Guille y
Pedro intentan robar
un auto y
la policía los
descubre, se dan
a la fuga
no sin antes
esquivar varios balazos,
Pedro es alcanzado
en un muslo
y se queda
rezagado; Guille consigue
llegar al barrio,
no hay nadie.
Desesperado acude a
casa de Leo,
le explica lo
que pasa y
que cree que
Pedro está mal
herido. Leo piensa
que haría él,
herido en una
pierna en esa
zona, meterse en
la playa, caminar
amparado por el
muro o quedarse
tendido si no
puede caminar esperando
que alguien le
vaya a buscar.
Sabe exactamente dónde
buscar a Pedro,
estará en las
rocas, la oscuridad
es más densa
y solo tenes
que vigilar una
franja de playa.
En el barrio
solo hay un
auto, lo robo
Luis hace dos
días, está caliente
pero no quema,
le piden ayuda
y los tres
van a buscar
a Pedro.
Leo les
dice que esperen a cien metros
de donde cree
que estará Pedro,
si aparece la
policía deben irse
y volver cuando
puedan, pero antes
del amanecer tienen
que sacarlo, cuando
haya luz será
imposible escapar y
si se está
desangrando será tarde.
Leo corre, salta
el muro y
camina por la
arena hacia las rocas, le
cuesta dar con
Pedro, esta encajado
entre dos rocas,
inconsciente. Se lo
carga al hombro
y gruñendo lo
sube al muro,
Luis acerca el
auto, lo cargan
y salen pitando.
La herida sangra
mucho, el hospital
está descartado, solo
queda ir al
Cirujano. No corren
para no llamar
la atención, consiguen
llegar sin contratiempos
y Cirujano se
pone manos a
la obra. Tres
horas más tarde
les dice que
Pedro se salvara,
hay que esperar
para saber si
habrán secuelas, debe
quedarse, no puede
moverse. Tienen que
irse todos, menos Leo,
llevarse ese auto
y deshacerse de él. Y
no venir para
nada, cuando Pedro
este bien ya
aparecerá por el
barrio.
Cirujano y Leo
son viejos conocidos,
acérrimos enemigos, colaboradores
ocasionales, se respetan
y se evitan.
Es una relación
extraña, cada uno
reconoce las habilidades
del otro, pero
que Lucia, hija
de Cirujano fuera
un tiempo novia
de Leo no
ayuda en nada
a la ecuación.
En nada. Que
Lucia se abriera
las venas, tampoco
les acerca. Recién
Leo necesito las
habilidades de Cirujano
y este se
dispone a cobrarse
el favor y
vengar a su
niña. Mira a Leo,
sabe
que la amo,
sabe que la
ama, sabe que la dejo
ir porque ella
quería otra cosa,
sabe que cuando
le diga quien
fue el responsable
de que ella
decidiera quitarse la
vida se desatara
un infierno de
sangre, nadie mejor
que Leo para
eso, nadie más
adecuado para ser
su instrumento de
venganza.
-Jorge, “Diamante”,
Porciúncula. Era el
novio de Lucia,
fue él, quien
la degrado, la
uso, la prostituyo
y la dejo
tirada como un
trapo. Por el
te dejo, le
había prometido casarse
con ella y
sacarla de acá.
Quiero que sufra,
mucho y que
sepa por qué; no
solo estaremos a
mano, te deberé
un favor.-
-No. Lo
hare por Lucia.
Te seguiré debiendo
esta noche y todos los
cuidados que implique
atender a Pedro.
Mañana con tiempo
te mando a
Pascual, el te
puede conseguir sangre
y todo lo
necesario. Gracias.-
Cirujano le
ve irse, mira
por la ventana
como se pierde
en la oscuridad, tiene
una linda caminata
hasta su casa;
era un buen
novio para su
niña, un tipo
que la habría
cuidado, lástima que
tenga tantos demonios
dentro. Como él,
ni más ni menos.
