domingo, 16 de febrero de 2014

Todo empieza...

El Judo es mi escasa cordura y claro, es toda mi locura. En tanto sistema de entrenamiento y educación física; vehículo eficaz para entrenar y ejercitar la mente; efectivo sistema de defensa personal; excelente marco de valores y referencias; poseedor de un altísimo componente humano y de una filosofía propia, condensada en principios claros y objetivos, también diáfanos; sin olvidar, una residual vertiente deportiva, por más que en la actualidad, haya sido encumbrada con paroxismo, a los niveles estelares que ocupa, en detrimento, de todo lo demás, mucho más importante, sin ninguna duda; y habiendo dedicado algo de tiempo a estudiarlo y aprenderlo, cosa que sigo haciendo sistemáticamente, y que me propongo seguir haciendo, muchos años; siento que tuve suerte, en la que no creo para nada, pero la tuve, en descubrir al Judo. Y no se termino ahí, siguió beneficiándome, al ser una época donde existían: SENSEIS, Profesores y Monitores de Judo, que sabían tanto Judo, como era esperable y exigible, con arreglo a sus respectivos niveles. En aquella época, se sostenía y asi se enseñaba, que alguien tenía que poder enseñar, trasmitir Judo hasta el grado que tuviera, como mínimo y si era más, muchísimo mejor. Para eso, se ahondaba, exhaustivamente, fijando los conocimientos; repitiendo miles de veces las técnicas, observando que se aprendían otras cuestiones y cortando de raíz, conductas inapropiadas o poco apropiadas, sin timidez. Los defectos inaceptables, se eliminaban, pero siempre se permitían las individualidades, una vez, dominada la base, tal y como, se pretendía que fuera perpetuada. Para algunos era fácil, avanzaban sin contratiempos, pero para otros no lo era en absoluto y requerían, ponerle más ganas, esfuerzo y tiempo, por su parte y por parte de quien le enseñara, también sus compañeros, debían colaborar más; porque en el Judo, el grupo es determinante, para la calidad de los Judokas que en ese Dojo, estudien y se formen. A nadie se le ocurría, exigirles menos, a quienes tenían dificultades y estos no emitían queja; las diferencias en las capacidades y habilidades, son una realidad contrastada, esconderlas o negarlas, no parece una muestra de inteligencia; les costaba más, pero si se esforzaban, llegaban. Toda una lección y una muestra clara de intenciones; nos hacían ver que puede no ser fácil ni parecerlo pero que dependerá, de que tanto, te esfuerces, del tiempo que le dediques, las ganas que le pongas y de lo importante que es, no aceptar, cortapisas por ser, menos dotado físicamente o tender tendencia a abandonar cuando es arduo el camino o porque te resulta difícil, algo en concreto. En Judo, era y debería seguir siéndolo, hacer siempre lo correcto y hacerlo, lo mejor que puedas y sepas, siempre. En un Dojo, sobre el tatami, no valen excusas y por lo tanto, tampoco fuera de él; porque no dejas, de ser Judoka, por salir de estos. Se espera y exigirá, exactamente la misma responsabilidad fuera que dentro y aumentara conforme, tu grado suba; los Kyus viven una suerte de veda, si bien se van seleccionando individuos que por sus condiciones y características, ameritan que se les cedan, responsabilidades y obligaciones. Al llegar a SHODAN, se acabo la fiesta, ya no se permiten desatinos, has llegado al principio, pero ya dominas, ciertas cosas que no deben usarse de mala manera, y ahora sos uno más haciendo observar a todos, el fiel cumplimiento de las reglas, por las que nos regimos y ser ejemplo, para los que vienen por detrás. Asimismo, si no lo eras de facto, ahora, pasaras a ser comodín para tu SENSEI quien contara contigo para ayudar a los compañeros a evolucionar y avanzar. Si, llegar a SHODAN, es el principio, leíste bien. Hoy se vive como un objetivo e incluso, hay quien tras obtenerlo, deja de entrenar, considera que ya esta, eso solo demuestra ignorancia. Cada clase, es una oportunidad de aprender o mejorar; cada compañero necesita ayuda, en algo; los mas jóvenes te observan, te tienen de referencia y tu SENSEI te estudia, buscando corroborar, si sus expectativas seguirán creciendo, porque vas alcanzando las anteriores y si, te marcas nuevos retos, si seguís buscando respuestas, si tenes mas paciencia con los adolescentes, si mantenes el excelente trato con los niños, si seguís trabajando sobre tus defectos; si sos cada clase, mejor persona, mejor Judoka. Tuve suerte, entonces y me gustaría que la tuvieran todos quienes se acercan a un tatami, sin saber cómo se llama y están en un Dojo que no saben lo que es, pero sienten curiosidad, quieren descubrir que es eso que algunos hacen vestidos raro y entonces, saludan y entran, un gesto que si se quedan, el tiempo suficiente, les cambiara como personas, a niveles profundos y de paso se convertirán en Judokas El Judo es mi escasa cordura y claro, es toda mi locura. Principio y fin, medio, herramienta e instrumento, lugar común, Filosofía, Belleza y Magia, inmensas; Arte Marcial muy efectivo, tanto que ni se le considera como tal; valores, educación, etiqueta, criterio, disciplina, fuerza espiritual y una sola certeza: tras la caída, te levantaras, dispuesto a no volver a caer, si pasa, te levantaras… Todo empieza con un saludo… Muy adecuado, es Judo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario