Suena el teléfono
insistentemente, atiendo y
mi tarde tranquila,
se fue al
carajo, mi paz
también y mi
fe en la
humanidad, también le
siguió por el
sumidero, todo a
la mierda, literalmente.
-Soy Ana Laura.-
-Nena,
que sorpresa más
grata.-
-Estoy
metida en un
buen lio, necesito
al amigo.-
-Dispara.-
-Estoy
embarazada, de tres
meses, mi novio
me dejo y
no sé cómo
salir de esta,
estoy sola, solo
te tengo a
vos, nadie más.-
-Tranquila, respira,
en serio, vos
respira.-
-No
tengo plata, no
sé qué hacer….-
El llanto la
ahoga.
-Voy
para tu casa,
me cuesta menos
de media hora,
necesito que te
calmes, Sentate, hacete
un té, lo
que sea, no
hagas ninguna barbaridad,
cálmate y espérame,
lo arreglamos juntos,
espérame.-
-Veni,
por favor, no
demores.-
-Menos
de media hora.-
Corte la llamada
sintiendo que si
una mujer, cualquier
mujer, por muy
amiga que sea,
te llama, para
decirte que está
embarazada y vos
no participaste en
producir dicha situación,
tiene que estar
sola y desesperada,
al límite. Y si te
llama es porque
le has hecho
creer que sos
alguien diferente, un
tipo a quien
puede llamar una
jovencita y decirle
que está embarazada
de un hijo
de la gran
puta que al
saberlo, huyo, comentando
que a saber
con cuantos había
cogido y quien
la había preñado.
Tanto desamparo asusta,
lamentablemente es más
común de lo
que imaginamos y
yo era un
experto en saberme
desamparado, no es
agradable estar así,
para nada.
Llegue a su
casa y me
dejo pasar, tenía
la cara hinchada
de tanto llorar,
estaba muy afectada
y no era
para menos. Sin
preguntarle nada me
conto que su
novio, ex novio,
no había querido
usar forro, que
amenazo con dejarla
si tenía que
usar uno, que
ella le quería
y había accedido
y que cuando
le dijo que
estaba embarazada la
dejo. -La hermana
era mi amiga,
ella me lo
presento, me ha
dicho que soy
una puta al
enterarse y me
ha dicho que la olvide.-
-Linda
amiga, lindo pibe,
debe ser una
familia espectacular, que
dúo mas generoso
y responsable; no
perdiste nada.-
-¿Por qué
son así los
hombres?-
-Porque
ustedes nos dejan,
él es un
miserable y vos
sos boba, no
debiste dejar que te la
metiera sin forro,
hay cola para
metértela con forro,
además ya puestos,
debiste tomar pastillas
aunque te queda
el Sida y
las demás enfermedades
venéreas.-
-¿Me
estas culpando?-
-Solo en parte
y no te
pongas así, ¿queres?,
estoy de tu
parte, pero acá
hay cosas que
aprender.-
-¿Qué
vamos a hacer?
Yo no tengo
ni idea de
cómo resolver esto,
pero no puedo
tenerlo, mi madre
me mata en
cuanto se entere.
No tengo trabajo,
si me echa
de casa, no
tengo donde vivir.-
-Te
conseguiré plata, un
lugar y arreglaremos esto,
será un mal
sueño, una pesadilla,
vos quédate tranquila
que en cuanto
tenga todo atado
te llamo y
arreglamos, ponele que
necesite máximo una
semana, en ese
tiempo nada de
hacer boludeses de
ningún tipo; o
confías en mi
o no confías.-
-No me falles,
por favor, no
me falles.-
-Fallarte
seria ir en
contra de todo
lo que sostengo
y creo, antes
muero que no
estar a la
altura de este
problema, no llores
mas y cálmate,
ya no estás
sola y lo
arreglaremos, teneme fe.-
Volví a casa
y me senté,
era necesario pensar
un poco. Tenía
plata para cambiar
la moto, la
necesitaba para trabajar,
si me la
gastaba ayudando a
Ana Laura, chau
moto y el
trabajo. Pedir prestado
era complicado, poca
gente tenía guita
para prestar y
caí en la
cuenta de que
no sabía cuanta
plata era necesaria.
Entonces primero debía
averiguar dónde seria
y cuanto costaría.
¿Cómo se supone
que un pibe,
bueno no tan
pibe, un proyecto
de hombre, averigua
estas cosas? Pues
con una mujer,
llamando a una
mujer y preguntándoselo. ¿Candidatas?
Algunas amigas están
en el ajo,
seguro, llamarlas rompería
un delicado equilibrio;
algunas hermanas mayores
que conozco bastante,
podrían resolverme la
papeleta pero no
me convence. Las
madres están descartadas
completamente, no me
animo ni a
preguntarles, no, no
pueden ser ellas.
Raquel, ella es la adecuada.