Leo sabe
que tiene que
calmarse, enfriarse, esa
furia que le
invade le hará
vulnerable, le empujara
a equivocarse. Camina
y esboza un
plan genérico de
acción, cuando llega
a su casa,
se ducha y mete en
la cama, necesita
descansar. Por la
mañana desayuna mientras decide
donde empezara a
recopilar información sobre
Diamante. Sabe que
tiene escolta, tres
payasos que no
sirven para nada,
uno hace de
chofer, van armados
pero es como
si no lo estuvieran. Se
hace con una
moto y les
sigue discretamente, sus
medidas de seguridad
son ínfimas, se
creen más allá
de un posible
ataque, es pura
fachada, aunque eso
importa poco a
Leo, el quiere
asegurarse de poder
salir indemne de esta
aventura. Compra una
pistola con dos
cargadores y varias
cajas de balas,
practica varios días
seguidos hasta conseguir
un resultado aceptable
a corta distancia,
le gustaría contar
con un silenciador
pero es bastante
complicado. Eso para
los guarda espaldas,
para Diamante tiene
un cuchillo bien
afilado. Para no
ser detectado, por
mas tarados que
sean podrían darse
cuenta de que
les sigue, deja
alguna semana de
hacerlo y se
dedica a mejorar
con la pistola. Consigue
una camioneta que
tiene los papeles
falsificados, es altamente
improbable que la
policía detecte de
casualidad el fraude,
se la dejan
gratis, si puede
que la devuelva,
si no es
posible que, la
queme. En una ferretería enorme
en la otra
punta de la
ciudad compra cuerdas
finas, ideales para
atar y varios
paquetes de bridas,
algo de cinta
de enrollar y
dos bidones para
nafta. Asalta una
casa y se
lleva unas botas
que medio le
quedan y ropa
oscura incluyendo una
campera tres cuartos,
revuelve todo para
simular que buscaba
otra cosa, se
lleva el televisor
y un equipo
de audio. Ya
tiene todo lo
que necesita, ahora
tiene que descubrir
cuando será el
momento idóneo.
Retoma el
seguimiento, los sábados
van a una
casa apartada, hacen
fiestas, se escuchan
gritos femeninos de
dolor. Suele haber
algún amigo de
Diamante pero no
hay mas guardaespaldas. Ese
será el lugar,
es el más
discreto, le permitirá
trabajar sin ser
molestado y le
evita tener que
buscar uno que
le diera las
mismas condiciones. Pasa
varios días recorriendo
los alrededores de
la casa, descubriendo
caminos, rutas de
escape y lugares
donde dejar la
camioneta oculta, mientras
este ocupado. Solo
por precaución durante
dos sábados deja
la camioneta donde
cree que es
mejor y se
arrastra hasta cerca
de la casa;
los guardaespaldas también
tienen mujeres, nadie
vigila nada, es
hasta obscenamente fácil.
Las mujeres serán
un problema, pueden
identificarle si las
deja vivas, por
otra parte son
inocentes de el
crimen que va
a vengar. Matarlas
seria una atrocidad,
decide que las
dejara vivas y
les entregara vivos
a los guardaespaldas para
que ellas les
hagan unas caricias
a fondo, con
libertad.
Resulta insultantemente fácil
desarmar a los
guardaespaldas, los ataca
con los pantalones
en los tobillos
y las chicas
chupando sin convicción,
los ata a
los tres y va a
buscar a Diamante
que está siendo
cabalgado por una
amazona que gime
con estridencia, ni
grita cuando le
ve aparecer y
atar y amordazar
a su cabalgadura.
A las tres
mujeres que estaban
con los guardaespaldas les
da cuchillos que
había en la
cocina, les dice
que se diviertan,
empiezan los aullidos.
En el dormitorio
Diamante se retuerce
y revolea los
ojos, su amazona
se ha puesto
una tanga, es
igual que fuera
desnuda, pero parece
que así se siente
vestida. Leo la
mira, no debe
tener dieciocho años
y parece que
quiere colaborar con
lo que sea
que él, tiene
preparado para el
hijo de puta
atado en la
cama.
-Bueno, estoy
acá por Lucia,
por todas las
Lucias que has
violado, prostituido, degradado,
golpeado, usado, vendido
y dejado tiradas
en la cuneta.
También por esta
Lucia que te mira
con hambre. Cuando
ella entienda el
tipo de fiesta
que tendremos, que
será larga para
ti, le daré
el cuchillo para
que se vengue
a sí misma
y quizás así
poder tener una vida.
