sábado, 14 de enero de 2012

Isabela.




Íbamos al mismo centro de estudios, clase por medio. Petiza, de risa fácil, muy alegre y dicharachera. Con amistades en común, se escapo por sistema, era leal a una amiga suya que me miraba con ojitos tiernos, cosa que yo ignoraba. Solía andar en yunta con otra guacha, que siempre me pareció que era la que de verdad hacia que me evitara. Eso o simplemente Isabela le pidió que la cuidara y que si la veía flaquear le rescatara, esas cosas que hacen las Mujeres para rompernos los esquemas. No imagino a ninguno de mis amigos diciéndome:”Rafa si viene esa mina que esta que se parte sola, vos firme y evita que le de bola, moléstala, échale. Nada de encanto, saca a pasear al bastardo que podes ser, que sos y hacela huir despavorida, que no vuelva. Que buen amigo que sos, loco, una fiera, te quiero.”

Nosotros, los hombres, hacemos todo lo contrario distraemos a la vigilanta para que el amigo pueda camelarse a la susodicha y perderse en cualquier rincón oscuro. Intentamos llevárnosla, a la vigilanta, a los yuyos. Somos básicos, transparentes. Jejejejej, eso es lo dicen las Mujeres. Hacemos de tripas corazón, por un amigo uno va a la guerra, y nos pasamos toda la noche con la menos agraciada. Que igual es terrible persona, ¡pero no tiene tetas! Para eso ya están mis amigos, que ni tienen pechos ni son terribles personas. Pero, por un amigo, ya se sabe…… además si te ve dubitativo te recuerda el bagre que se comió para que vos solo le tocaras el pelo a la rubia, ¿te acordás?

Lo que fuera. El caso es que nada de nada, ¡que pedazo de pelotudo! Que jugador de cuarta, que guacho más inútil. Le tiraba del pelo, le decía boludeses en la oreja, pero nunca ataque con tutti. No detectaba ninguna señal que me indicara que yo le gustaba, cero absoluto, fallo técnico de la percepción. Un alverja integral.

Las redes sociales nos están poniendo en aprietos, compartimos nuestros secretos y cualquiera puede verlos, el resultado es nefasto. Prueben a ver quien es amigo de cada amigo, temblaran y muchos harán lo que yo: deje de tener curiosidad rápido, nada mas descubrir que Fulana conocía a Sultana. Prefiero no saber, de verdad. También consiguen que contactemos y nos contacte gente que buscábamos o dábamos por perdida.  Caguense en la madre del jefe o cuestionen la política de la empresa donde trabajan con los amigos, online, y siempre algún idiota acepto al jefe o la empresa espía directamente y la has pifiado.

Isabela me encontró, entusiasmada me cuenta que tiene tres retoños, que trabaja de Asistenta Social, que ejerce de Maestra, su vocación, lo difícil que es elegir con menos de veinte años lo que te gusta. Casada con el novio de siempre. Correo va, correo viene, las preguntas se hacen más hondas, mas personales, y como ahora es una Señora, que está a 13000 km y vos estas casado, tenes una hija, pasaron más de dos décadas y tiene un dia nostálgico te cuenta que le gustabas. Así en frio, sin anestesia, te deja cara de falta de inteligencia, de nabo, se acuerda de cosas que vos no viviste nunca, o por lo menos no recordas nada, y te confiesa que le pesaba saber que la amiga se sentía atraída, y que por lealtad nunca dio luz verde. Pobrecito, te remata, ponías una carita. Y no podes evitar pensar que tampoco fuiste capaz de levantarte a la amiga, y por un momento sentís la misma frustración que en aquellos años en que eras incapaz de jugar en igualdad de condiciones.    Tampoco es que creas que ahora sos capaz, pero me case pensas, tengo una hija y se te hace la luz de que en tu casa hasta la cobaya es hembra. Concluís que la única razón de que comparta eso contigo es que les separa un Océano, que nunca lo diría si no fuese así, se te sigue escapando las razones que las mueven, seguís tan desorientado como en aquellos tiempos


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