Lo es por
madures, por ser
una amiga pesada,
de fierro y
porque su tía
trabaja en un
hospital de niños,
esta sabrá adonde
ir que, tenga
unas garantías mínimas,
que no sea
una mujer muñida
de un alambre
quien intente provocar
el aborto y
de paso la
mate, quiero un
buen lugar para
Ana Laura.
-Si.-
-Raquel,
soy Luis, necesito
la dirección de
una clínica para
un aborto.-
-¿Es tuyo?-
-No.-
-¿Entonces?-
-Es una amiga,
está sola en
esto, solo me
tiene a mí,
soy yo o
nada.-
-¿De
cuánto esta?
-Tres meses.-
-Dame
media hora, déjame
hacer una llamada.-
-Te
llamo en media
hora, gracias.-
Espere
que pasaran los
minutos tomándome un
tecito con limón
y pensando a
quien le pediría
plata prestada, no había muchas
posibilidades, me decidí
por Estela seria
la que más
me insultaría pero
la que menos
explicaciones demandaría. Seguí
dándole vueltas al hecho de
ser la única
llamada posible en
busca de ayuda,
de las connotaciones
derivadas del asunto,
de lo importante
que era para
Ana Laura y
para mi, conseguir
que saliera todo
bien. Para ella
porque un niño
con menos de
veinte años y sola, era
arrancar muy complicada
a vivir y
para mí, porque
ayudarla trascendía la
amistad, no podía
dejar de pensar
lo que implica
que una mujer
deba recurrir a
un tipo para
solucionar un embarazo
no deseado, conseguido
con otro, si
te llama es
que esta sola
mismo, mas te
vale ayudarla y
solucionar el tema.
-Raquel.-
-Anótate
este teléfono y
este nombre, tienen
que decir que
llaman de parte
de y me da otro
nombre. Cuesta mil
dólares. Tiene que
ir acompañada, de
una mujer mejor,
igual le explicaran
todo cuando llame.
Hoy se que
te vi hace
años, no cambies,
pase lo que
pase, seguí siendo
así. Te quiero
mucho, sos lindo
por todos lados.-
-Gracias.-
-A vos, beso.-
Llame a Estela
y estaba complicada
con el laburo,
me dijo que
a la tarde
estaría más libre.
Trabaje intentando olvidarme
de todo el
asunto, abstraerme. No
le había dicho
nada a mi novia y
decidí que no
sabría nada del
asunto y nunca
supo nada al
respecto, más allá
de que me
creyera o no que, ese
embarazo no me
tenía como coprotagonista, era
salvaguardar la intimidad
de Ana Laura,
me pareció que
era más importante
esto último que,
decirle a mi
novia en que
andaba. Hay guerras
que se libran
en secreto, esta
era una de
esas.
-¿Si?-
-Con
Estela por favor.-
-Le paso.-
-Hola,
¿Quién es?-
-Luis,
¿es buen momento?-
-Si,
está tranquila la
cosa.-
-Estelita
necesito mil dólares,
te los devolveré
pero no será
rápido, ignoro cuando
tendrás toda la
plata otra vez.-
-¿Para
que necesitas tanto?
¿En que lio
estas metido ahora?
¿Es grave? ¿No
te hace falta
más?-
-Es para un
aborto.-
-……………. ¿Tuyo?-
-No, una amiga
está embarazada, sola,
necesita un salvavidas,
yo soy ese
salvavidas.-
-¿Y el que
la embarazo, porque
no se ocupa
él? Decime cómo
es posible que
siempre, siempre termines
metido en quilombos
que son de
otros, como hace
alguien para terminar
rescatando gente a
troche y moche,
decime como lo
conseguís, ¿Cómo demonios
haces para meterte
en estos quilombos?-
-Siendo
Luis, siendo yo
y bancándome lo
que eso significa,
ni más ni
menos. Ponete en su lugar,
nunca te paso
ni te pasara,
a vos no,
pero ponete en
su lugar, no
tenes a nadie,
en tu vida,
en tu agenda
solo hay un
nombre, el mío
y juntas valor
para llamarme y
contarme el problema
que te aqueja,
a mí, a un hombre,
te toca decirle
que estas embarazada,
quien te ayudo
a conseguir tal
estado se borro,
no tenes un
mango ni una
maldita idea en
tu cerebro colapsado.