Vas a morir
lentamente y vas
a sufrir mucho,
es para que
el Diablo tenga
tiempo de prepararte
el agujero mas
infecto del infierno
para alojarte en
el. Voy a
sacarte la mordaza
para que no
te vayas a
ahogar y morirte
antes de tiempo.
Esos gritos son
los inútiles que
tenias de guardaespaldas, las
chicas se están
cobrando tanta mamada
a prepo, tanta
violación infame, tanto
robar en lugar
de pedir. Rézale
a tu Dios,
si tenes alguno,
si esa cruz
significa algo, mis Dioses
hoy no te
ayudaran, están conmigo.-
Leo le
quita la mordaza
y Diamante empieza
a ofrecer cantidades
de efectivo para
comprar un indulto,
solo consigue una
cachetada fuerte, cuando
ve al cuchillo
acercarse a sus huevos chilla
como un chancho
cuando sabe que
le van a
matar, siente como
le cortan los
huevos y grita
retorciéndose. Leo se
los corta limpio,
como si fuera
un ternero, les
hecha sal y
Diamante berrea enloquecido.
Leo le deja
sentir el dolor,
recrearse, llenarse, asumir
que le han
capado. Le hace
cortes finos en
los brazos y
los muslos, en
todos hecha sal,
Diamante llora desesperado,
grita, pide piedad,
pide perdón, promete
mil cosas, babea,
berrea, se retuerce
e implora ayuda
a Dios, este
le ignora. Las
otras chicas aparecen,
ya no les
queda diversión, fueron
atolondradas y acortaron
el festival, pero
les queda este.
Leo le da
unas tijeras de
podar a la
jovencita en tanga
y la ayuda
a cortar un
pulgar de los
pies de Diamante.
Este brama, cree
que se vuelve
loco cuando ella
le corta los
otros cuatro dedos
y espolvorea sal
con el ceño
fruncido, concentrada, exorcizando
demonios, soltando lastre,
lavando su alma.
Diamante se
da cuenta de que perdió,
de que va
a morir, ni
las amenazas, ni las suplicas
ni la oferta
de mucho dinero
parara esto. Le
viene a la
cabeza Lucia, la Lucia que
desencadeno este infierno
de sangre y
dolor; ella le
dijo que había
un hombre que
si se enterase
algún dia que él, Diamante,
la maltrataba, vendría
y le mataría
lleno de dolor,
el la silencio
de una bofetada, y
la tumbo sobre
la mesa, la
penetro brutalmente y
disfruto tanto de
poseerla como de
sus gritos de
dolor y su
llanto. ¿Cómo podía
imaginarse que era
verdad, que a
esa puta alguien
la defendería, la
querría? Debí escucharla
piensa atravesado por
tanto dolor que
es incapaz de
saber que duele
más, debí dejarla
ir y esto
no estaría pasándome.
Las cuatro
mujeres cortan los
dedos que quedan,
riéndose, disfrutando, por
primera vez en
su vida son
las verdugo y
se sienten eufóricas,
se están desquitando
de las humillaciones
pasadas y futuras,
se ensañan, le
ponen ganas, llenan
el cuerpo de
Diamante de cortes
y sal. Es
una orgia de
sangre, demencial, cargada
de locura. Diamante
se desmaya por
el dolor y
la pérdida de
sangre. Es hora
de prender fuego
la casa, con
la ayuda de
las mujeres Leo
mete a los
guardaespaldas en el
dormitorio; impregna de
nafta la casa,
excepto donde están
los cuerpos, prende
fuego y se
aleja con las mujeres
hacia la camioneta.
Diamante se despierta
acalorado, el humo
le hace toser,
hace mucho calor,
en su delirio
de dolor cree
que ya está
en el infierno,
no, pero le falta
poco.
Por el
camino ellas le
agradecen la noche,
siempre que quiera
sexo puede buscarlas,
no le cobraran,
nunca; la más
joven esta enganchada,
Diamante usaba esa
táctica para dominarlas,
quiere desintoxicarse y
no tiene adonde
ir. Dejan a
las tres mujeres
en la ciudad
donde ellas indican,
Leo se lleva
a la Jovencita
a casa de
Cirujano. Le explica
que necesita ayuda
para desintoxicarse y
empezar otra vez,
no es Lucia,
pero podría serlo.
