A Negativo
le quedan pocos
amigos, el cree
que tuvo muchos
o eso creía,
en la actualidad,
contados. Uno le
llama, lo hace
seguido, preocupado porque
le ve más oscuro que
nunca y le
aprecia de verdad
y quiere verlo
luminoso. En Utopía
es el deporte
más practicado, ayudar
a los demás
a conseguir ver
la luz, dejar
atrás la negatividad
y la fijación
en las mentiras
propagandísticas. Detecta de
inmediato que Negativo
esta en un
plan, digamos agujero
negro, pero en
el pasado compartió
con ese desgraciado
muchas horas, trabajo
a la par
y fue ahí
que se hicieron
amigos y le
vio hacer cosas…que
no vienen al
caso, quiere ayudarle,
sacarle de su
encierro, que le dé el
aire, que enfrente
sus demonios dando
una vuelta y le propone
que se acerque
a almorzar. Negativo
pone millones de
trabas: no tengo
como pagar, no
tengo ganas de
bajar, no tengo
ganas de respirar
y hasta me
da vergüenza que
siempre pagues vos,
no voy. Ya
pagaras, no me
hagas el feo,
quiero verte y
acercarme se me
complica, tenes tiempo
de sobra, acércate
vos. Y Negativo
juega sucio, sabiéndolo
y le dice
que no tiene
coche, bici ni
plata, le llama así al
dinero, para el
tranvía. Camina, salí
ahora, llegas bien,
te espero y
corta la llamada.
Negativo se encomienda
a todos los
demonios, se inventa
unos cuantos, mira
en su monedero
y tiene para
el tranvía; peor
que la vergüenza
de que su
amigo pague es
la que siente
por querer dejarlo
tirado. Baja las
escaleras embutiéndose los
auriculares, Nirvana le
sube un poquito
el ánimo, se
mentaliza de no
ser tremendista y
hasta pone buena
cara. En la parada
del tranvía quiere
comprar un billete,
no es capaz.
Se le nubla
la cabeza, la
furia le desborda,
no puede ser
tan rematadamente inútil,
saca una tarjeta
para recargarla, le
llega justo para
pagarla, no debería
gastar todo lo
que tiene pero
es muy cabezón
y nublado no
piensa. Imposible, no
hay manera. En
su honor hay
que decir que
antes de despotricar,
cruzo las vías
y lo intento
del otro lado
con el mismo
resultado. Y todavía
tuvo un rapto
de civismo, un
darle margen a
Utopía y pidió
ayuda, ¡Válgame Dios!,
a una parejita
que se hacía
mimos y le
observaba. El chico
tampoco pudo, comento
que muchas veces
las maquinas estaba
rotas, era normal,
por eso todos
venían con bonos.
Agradeció por la
ayuda y se
disculpo por las
molestias. No baja
al tranvía prácticamente
nunca, bajo dos
veces en 8
años, las dos
estaban las maquinas
rotas, nadie va
a creerle, le
encerraran por ser
tan pesimista, la
casualidad existe, pasa,
en Utopía todo
funciona. Considero viajar
sin billete, está
indignado, pero eso
puede ponerle en
peor situación, ya
es mala, no
seas niño y
no la empeores
se dice y
resuelto empieza a
caminar. Repite como
un mantra que no deje
que le afecte,
que nada empañe
ese sol hermoso
que escala el
cielo y le
saluda. Tiene un
amigo esperándole, debe
agarrarse a eso,
al sol y
al amigo y
no ponerse negativo.
Negativo se conoce,
nadie le conoce
tan bien, siente
los síntomas, los
residuos de la
furia que sintió
cuando no pudo
comprar el billete,
esas ganas de
pelear, discutir y
mandar todo a
la mierda. Pero
esas maquinas no
funcionaban, le recuerda
ese lado del
cerebro cargado de
tinieblas y penumbras.
Se concentra en sus pies
y en la
música. Su amigo
le llama, en 10 llego,
voy caminando le
dice. Demora mas
porque ayuda a
una estudiante de
Arquitectura y a
su madre a cargar bultos
para un trabajo,
van a clase
luchando solas, cargadas
como mulas. Su
amigo ve de
lejos como deja
los paquetes en el suelo
y se despide
de una señora
y una muchacha.
Ese es el
Negativo que quiere
que vuelva, exactamente
ese, piensa y se lo
dice al abrazarlo.
-“Nunca serás
Optimista ni estarás
cuerdo del todo,
pero mientras seas
capaz de hacer
cosas como esa,
no estará todo
perdido. Nadie que de verdad
tenga la convicción
de que el
mundo y dentro
de este Utopía,
son un pozo
con mucha mierda,
ayudaría a nadie
a hacer nada
porque si, de
puro travieso. Volverás
Negativo, estas agazapado
ahí, haciéndote la
ofendida por alguna
razón que se me
escapa, vamos a
comernos un bocata
como se debe”-
Una semana
más tarde, Negativo
está en la
parada del tranvía,
la misma e
intenta comprar un
billete, solo quiere
verificar una cosa,
no piensa ir
a ningún lado,
misión imposible. Serio
se aleja, hasta
no estar en
casa no sonríe
abiertamente. Le pueden
contar mil milongas,
sin coche, depender
del tranvía es
una locura. Y
no cree que
pensarlo sea ser
negativo. Soy muy
realista, no negativo,
se dice. Y
el que quiera
que vaya en
bici, cuando se
la roben, ya
me dirán quien
es optimista, quien
realista, quien negativo
y quien puede
irse al carajo,
en tranvía o
bici.
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