Decime Estela: ¿A quién
querrías del otro
lado del teléfono?-
-A vos.-
-¿Por qué?-
-Te
asegurarías de solucionar
el problema rápida
y eficazmente, sin
reproches, sin sermones;
actuarias como si
fuera tuyo ese
embarazo. De acuerdo,
mañana pásate por
el trabajo de
mi madre, mi
marido no puede
saber que te
preste la plata,
cuando puedas devolverla,
se la das
a ella. Te
quiero mucho, y
es mucho; siempre
haces cosas que
me revientan la
cabeza pero que
invariablemente me hacen
quererte más todavía,
las mujeres necesitamos
más hombres que sean
como vos, ojala
todos fueran como
vos. Te quiero.-
-Gracias
Estela, yo te
amo.-
Al otro dia
su madre me
dio la plata
sin preguntar nada
acostumbrada a ese
amigo de su
hija que no
actuaba como los
demás amigos, se
acordó cuando lo
conoció, en un
cumpleaños, verle levantar
a su hija
agarrándola de la
cola casi le
hace infartar pero
ver la cara
de su hija
mientras reía a
carcajadas dándole manotazos
para que la
bajara la calmo,
era raro ver
a Estela tan
feliz. Cuando ese
guacho puso una
foto suya entre
las de los
demás nietos en
casa de su
madre dejo de
intentar clasificarlo; su
hija disfrutaba a
su lado y
su madre se
llevaba de muerte
con él, eso
sobraba aunque le
preocupaba que su
hija y él
no usaran goma,
cosa que por
otra parte tampoco
estaba segura de
que estuviera ocurriendo.
Estela hablaba de
Luis como de
un hermano mayor
y el la
trataba de una
manera muy dulce,
nunca le quedo
claro y ahora
no importaba. Observo
a Luis irse,
le pareció maravilloso
que se llevara
tan bien con
el marido de
Estela, su foto
seguía entre las
demás aunque su
madre llevaba años
muerta, le daba
cosa sacarla, igual
si que era
un hermano para
Estela y un
nieto por lo
tanto para su
madre. ¿Entonces es
un hijo para
mí? No supo
que contestarse.
Llame a Ana
Laura y me
dijo a qué
hora podía pasarme
que no estaba
la madre. Le
di la plata
y los datos
de la clínica,
le explique todo
bien y que le pidiera
a una amiga
que la acompañara.
No dejo de
llorar cohibida. Me
conto que el
padre del ex
novio se había
enterado que estaba
embarazada y le
había dado una
paliza al hijo
y ordenado a la mujer
que la llamara
y se hiciera
cargo de arreglar
las cagadas del
hijo mal criado,
bueno para nada
que, sabia meterla
pero no hacerse
responsable de sus
actos. Acepto que
le dieran cuatrocientos
dólares pero les
dijo que lo
demás ya estaba
arreglado. Parece que
la paliza fue
de las buenas,
hubo que internarlo,
que se joda.
Por lo menos
el padre parecía
medio decente o del todo. Me dijo
que llamaría a
día siguiente y
me dio las
gracias arrasada en
lagrimas.
Salió todo
bien pero tenía
muchas hemorragias, la
madre adivino lo
sucedido y la
molió a palos
mientras preguntaba si
yo era quien
la había embarazado.
Solo parecía preocuparle
eso, no, que
no había sido
capaz de enseñarle
a su hija
a quererse más,
ni a usar
forro ni a
tomar anticonceptivos ni a poder
confiar en ella
si se veía
inmersa en un
embarazo no deseado;
no, solo le
parecía pertinente si
había sido yo.
Ana Laura estaba
bien, se recuperaba,
solo tenía un
poco de anemia,
yo estaba proscripto
hasta nueva orden
en su casa,
mejor que ni
me apareciera, aunque
estuviera sola. Hiciera
lo que hiciera
era un criminal,
solo faltaba que
mi novia se
avivase de que
yo ayudaba a
una amiga en
semejante tema y
me mandase a freír espárragos,
por sospechar que
yo tenía algo
que ver o
por no habérselo
dicho, da igual: culpable.
Ignoro
de donde saco
la plata pero
dos meses después
le devolví el
préstamo a Estela,
bueno a su
madre. Mi novia
dictamino que en
algo andaba, tenía
esa cara de
diablito que no
vaticinaba nada bueno,
que estaba un
tanto raro. Negué
rotundamente, solo es que estas
de exámenes y
te veo poquito,
es eso. Eso
será, bandido.
Yo no me
sentía ningún bandido,
ni un súper
héroe, me sentía
asustado por vivir
en una sociedad
donde una muchacha
puede verse sola,
embarazada, sin medios
y sin nadie
en su agenda
a quien llamar,
pidiendo socorro. También
por haber descubierto
que para Ana
Laura yo era
tan de confianza
como para recurrir
a mi pidiéndome
ayuda, eso podía
significar que otras
amigas pensaran lo
mismo, aunque jamás
tuvieran que recurrir
a mí, en
última instancia sentían
que contaban conmigo.
Era una responsabilidad que no sabía
si quería pero
como con casi
todo, lo que yo pensara
o quisiera importaba
poco, lo relevante
era como me
veían ellas y
lo que esperaban
de mi. Con el tiempo
hubieron otras llamadas,
ninguna tan desesperada,
algunas fueron de
risa, otras un
poco más serias,
todas dieron por
sentado que yo lo solucionaría,
ninguna fallo al
elegirme. La duda
que me atormenta
es cómo demonios
supieron ellas que,
yo no solo
era confiable, si
no que, además,
resolvería el asunto,
cuando ni yo
mismo lo había
considerado antes de
que me llamaran.
Mis amigas siempre
supieron más, sobre
mí, que yo
mismo. Inquietante.