Cirujano mira a
la jovencita, flaca,
ojerosa, desvalida, maltratada
por la vida,
ve a Lucia
con catorce años,
llena de vida,
linda y ve
su cuerpo desangrado
con apenas dieciocho,
su vida truncada,
malgastada, desperdiciada y
decide que sí, que
puede ser Lucia.
-Gracias Leo,
estoy en deuda.-
-Cuídame a
Pedro, recupera a esta chica,
estaremos a mano.-
-No. No
quiero estar a
mano tan fácilmente,
quiero esta deuda,
quiero saber que
te debo, quiero
saber que la
vengaste y recordarlo.-
-Entiendo, me
voy.-
Leo se
acerca a la
chica que espera
indecisa, tímida, asustada,
quiere creer que
llego a un
lugar amable donde
no la violaran
ni le pegaran,
con su alma
rota, quiere creer.
Mira a ese
hombre que no
sabe cómo calificar
que se acerca,
nunca conoció a
uno así, ni
le miro las
tetas, siempre a
los ojos, siempre,
aun en plena orgia
sangrienta, le llenaría
saber que alguien
como él, la
vengaría si le
pasara algo, debe
ser lindo saber
que hay alguien
dispuesto a ir
al infierno por
vengarte.
-Cirujano te
ayudara a desintoxicarte, una
vez conseguido si
queres quedarte, podes
hacerlo, perdió a
una hija y
la extraña, vos
llenarías un poco
ese hueco.-
-No puedo
pagar el tratamiento.-
-Ya esta
pago, no te
preocupes, solo tenes
que cuidarte, sanar,
recuperarte y seguir.-
-Y olvidar.-
-Si, y
olvidar.-
-¿Nos veremos?-
-No lo
creo, seguramente no,
pero si algún
dia queres verme,
Cirujano sabe donde
ubicarme.-
Ella lo
abraza con sus
bracitos flacos, y
le musita un
gracias sentido, que
sale del fondo
de esa alma
destrozada. Leo se
va, tiene que
tirar la ropa
que lleva puesta
y devolver la
camioneta después de
lavarla a fondo.
Cirujano mira a
la jovencita flacucha,
que se presenta: Analia. Ella
quiere saber quién
es ese señor
que se acaba
de ir.
-Un enemigo,
un amigo, un ex yerno,
todo eso y
más, alguien a
quien le podes
pedir que vaya
al infierno, sabiendo
que regresara del
mismo, siendo exactamente
el mismo hijo
de puta que
fue, con la
diferencia de que,
habrá hecho el
trabajo.-
-¿La amaba?-
-Tanto que
la dejo volar,
la sigue amando,
no se a
quien le duele
más su ausencia.
Yo fui muy
estúpido, les separe,
si muy estúpido.-
-¿Por qué él,
la vengo y
no usted?-
-Una manera
de pedirle perdón,
de intentar un
acercamiento, de tratar
de arreglar lo
que no tiene
ningún arreglo.-
Leo llega
a su casa,
se ducha y
demora bajo el
agua, está cansado,
agotado, se tiende
en la cama,
desnudo como a
él, le gusta
y tanto le
gustaba a ella.
Se duerme inmediatamente; en
sueños Lucia no
está muerta ni
se fue, le
espera paciente, como
cada noche, como
cada vez que
él, se acuesta
a dormir, desesperado
por su ausencia.
No se pega
un tiro porque
él, ira al
infierno, se lo
ha ganado y ella era
un Ángel, estará
en el paraíso,
nunca podrían verse;
si se mantiene
vivo, tendrán los
sueños para estar
juntos.
-Hola amor,
hoy demoraste, me
tenias preocupada.-
-Perdóname linda,
me entrevere en
algo y se
me fue la
hora.-
-Si me
das un beso,
te perdono, pero
uno bueno.-
Es un
beso delicado, muy
tierno, el más
tierno que jamás
se han dado.