En estos días, una madre jovencita, me
argumentaba que no llevaba a su hijo a cierto Dojo de Judo por qué el Profesor
titular es muy joven y para ella, resultaba sin la suficiente experiencia cómo
para enseñar a los niños. Se da el caso de que sabe que su hijo necesitaría ir
y que dicho Dojo le queda muy a mano y se da la circunstancia de que ese
Profesor es amigo, le conozco y será con el tiempo, un excelente Sensei; y así
se lo dije. Pareció asombrada de que le conociera y de que le tuviera como un excelente
Profesor de Judo; le explique que solemos conocernos todos, no somos tantos,
aunque yo no sea Profesor y no vaya en la actualidad al Dojo, durante años no
me perdía una clase y los sábados estaba en los campeonatos. Imagino
que lo mismo pensaron las madres y los padres del Club Neptuno cuando me puso,
Sensei Marcelo Erlich, a enseñar a los niños; con toda probabilidad, les parecería
un guacho que todavía no había soltado la mamadera y difícilmente tendría nada
que enseñarles a sus hijos, pero si el Sensei me designó, sería por algo. Con qué facilidad prejuzgamos y con qué ligereza
sobre asuntos que desconocemos por completo, esta señora no hizo Judo, cree que
ayudaría a su hijo, él Judo; pero estima que el Profesor es demasiado joven. Le
pregunté si a mí me lo confiaría, contesto que si, entonces confíaselo a él, lo
hará incluso mejor que yo, le dije y no mentía. Ignoro si la charla, despejando
dudas e informándola de las generalidades del Judo, sirvió para que cambiara de
idea, espero que sí, significara que su hijo aprenderá Judo y empezará a
mejorar su indisciplina, ganara tranquilidad y se portara un poco mejor; lo que
redundara en tranquilidad para ella y en contención para el niño que pasa
muchas horas sin sus padres que trabajan mucho. El refrán dice que el hábito no hace al monje pero ayuda a reconocerlo. Un Sensei tendrá
canas o no le quedará pelo pero hasta llegar a serlo, fue un excelente Profesor
de Judo que ya despuntaba maneras desde Monitor o incluso como alumno
aventajado a quien su Sensei le pedía que enseñara o diera clases, cuando por
distintas razones, no podía hacerlo en persona. Para llegar a tener 60 años,
hay que pasar por 59 escalones previos que desembocan en ese número y sin los
cuales no es viable ni posible. Ser joven no invalida a nadie, los hay muy
buenos puesto que sus Senseis trabajaron muchos años con ellos para que eso
fuera así. También hay excepciones, claro. No era el caso, como escribí antes, le
conozco, es mi amigo y por eso pude defenderle cómo lo hice, no por ser mi
amigo, porque es un buen Judoka y un Profesor inquieto en seguir aprendiendo y
mejorando, sumando más conocimientos para engrandecer su Judo que volcara en
sus alumnos. Es joven, pero está perfectamente capacitado para enseñar Judo.
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