De jovencito, escuche
contar que en
otra época, se hacían
Randoris, con
uno o los
dos Judokas “cegados”,
se les vendaba
los ojos y combatían
asi.
Después de mucho
caminar, hice mi
primer Randori, con
un adversario cegado
y el primero,
siendo yo quien
no veía. Una
experiencia, siendo ciego,
fantástica, me dejo
la certeza, de
que deberé hacerlo
más veces, el enfoque cambia
radicalmente e importan
más tus instintos,
las sensaciones y
lo que te
trasmiten tus antenas,
situadas en las
muñecas.
De jovencito, los
Senseis, insistían en entrenar, ir
a entrenar, aunque
estuviéramos lesionados si
esta, la lesión,
lo permitía e
incluso, que fuéramos
a ver la
clase, si la lesión
era
importante e invalidaba, nuestra capacidad
física, para participar,
activamente de la
clase. El Sensei,
marca un trabajo, especifico con
determinada técnica, generalmente,
poco estudiada; mi
compañero tiene un
hombro muy maltratado,
está al límite
de no poder
hacer nada, es
su hombro derecho
y eso descarta,
que pueda trabajar
por ese lado
y me voy a su
zurda y trabajare
también de zurda
que a estas
alturas, no me
significa ninguna dificultad;
pero además, para
no afectar su
zona dolorida, agarro
con las dos
manos del mismo
lado (Mi mano derecha
en su manga
izquierda y mi
mano izquierda en
su solapa a
la altura de
su clavícula derecha
o más cerca
de su cuello)
y empiezo a
intentar, el movimiento,
como lo ha
pedido el Sensei.
Los primeros me salen
muy descoordinados, un
ajuste del agarre,
una corrección de
la posición de
la cadera, por
parte de mi
compañero y empiezo
a conseguir algo
decente, sorprendente si
consideramos, que a
esas alturas no
llevo ni siquiera
20 intentos. A los
15 minutos, ya
considero introducirla, con
esa variante, en
mi arsenal e
ir trabajándola y puliéndola,
para mejorarla. Con
ese agarre, por ese
lado, no contaba
con ninguna técnica. Si mi
Uke, mi compañero
lesionado, no hubiese
ido, yo no habría
probado
esa variante especifica
a la que
llegue por esa circunstancia excepcional.
Dos ejemplos, dos
pinceladas de cuanto
sabían, saben y/o deberían
saber,
los Senseis. Siempre
me pregunte y
sigo haciéndolo, como
consiguieron ellos, adquirir
esos conocimientos y
otros tantos; supongo
que entrenando mucho,
bajo la tutela
de Senseis que también
habían , estudiado, muchos
años Judo. No existe ni
hay otra fórmula: Sensei + Dojo + Alumnos + Años = Judo.
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