Por Leonardo
Bass, España.
El Yerno
no debe hacer
negocios, pero puede
trabajar, el Rey,
su suegro, no
hace negocios, antes
bien, trabaja y
por eso cobra
por cada barril
de petróleo que
España le compra
a Arabia Saudí.
Unos centavos de nada por
barril, una miseria,
un mal negocio
y un excelente
trabajo. Esto último
porque cuando no
se conseguía asegurar
el suministro del
preciado liquido, fue
el Rey quien
realizo las gestiones
pertinentes que, desatascaron
el asunto y
hasta el presente.
Extrapolando es
factible pensar que
hace mas trabajos
remunerados, nunca negocios,
y otros que
no lo son,
pero que de
todas maneras, lleva
a cabo por
sentido del deber.
Aclaro que no
me parece mal
que cobre por
cada barril que
el consiguió que
llegue, máxime cuando
nadie mas era
capaz de conseguirlo,
para eso está,
para cuando se
produce una transición,
para mediar con
el reino Alauita
o para colaborar
controlando la superpoblación de
elefantes en África
amen de hacer
callar a un
mandatario extranjero que,
se metía con
el presidente Español en
funciones.
Su ejemplo
es seguido fielmente
por los políticos,
todos sin excepción,
que hacen suya
la idea de
que el interés general,
publico, está por
encima del individual,
privado, y por
lo tanto se
desviven por hacer
las cosas lo
mejor posible sin
pensar en las próximas
elecciones, sino
que, miran el
horizonte del futuro.
Con el presidente a
la cabeza que
ha manifestado hace
nada que, en política,
no
se gana dinero,
que él, no
entro en política para
ganarlo, aunque, no
aclaro, para que
entro ni porque
quería ser presidente.
Probablemente para figurar
en la historia,
especulo.
Lo sangrante
es que la
sociedad no les acompañe debidamente.
Se niegan tajantemente
a trabajar o
hacer negocios; pretenden
vivir todos del
estado, cosa que
es del todo
imposible. Rechazan las políticas
de
Educación(Abandonan los estudios
masivamente), las de
Sanidad(Acaparan
medicamentos y visitan
al médico sin
tener necesidad) y
las de Vivienda(Se
empeñan en comprar
desdeñando los excelentes
pisos que el
estado pone a disposición
de
la ciudadanía en régimen
de
alquiler, a precios
de risa). Actúan
con infantilismo cuando
los desahucian, incluso
algunos, aunque tengan
recursos para seguir
batallando, actúan irresponsablemente.
Han aceptado
a regañadientes que la banca
sea nacionalizada, rescatada
vamos, como si
otra cosa fuera
posible. Y una
parte de la población
que,
invirtió su dinero,
contra el consejo
de los bancos,
en productos financieros
de alto riesgo,
reclama que les
devuelvan el dinero.
Entender este galimatías
social
y político amen
de monárquico, resulta
harto complicado, extremadamente difícil.
No parece acertado
desdeñar las actuaciones
que desde el
gobierno, la oposición y
la casa real
se viene llevando
a cabo en aras de
un mejor funcionamiento de
un país que
cuenta con todo como para
que sus ciudadanos
vivan en plenitud.
Y que no
sea posible porque
los ciudadanos decidan
que no quieren
hacer ningún sacrificio
por chico que
este sea, resulta,
cuando menos pornográfico,
una bacanal en
toda regla.