden salvar mas o Formar Futuros Maestros que lo hagan por ustedes. Sigan cambiando el mundo, mejorándolo. Que se note que son Judokas, Maestros, Budokas. Sigan pisando el Tatami. ¡Por favor!

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