Como mensajero, cuando me asignan una ruta, busco hasta
encontrar un lugar acogedor adonde llegar y tener unos minutos de tranquilidad
amen de un baño en buenas condiciones; así llegue a Mayda. Su dueño, Paco tiene
esposa y dos hijos, trabaja como un león unas quince horas cada día para sacar
algo que llevar a casa que sumado a lo que gana su esposa pueda llegar para
sacar adelante a la familia. Son malos tiempos para conseguirlo; quince horas
que no tienen el retorno que en buena ley deberían, lamentablemente no es un
caso aislado, muchos no ganamos acorde a la carga de trabajo y las horas que
pasamos desempeñándolo. No importa en calidad de que trabajas, no debería importar
y no debería permitirse ni facilitarse, pero pasa y hay mucha gente inmersa en
dicha situación.
Buena atención, excelente café, servicio y un baño donde no
falta nunca el jabón, el papel o la limpieza; un baño donde lavarte los dientes
es una opción real me llevaron a establecerla como parada diaria; hablar con Paco
derivó en los grandes temas que nos preocupan y llegamos a los hijos, el gran
tema para quienes tenemos prole y estamos viendo que las cosas lejos de mejorar
parecen endurecerse. Nuestros hijos nos preocupan más que la corrupción, la
inestabilidad y cualquier otro asunto.
Su niña va de cine, su niño que tiene
16 falla en los estudios estructurales, los obligatorios, los formales; se le
atragantan y ante esa circunstancia no le permiten ir a aprender Tae kwon Do
que le encanta y donde evolucionaba satisfactoriamente. Me confiesa que no ha
surtido efecto, su hijo quiere volver a Tae Kwon Do, pero las notas no suben
por lo que no le dejan ir. Paco recalca que por lo demás su vástago va bien,
muy bien. Hablando de este asunto recuerdo el trabajo que yo di y lo que costo
que reaccionara; como recuerdo a quienes trabajaron duro para conseguir dicha reacción,
profesoras, profesores y senseis.
Cuando le conocí percibí el trabajo de la familia: educado,
mirada clara y frontal, un joven agradable. No disponía de mucho tiempo para
hablar largo y tendido, pero saque en limpio que quiere volver a Tae Kwon Do y
que le esta costando subir esas notas que se le resisten y manejar a ese profe
insidioso que lo tiene enfilado al carecer de la ductilidad imprescindible cuándo
se está frente a jóvenes que todavía no han encontrado su camino a los que hay
que formar y ayudar a encontrarlo.
La estrategia a seguir es
simple: tiene que pensar que es Tae Kwon Do y dedicarle la misma atención que a
un Kion o a esas técnicas difíciles que requieren una entrega permanente hasta
que salen, las que llevan años o toda una vida dominar. En el momento en el que
cambie el enfoque le será fácil, lo difícil es hacérselo ver; tanto como les
costo a aquellos a quienes les debo estar socializado e integrado a la sociedad.
Si. Pensa que el instituto, lo que aprendes ahí es Tae Kwon
Do. Transfórmalo en Tae Kwon Do, estudia para el instituto como si tu Sensei fuese
a evaluarte en cada asignatura, créeme, funciona; te sorprenderá constatar lo fácil
que pasa a ser, un Kion cuesta más trabajo que sociales, mates o lengua y
teniendo la disciplina necesaria para aprenderlo, te será fácil usarla para los
estudios del instituto.
¿Vas
a darte por vencido? ¿Vas a darte el lujo de no volver a Tae Kwon Do por no
esforzarte, por no darlo todo para conseguirlo? En Tae Kwon Do tendrías que
hacerlo, esforzarte a muchos niveles y siéndolo, Tae Kwon Do, no te pesaría; lo
harías encantado. ¿Por qué tiene que ser diferente? Una de las razones de que tus viejos, tus
padres, te llevaran a Tae Kwon Do es que adquirieses ciertas habilidades,
herramientas que te facilitasen las cosas; los dos sabemos que no vas a
aprender a dar mamporros; que también, que también pero nunca es el objetivo. Escúchales,
nadie te aconsejara mejor que ellos, nadie.
No lo hagas por ellos, por mí, por nadie; hacelo por vos
mismo y regálales una sonrisa a tus padres; hace que Paco este doblemente
orgulloso; hace que la vieja este encantada y sentite orgulloso de hacer frente
a tus flaquezas. El Sensei, tu Sensei, te quiere en la clase, vos queres volver;
a tus viejos les gustaría que volvieses, pero para eso hay que alcanzar ciertas
notas, regálatelo, subí las notas y volve.
O seguí poniéndote excusas, escudándote en las dificultades que por otra parte
siempre estarán presentes en tu vida; cuanto antes empieces a hacerles frente,
mejor. O reconoce que no tenes tantas ganas de volver
a Tae Kwon Do.
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