sábado, 24 de agosto de 2019

Ippon de Yoko Wakare.


Fue Ippon. Resultó espectacular salir volando y aterrizar sobre el tatami con esa limpieza. Una ejecución perfecta, desde el desequilibrio previo, pasando por la preparación y finalmente el ataque realizado sin dudas, sin miedos, a matar o morir, sin grises. Sin complejos.                                                                                                    
En un examen no sería aceptada, no en esa variante, está lejos de ser ortodoxa; habría que mostrar primero la técnica correctamente ejecutada y recién entonces, mostrarla. Tiene miga, mucha miga y es así pues se la he enseñado a un compañero para que tenga otra técnica para desarbolarme e incluso proyectarme limpiamente.    
Adaptada a su estilo, sus condiciones y su Judo. Empezó tímidamente a imitarme, la suelo usar en una variante que he ido puliendo con los años, es un recurso desesperado que ocasionalmente me saca de algún apuro. Hace un par de semanas le dije que debía buscar mi pie cuando estaba atrasado y lo movía, adelantándolo; entonces debía atacar y trabarme el pie con su pie; directamente, apoyarlo en mi empeine; nada de muslo, ni pierna estirada. Es fundamental desequilibrar bien y entrar a fondo; el detalle de trabar mi pie cuando voy a avanzar le da un plus que hace que sea espectacular, lo fue sentirla y seguramente lo será verla.                                        
En algo así como un año, arrancando desde cero con esa técnica e incluso denostándola, ahora la tiene incorporada y es efectiva; en adelante solo tiene que trabajarla para usarla como contra al Sumi Gaeshi mentiroso que hago, directamente en cuanto siente que tengo mi agarre y además de cómo la usa ahora que es directa; entonces me veré obligado a buscar otras técnicas pues me impedirá trabajar cómodo.
Y ese es el punto, ese exactamente y no otro: le enseñó, voy contra mis teóricos intereses pues me superará fácilmente con lo que le enseñó y al hacerlo, evoluciono mi Judo y evoluciona el suyo.Todos ganamos.                                                    
Si me preocupara en superarle, ganarle (concepto tan relativo) y mantenerme haciéndolo, me perdería caídas como la que viví; esa sensación de limpieza con la que me sacó volando; aunque sea fácil hacerme volar; y me perdería protagonizar, juntos, el avance hacia otros estadios. 
La satisfacción de ser el responsable, el culpable, él instigador; la convicción profunda de que mis Senseis aprobarían mi conducta pues de ellos la aprendí. Nos perderíamos actuar como Judokas.                                                
Nos perderíamos las sonrisas del Sensei o sus comentarios; no le motivaríamos a mostrarnos cositas; la clase pasada vi por primera vez: Suso Jime; si, no la conocía.                                                                                            
Cuando nos ve sudar a mares, intentar lo que nos pide con ese punto de entrega difícil de percibir en lugares que no sean un Dojo, perseverar, porfiar y entrar, entrar, entrar; levantar, levantar, levantar…otra, otra, otra y una más; buscar respuestas y soluciones hasta que sale algo parecido a lo que nos enseñó; lejos de la perfección y la efectividad pero se parece remotamente a algo y con tiempo, puede que sea una técnica decente…el Sensei disfruta, sabe que la clase va en la dirección correcta, recorre el camino aunque sea con pasos poco firmes, todo llega, todo se andará e íntimamente renueva esas ganas de mostrarnos lo que sabe y estaciona los sinsabores relacionados con dirigir un Dojo; reafirma sus ganas de dedicarnos tiempo, de robarselo a su familia para regalárnoslo.    
Pocas cosas me hacen amar tanto al Judo como la de enseñarle a mis compañeros a ganarme. Es absurdo, es tonto, o puede parecerlo, puede confundirse, pero en el fondo subyace esa riqueza legada por Jigoro Kano; escondida, oculta a los ojos profanos mediante la cual, al ser generoso, destrozar tu ego y el orgullo liviano, el que no sirve de nada y brindarte a desentrañar tus secretos a tus compañeros, les permitís crecer como Judokas; les ayudas y de paso te elevas sobre tus miserias, sos un poquito mejor persona, algo más Judoka.


No hay comentarios:

Publicar un comentario