viernes, 6 de enero de 2012

Mama Osa.





Mama Osa tenía  tres  cachorros, dos chicas y un chico, muy  traviesos. Cuando eran más pequeños les hacia trepar alto a los arboles para poder ir sola  a comer mucho y así tener  leche siempre para amamantarles. Ahora que son mas grandes los lleva a todos lados para enseñarles que se puede comer, donde buscarlo, los mejores lugares para tumbarse al sol y descansar y también los peligros que hay en el bosque.

Es muy divertido, tanto que suelen olvidarse de estar cerca de mama y se alejan jugando o investigando olores, colores y a otros animalitos que van descubriendo. Pero cuando mama Osa gruñe enfadada  se apuran a volver cerca.

Hoy les lleva al rio, quiere que aprendan a pescar. Esta fría el agua y los ositos remolonean sin decidirse a mojarse. Mama Osa atrapa un pez enorme y lo saca a la orilla para que sus hijos coman, esta rico y rápido se lo comen. Quieren más, pero Mama Osa les dice que ella no sacara mas pescado para ellos, si quieren comer pescado deberán meterse en el agua y pescar.

¡Esta Fría! ¡No puedo, se escapan! ¡Que injusto, es muy difícil!  Se quejaban los Ositos mientras Mama Osa comía alegre pescado. Después de muchas horas mojadas, con hambre porque les faltaba práctica siguieron a Mama Osa que les llevo a un claro del bosque para que se calentaran al sol y descansaran. Cuando les vio recuperados les llevo a comer bayas, su comida preferida; y tanto que olvidaron que no debían comer muchas porque les dolería la barriga.     Hicieron  caca los tres ahí mismo, porque les dolía mucho la barriga, y les reto Mama Osa por no irse a un lugar adecuado, alejado de las bayas.

¡Que difícil se estaba haciendo todo! Pensaban los tres Ositos, cada dia Mama nos exige más, y somos muy jóvenes. Al mismo tiempo Mama Osa les miraba orgullosa, eran chiquitos pero aprendían rápido.

Caía la tarde lentamente, había que ir buscando un lugar para pasar la noche cuando un sonido nuevo altero a Mama Osa: Ladridos. ¡Si hay perros hay Cazadores! Sabía que estaban cansados pero les pidió que la siguieran apretando el paso, subieron hasta lo más alto de la montaña y cruzaron al otro lado poniéndose a salvo.

Colorín Colorado este cuento se ha acabado.

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