jueves, 1 de febrero de 2018

Mi cafetería en Bétera.


Como mensajero, cuando me asignan una ruta, busco hasta encontrar un lugar acogedor adonde llegar y tener unos minutos de tranquilidad amen de un baño en buenas condiciones; así llegue a Mayda. Su dueño, Paco tiene esposa y dos hijos, trabaja como un león unas quince horas cada día para sacar algo que llevar a casa que sumado a lo que gana su esposa pueda llegar para sacar adelante a la familia. Son malos tiempos para conseguirlo; quince horas que no tienen el retorno que en buena ley deberían, lamentablemente no es un caso aislado, muchos no ganamos acorde a la carga de trabajo y las horas que pasamos desempeñándolo. No importa en calidad de que trabajas, no debería importar y no debería permitirse ni facilitarse, pero pasa y hay mucha gente inmersa en dicha situación.
Buena atención, excelente café, servicio y un baño donde no falta nunca el jabón, el papel o la limpieza; un baño donde lavarte los dientes es una opción real me llevaron a establecerla como parada diaria; hablar con Paco derivó en los grandes temas que nos preocupan y llegamos a los hijos, el gran tema para quienes tenemos prole y estamos viendo que las cosas lejos de mejorar parecen endurecerse. Nuestros hijos nos preocupan más que la corrupción, la inestabilidad y cualquier otro asunto.            
Su niña va de cine, su niño que tiene 16 falla en los estudios estructurales, los obligatorios, los formales; se le atragantan y ante esa circunstancia no le permiten ir a aprender Tae kwon Do que le encanta y donde evolucionaba satisfactoriamente. Me confiesa que no ha surtido efecto, su hijo quiere volver a Tae Kwon Do, pero las notas no suben por lo que no le dejan ir. Paco recalca que por lo demás su vástago va bien, muy bien. Hablando de este asunto recuerdo el trabajo que yo di y lo que costo que reaccionara; como recuerdo a quienes trabajaron duro para conseguir dicha reacción, profesoras, profesores y senseis.
Cuando le conocí percibí el trabajo de la familia: educado, mirada clara y frontal, un joven agradable. No disponía de mucho tiempo para hablar largo y tendido, pero saque en limpio que quiere volver a Tae Kwon Do y que le esta costando subir esas notas que se le resisten y manejar a ese profe insidioso que lo tiene enfilado al carecer de la ductilidad imprescindible cuándo se está frente a jóvenes que todavía no han encontrado su camino a los que hay que formar y ayudar a encontrarlo.                          
La estrategia a seguir es simple: tiene que pensar que es Tae Kwon Do y dedicarle la misma atención que a un Kion o a esas técnicas difíciles que requieren una entrega permanente hasta que salen, las que llevan años o toda una vida dominar. En el momento en el que cambie el enfoque le será fácil, lo difícil es hacérselo ver; tanto como les costo a aquellos a quienes les debo estar socializado e integrado a la sociedad.
Si. Pensa que el instituto, lo que aprendes ahí es Tae Kwon Do. Transfórmalo en Tae Kwon Do, estudia para el instituto como si tu Sensei fuese a evaluarte en cada asignatura, créeme, funciona; te sorprenderá constatar lo fácil que pasa a ser, un Kion cuesta más trabajo que sociales, mates o lengua y teniendo la disciplina necesaria para aprenderlo, te será fácil usarla para los estudios del instituto.                                                                                                                                                                        
¿Vas a darte por vencido? ¿Vas a darte el lujo de no volver a Tae Kwon Do por no esforzarte, por no darlo todo para conseguirlo? En Tae Kwon Do tendrías que hacerlo, esforzarte a muchos niveles y siéndolo, Tae Kwon Do, no te pesaría; lo harías encantado. ¿Por qué tiene que ser diferente?  Una de las razones de que tus viejos, tus padres, te llevaran a Tae Kwon Do es que adquirieses ciertas habilidades, herramientas que te facilitasen las cosas; los dos sabemos que no vas a aprender a dar mamporros; que también, que también pero nunca es el objetivo. Escúchales, nadie te aconsejara mejor que ellos, nadie.
No lo hagas por ellos, por mí, por nadie; hacelo por vos mismo y regálales una sonrisa a tus padres; hace que Paco este doblemente orgulloso; hace que la vieja este encantada y sentite orgulloso de hacer frente a tus flaquezas. El Sensei, tu Sensei, te quiere en la clase, vos queres volver; a tus viejos les gustaría que volvieses, pero para eso hay que alcanzar ciertas notas, regálatelo, subí las notas y volve.                                                                                                                                                     

seguí poniéndote excusas, escudándote en las dificultades que por otra parte siempre estarán presentes en tu vida; cuanto antes empieces a hacerles frente, mejor. O reconoce que no tenes tantas ganas de volver a Tae Kwon Do.   

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