sábado, 11 de junio de 2016

Estudiar, aprender, divertirse y ser mejor persona.


He escuchado decir que el Judo es aburrido. A mí me parece que nunca puede serlo: hay tanto que aprender, entender y dominar que honestamente, creo que quienes lo dicen, saben muy poco de Judo, otra cosa es que se piensen que saben mucho. Es tan entretenido como intensidad y ganas le pongas, no hay otra manera de expresarlo.  Si saludas con ganas al llegar al Dojo, haces el calentamiento esforzándote por hacer el máximo que seas capaz y seguís con las mismas ganas toda la clase, cada clase; aprenderás un poco, de lo contrario, será muy poco. Si faltas, te perdes cosas, no las ves y puede que no vuelvas a verlas, no todo es básico o parte de los fundamentos que se repiten constantemente; hay técnicas que no se suelen ver, hay que pensar que son muchas y todas tienen variantes y que se puede llegar a ellas de infinitas maneras. Si entrenas sin ganas, no sos intenso y faltas, no dudo de que te aburras pero el aburrido no es el Judo, es aquel que no es capaz de esforzarse para conseguir que el Judo sea tan interesante como para dedicarle años, mantenerse ilusionado y seguir estudiándolo. Y también que no es efectivo para defenderte. Que si un revólver, una pistola una ametralladora o un tanque le superan y cosas así.  ¿Qué puedo escribir? Tienen  toda la razón, cómprense cualquiera de esas armas y no se separen de ellas, ni siquiera duchándose. Donde yo vaya y este, estará mi Judo que de yapa, vela mi sueño. Cualquiera que haya entrenado de verdad, en serio cuatro años, sabe que al Judo le sobra eficacia. Y quienes lo dicen, no han pasado ese tiempo entrenando Judo con la seriedad que se le exigirá para que sea eficaz defendiéndote. Seriedad, ganas, intensidad, compromiso y otras cosas son necesarios para que vayas sumando conocimientos. Tenes que entrenar con seriedad y esforzándote; hay que obedecer al Sensei y a los cinturones superiores para llegar a un nivel donde no te aburras, seas efectivo y puedas disfrutar de esos conocimientos que de otra manera, no percibís. Ni siquiera sos capaz de ver: agarres, entradas, pasos, movimientos, contras, combinaciones de dos, tres, cuatro técnicas o más; encadenamientos y un largo etcétera.                              Nunca llegaras a esa clase, aburriéndote y creyendo que es algo que no sirve para nada, unos 34 años después de empezar a aprender Judo, en la que veas al Sensei explicar una estrangulación que conocía pero que se ve poco: Jigoku Jime y otra que no había visto nunca, esta  para contra de Kami Shiho Gatame. Preciosa, efectiva y que no se me habría ocurrido en mil vidas.  Cuando te atacan con ella, estando en esa situación, tenes que soltarte para defenderte, ya no lo inmovilizas, perdiste la ventaja y el  control;  probablemente debas rendirte. Realmente genial. Si algo que, estudio,  me mantiene 34 años después de empezar a hacerlo, ilusionado, evidentemente no puede aburrirme y cómo se que es efectivo: saquen el tatami y piensen que quien te ataque no sabe caer, ni defender el cuello ni una palanca ni tampoco un control en el suelo y que llevo 34 años repitiendo esas técnicas que ademas puse a prueba y forje templandolas de paso, compitiendo contra otros Judokas y que si  hace falta, solo debo hacerlas exactamente igual que en cada clase; pueden imaginar cómo terminará la cosa; yo sigo entrenando, estudiando y aprendiendo...disfrutando de ser Judoka. De caer, de lanzar, de buscar esa entrada que se te resiste esquiva, esa combinación que sentís que será una bomba, cuando la tengas afinada; de empapar el Judogui, de ir a entrenar tras un día nefasto a todos los niveles y al rato de empezar la clase, estar riendome encantado, al conseguir una entrada perfecta en Uchi Komi que no sale nunca en Randori y menos en Shiai pero que sigo buscando, porfiado, convencido de que al hacerlo no solo persigo dominarla, consigo aprender a tener paciencia, perseverancia, constancia, fe en mis posibilidades, capacidad analitica para descubrir donde fallo y arreglarlo. Aprendo que puede que no consigas tus objetivos pero creces como individuo en el proceso de perseguirlos, acorralarlos e intentar atraparlos. Y si al final, solo conseguí ser mejor persona que no Judoka, poco importará, no hago Judo, no lo estudió para ser un luchador, ya lo era antes de llegar al Judo; no lo estudió para imponerme a otros, eso es pura banalidad que no me adorna ni necesito; voy a Judo porque me ha ayudado y ayuda a ser mejor cada día, algo sobre lo que opino Jigoro Kano y muchos ignoran. Y de paso me divierto 

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