No diré
donde, pero sí
que era un
territorio vasto al
Oeste de un
Rio ancho. El País A, había conocido
mejores tiempos, en el momento
de los hechos
decaía rápidamente. La
Capital controlaba y
administraba eficazmente, esto
es: mal, a
destiempo e injustamente
justo el Este
del Rio ancho
y dejaba el
Oeste abandonado a
su suerte. Más o menos
desde Colon, háganse una
idea. Los habitantes
del Oeste del
Rio ancho se
rebuscaban como gato
entre la leña: construían
gallineros, sembraban
donde podían, criaban
vacas donde no
les robaban, algunos
locos de remate escribían o
pintaban y unos
cuantos vagos vieron
en el contrabando(Estraperlo) una
salida para darle
de comer a
Manuela que se había quedado
preñada por cuarta
vez o a
Julia( 18 y recién
robada al
padre con el
permiso de la
madre y la colaboración
de
la propia Julia).
Estos desalmados traiciona-patria llevaban
al País B
antes que nada
vacas y traían
al volver: productos
alimenticios, Aguardiente, Ropa,
y todo lo que los
habitantes del Oeste
necesitaran.
Los años
fueron quemándose y
nada cambiaba o
si. El Narcotráfico
se asentó en
la zona, problema
añadido para la
gente, esos no
respetan un carajo
y todo es
bala y muerte.
El Gobierno de
A determino que había
que
arreglar de una vez por
todas tamaño disparate y
decreto cerrada la
Frontera y abolido
el contrabando de
productos de primera
necesidad porque la Cocaína y
la María seguían pasando
como perico por
su casa.
La gente del
Oeste es dura,
porfiada, independiente y está acostumbrada
a que la
jodan por sistema
y aguanto la
pechada del Gobierno
con valentía y
flema. Algunos re
locos se la seguían
jugando
en la Frontera:
Arroz, Yerba, Pasta,
Azúcar, Caña(Aguardiente) y
cualquier cosa que
una ama de casa les
encargara. Ellos sabían que
era cosa de
apretar los dientes,
que llegara el
frio del invierno
y harían cagarse
al Gobierno. Cagarse
patas abajo por inútiles, por
inservibles y por
blanditos( No dejarían a
la gente morirse
de frio, no tenían
cuajo
suficiente)
¿Y como
lo sabían estos intrépidos
Oesteños? Bueno,
para cocinar y
calentarse la mayoría,
cerca del 80%
quemaba gas. La garrafa se traía de
B donde era
mucho más barata
y porque así
sabias que tenias
gas porque el
Gobierno central nunca aseguro su distribución
más
allá del Rio.
El asunto, el
meollo de la cuestión
es
que la válvula
es diferente en
los dos Países
y desde siempre
los Oesteños usan válvulas
del
País B y
su gas.
La gente
del Oeste cocino
con leña apretando
los dientes, calentó agua
como pudo, baño
a los bebes acordándose
de
la madre de
cada funcionario del
asqueroso Gobierno y se relamieron
cual gato ante
una espantada de
ratones. No entraban
garrafas desde B
y no llegaban
válvulas desde el
Este, si alguna
inservible garrafa. El frio
acaricio las carnes,
avisando que llegaba
pero los Oesteños
despreciaron la sensación,
arroparon a sus
bebes, acariciaron a
sus hijos y
mujeres y todos aguantaron
la pechada.
Una mañana amaneció con
escarcha al Oeste
del Rio, un
frio que pelaba
de menos diez
y sensación termina
de menos veinte.
El viento racheado
era sostenido y las vacas
se levantaron con
hielo en el
lomo, las aguadas
congeladas. Frio, llego
el frio pensaron
todos y ninguno
achico.
Una semana después, unos
muertos tarde, el
Gobierno habría la
Frontera con B, declarando la
Alerta Nacional y
Camiones Militares hicieron
llegar a cada
ranchito las tan
necesarias garrafas de
gas y a
las Ciudades ya estranguladas por
el frio lo
mismo, en las
mismas cocinar o
calentarse con leña
era más difícil o
directamente inviable.
Fue llegando
al año 2000,
los Oesteños hicieron
hincarse de rodillas
nuevamente al Gobierno
y a los inútiles
que
lo conforman.
Hablan con sorna
del episodio, vendrán otros
que perderán y
cada tanto le darán
en
la jeta a los inútiles del
Este, lo que
nunca harán es
moverse de esas
tierras que aman.
Esa guerra ya
la ganaron y
ambos bandos lo
saben.
En todos
lados nos dan
cera, en todos,
porque nos dejamos,
nos gusta y además tenemos
miedo, no se a que
la verdad. Hasta
los Oesteños solo
apretan los dientes
cuando les meten
mal la verga
en el culo,
mientras sobreviven o
malviven.
Es culpa
nuestra, por flojitos,
por insolidarios e
independientes. Seguro que
hay mas Historias
así por todos
lados, infinidad. Guerras
libradas en secreto,
en pleno anonimato
y tan absurdas
como las de
bala y cañón.