Sábado 7
de diciembre de
2013, he dormido
poco, estoy nervioso,
a las 1530,
en Lloret de
Mar, Girona, Cataluña,
España; me subo
otra vez a
un tatami a
competir, son las
0550 y cargado
como una mula
con los dos Judoguis, camino
hasta el punto
de encuentro. Una
niebla discreta, testimonial
me acompaña, hace
frio y más,
cuando llego, no
hay nadie y
espero al resto
de la comitiva.
Nos esperan casi
400 kilómetros, que
hacemos charlando, riendo
y hablando de
mil cosas.
Lo mejor
destacado: Francisco de 74 años,
es el Judoka
de más edad
que participa, se
queda Campeón y
viene de ganar
el Mundial de
Veteranos de Abu
Dabi en la categoría
PM7,
su rival de
72 años, un
Argentino radicado en
Cataluña desde hace
40 años, se
lo puso muy difícil. Físicamente
en excelente estado,
técnicamente superdotados y
verdaderos Judokas. Fueron
a quienes más
aplaudimos, hicieron tres
combates que superaron
el tiempo y
fueron a alargue,
ni siquiera jadeaban
y se movían como
Mangostas, ese bichito
que mata a
las Cobras. Fue increíble
verles,
un privilegio.
La Organización solvento
las dificultades con
ganas, practicidad y
buena disposición.
El ambiente
entre los Judokas
que competíamos era
de fiesta. Uno
se tiro casi
media hora vendando
a otro que
tenia la muñeca
abierta, era un
rival y le
gano gracias a
ese vendaje que le permitió aguantar,
el abrazo afuera
fue sentido. Cualquiera
te traía agua
cuando salías de
un combate, si
te veía que
la necesitabas y
en esa tónica todo.
Lo peor: El
arbitraje. Un clásico y
verdadero mal endémico.
Eran árbitros de Wáter Polo,
Judo no sabían.
Desastroso a niveles
vergonzosos; se pasaron
todo el Campeonato
haciendo verdaderas barbaridades.
Unos inútiles que
no deberían arbitrar
nunca más e
irse a dirigir
el tráfico de
los Pingüinos en
el Ártico, para
evitar la tentación.
Y repito: No sabían Judo
ni mucho menos,
serian nunca, en
su vida, Judokas.
Mis combates.
El primero iba ganándolo
a
los 20 segundos,
Yuko, seguí arriesgando,
me relaje de
tan cómodo como
estaba yendo y caí con
una contra lenta,
en cámara lenta
sin intentar soltarme
y girar, solo caí y perdí, claro.
Elia, la
Sensei me dice: ¿Dónde está
Rafa, donde estas?
Para el próximo llámalo,
quiero el mismo
trabajo que en
clase, esa contra
no te la
hacen ninguno de
los chicos, ni
siquiera intentaste girarte.
Lo tenias, era
tuyo y te
descuidaste, abrígate bien
y despertarte.
Segundo combate.
Antes del minuto,
lo proyecto con
una técnica de
izquierda, en el
aire sé que es Ippon
y gane, por
eso no sigo
suelo, el árbitro
da Ippon y
se lo corrigen
desde afuera, bajan
a Wazari. Por
un segundo arrodillado
pensé que mataba
al desgraciado ese que
arbitraba, al segundo
siguiente mi mente estaba en
blanco y yo
preparado para seguir
y eso si
era una mejora
notable, abrumadoramente positiva,
en el pasado
me afectaba cuando
me perjudicaban y
me hundía, primera
vez que no
me pasaba. Elia
me pedía calma,
control, su vos
me llegaba lejana
pero clarita. Le cambie el
agarre y lo
estampe con rabia
y furia en un Ippon
que hasta en
Saturno, los Saturnitas
que nunca vieron
Judo, saben que
lo es. Me
lo borran. Miro
a Elia, pido
instrucciones y permiso:
A mi rival,
otra asi no
le pego, puedo
defenestrar a este imbécil
de
chaqueta y corbata? Tranquilo, quédate
tranquilo, seguí exactamente
igual pero por tu lado
bueno Rafa, esa
es la zurda,
contrólate, vas bárbaro.
Seguimos y ante
un ataque de
mi rival, lo case con
una contra y
el desgraciado del
Arbitro se digna,
por fin, a
darme la victoria.
Elia:
Bien, asi, ese
Rafa queremos acá.
Buen combate, tres
Ippones, no está
nada mal, nada
mal y un excelente trabajo
táctico, lo maduraste
muy bien, jugaste
con los agarres,
te divertías, se
trata de eso.
El próximo es
el más difícil,
si le agarras
de diestro te
ganara, trabaja muy
bien, mantenete zurdo
todo el rato,
muy bien Rafa.
Tercer combate,
este sabe lo que hace
y también me
han estudiado, no
me da la
manga, arriesgo y
cambio completamente de
registro, me para
tres ataques con
solvencia y Elia me dice
que no repita,
me está esperando
que vuelva a
mi mejor agarre,
obedezco y consigo
la manga, entro
soltando el Kiai
mas fuerte de
todos y lo
despego, volamos, caemos
me paro de
un salto porque
lo planche y
he ganado y el muy Zorrillo del árbitro, da
un miserable y
asqueroso Wazari que
desmerece mi trabajo.
Miro a Elia
y la veo
discutiendo con los
Jefes de Arbitro,
miro a mi
rival preparado para seguir y
se encoje de
hombros, abriendo las
manos, eso viene
a decir que
lo lamenta y
yo también y
mucho. Seguimos y
lo estampo de
contra, no me
dan nada y dos acciones
más tarde, caemos
enredados, en un
claro Yuko suyo y
le dan Ippon
con lo que
me gana.
Mientras me
abrigo Elia recrimina
a esa pandilla
de inútiles integrales
en lo referente
a Judo y
Arbitrar. Mi rival
me pide disculpas,
se siente avergonzado
según me dice
y lo abrazo,
no pasa nada
hermano, buen combate,
le digo y
de verdad lo
siento, él, como
yo hicimos nuestro
papel lo mejor
que supimos, cumplimos,
otros no.
-Excelente combate
Rafa, excelente, esa
actitud es la buena,
esas ganas, el
trabajo en general,
como me hacías
caso en seguida,
como me mirabas
permanentemente, metido de
lleno en el
combate y sin
dejarte influenciar por
los errores arbitrales.
Hoy sos bronce
pero ganaste el oro, te
lo han robado
los árbitros, no
tengas ninguna duda
al respecto. ¿Cómo estas físicamente?-
-Bien, hay
que seguir trabajando
pero en ningún momento
perdí motor.-
-Lo sé,
con calma, seguiremos
trabajando y para
Abril, cuando vayamos
a Vitoria, estarás
mucho más fuerte
y afinado.-
-¿Vitoria, en
Abril?-
-Si, se
lo han ganado.
Hay un Campeonato
de Veteranos e
iremos. Esperamos las
medallas y nos
vamos, te felicito.-
-El 85 % del
merito es tuyo,
y los dos
lo sabemos, gracias.-
Llegue a casa
a las 035,
sin ningún dolor,
sin contracturas y sintiéndome feliz.
Un sábado con
amigos, entre Judokas
y probando si
el trabajo de
clase está siendo
efectivo o hay
que cambiarlo. Feliz
porque no me
quede en el
error arbitral y seguí trabajando,
varias veces. Feliz porque conseguí
proyectar con las técnicas
que estoy
usando actualmente. Feliz
porque la alternativa
habría sido estar
todo el día, sentado en
el ordenador escribiendo.
Feliz porque tengo
Judo en mi
vida.