Es genial, absolutamente
genial. Y tan
cierto. Randori con
el Sensei, era
un privilegio, eso
sin discusión y
era caer de
tantas maneras diferentes
que no terminabas
de saber, que
habia pasado, en que habías
fallado. Si tenias la
ocurrencia, de querer
pasar desapercibido y
evitar asi, que el Sensei
se acordara que existías; algo
que era imposible,
te llamaba y
se acababa la
farra, pasabas a
ser pájaro con pocas alas. Lo increíble era
cazarlos, lo indescriptible era,
verles la sonrisa
ancha, mientras se
levantaban y te
preguntabas qué demonios
habías echo. Se suponía
que
debías intentarlo pero
cuando lo conseguías,
después de años,
te preguntabas que seguía
y
la respuesta era
inmediata: caer otra
punta de años.
Hoy se, que
jugaban y cuando
caían, simplemente habías
echo todo bien,
me adivinaron un
mes antes que intentaría y
dejaron que les
proyectara, simplemente porque
querían premiarte, el esfuerzo continuado
y la evolución técnica. Cuando
hacías las cosas
mal, eran imposibles,
parecían seres de
otra madera, ni
siquiera traspiraban. Como
me rei, cuando
lo vi y
que recuerdos, me
trajo, era tal
cual.
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