martes, 10 de enero de 2012

Rafaela Román



Era amiga de unas amigas. Tenía unos diecisiete y un bikini azul que le quedaba de maravilla. Morocha de pelo a mitad de espalda y unas curvas deliciosas. Muy sensual, con un atractivo animal, le mirábamos todos, atacaban muchos, alguno se hacia ilusiones. Yo me limitaba a mirarla, algo en sus ojos me hizo saber que mejor ni lo intentara, esa miradita que nos reservan las féminas cuando nos miran de los pies a la cabeza y ponen carita de asco y te hacen sentir más gusano que los gusanos, esa mirada. Una sola vez basto, esa guacha me iba a escupir de una manera tal que dedique mis esfuerzos a otras presas. Me revente algo en una pierna y se acabo el deporte por varios meses, lo que quedaba del verano lo pase tomando sol con las mujeres. Que Doctorado, de saber antes lo significativo de escucharles cuando no están a la defensiva, lo que les gusta, que quieren, que les duele, que les ilusiona. Cuando te consideran con posibilidades, evolucionas y de Mandril pasas a Candidato, si seguís escuchándolas puede que te consideren un Hombre. Pase a ser Candidato, y se dejaron de bobear y se mandaron a charlar como si fuera una mina mas. Quietito, me relamía, un leopardo jugando con una banda de monas, me dejaron creérmela un ratito, hasta que se callaron y todas se pusieron a mirarme. ¿Monitas? ¿Leopardo? Cachorras de Mujer afilando las zarpas, para merendar un guacho que se había metido en un buen lio. Mi cojera me impidió huir como mandaba la situación y Rafaela me rescato.                  
–Es de fiar, nunca contara nada a los otros. ¿Verdad?- Ojazos marrones llenos de misterio, una sonrisa marca de la casa, la sabiduría de una mujer de mil años. Olvidaron mi presencia y yo quería hundirme en la arena, en la cabeza odiaba a esa turra que encima me vapuleaba. Me metí en el agua a refrescarme, los guachos corrían detrás de la guinda, les envidie con toda mi alma, odie a esa perra por ser tan linda y a mí mismo por ser tan pelotudo, ¿como se me ocurre tumbarme con las minas al sol?, ahora mismo agarro la toalla y me mando mudar.

Cabizbajo camine hasta mi toalla y solo estaba ella, Rafaela, sentadita mirándome. Ni me despedí, me tumbe del otro lado del partido, lo bastante cerca como para que ninguna de ellas sintiera lastima y se arrimara. Me borre de todas las actividades en grupo que contuvieran la mínima posibilidad de que alguna de ellas apareciera: no quedaba ninguna. Dos días más tarde sigo recontra caliente, tumbado al sol me cocino como un lagarto, me duermo y cuando despierto la playa esta vacía, ya no juega nadie y Rafaela esta con su toalla a mi lado. La miro enojado y en sus ojos y en su postura veo miedo. Nada de seguridad, incluso esta tensa pronta a pegar el salto y salir corriendo, sabe que estoy rengo. Es una cervatilla asustada, una mina más, ¿Dónde está la Maga?

-Dicen que sos un hijo de puta, mala gente pero no me cuadra……. ¿lo sos?- Ahora sus ojazos eran otra vez los del otro dia, pero había curiosidad, quería de verdad saber la respuesta y se la di.
-Depende. Puedo serlo, algunas veces lo soy. Muy malo y retorcido, deberías irte.-Casi temblaba de miedo, era una adolescente asustada, un cervatillo que ve al Tigre y de tanto querer escapar se queda parado. Era una guacha muy valiente, ya era Maga.       
Me invito a volver con las demás y tumbarme con ellas, se fue diciéndome que no era malo, ni un hijo de puta, pero si un mentiroso muy peligroso. Los meses fueron pasando, nos dimos dos besos y escapamos uno del otro. Manteníamos una cercanía distante, hablábamos de lo que nos gustaba leer, de música, me sentía cómodo con ella y hacerle reír o sonrojarse era un deporte. No solía maquillarse y sus perfumes eran sutiles. Los bikinis se fueron rellenando más y era algo espectacular. A esas alturas le sabía una tierna, de una dulzura honda, verídica. Su miedo del principio pasó a ser confianza ciega, su humor resulto ser encantador.

Cuando cogimos fue lindo, y quedo claro quién enseñaba y quien aprendía. Ser su alumno fue placentero. Con paciencia me explico algunas cositas, en verdad todo lo que es determinante. Resumido: tenes que conseguir que la mujer disfrute. Primero ella, después vos. Si haces eso serán tuyas para siempre. Nunca fuimos novios, no podíamos o no sabíamos. Si pasábamos mucho tiempo juntos nos ahogábamos y dejábamos de vernos meses hasta que algo nos juntaba.                   Con Rafaela aprendi lo poco que se de las mujeres. Ella se entregaba entera, se daba sin condiciones.

Nunca discutimos ni nos peleamos. Me ponía pesado con algo, tipo: dame la bombacha que llevas puesta. Y al final me la daba. Le propuse hacer un trió con una amiga que ella tenía, se negó rotundamente: ¡enfermito! Años después me encuentro a su amiga, le pido el teléfono, no me lo da. Le suelto que si se lo pido a Rafaela lo consigo, si ella no le llama para decirle que no, Rafaela me lo da. Y le propongo que si la llamo vamos a cenar. Obtengo el teléfono y vamos a cenar. Salimos un tiempo y acabamos mal. Visito a Rafaela en su trabajo, le hago sonrojarse, las compañeras revolotean, pide orden y usando su media hora de descanso nos tomamos un café.       ” Sos malo, mi amiga te quiere matar. Ella también es pelotuda, le dije que no podría contigo, que no jugara. Me llamo para pedirme permiso, bobo, y se lo di. Lo que no le dije es que quería matarla y matarte, unos celos, los ovarios contraídos. Cuando llamo quejándose, le corte. Ya se me pasara y la llamare”. Así, como quien comenta el tiempo. Una genia, rompió el molde y lo que más me asombra es que siempre fue así, yo lo descubrí con los años. Dos décadas después de eso me llama, y me cuenta que su amiga le ha confesado que es lesbiana, que ahora que vive en el orto del mundo se anima a decírselo. Yo gritaba: el trió, el trió. Ella respondió: ¡Enfermito! ¡Lo sabía, lo sabia! Pudo ahorrárselo y no, me llamo y aguanto mis burlas.                                                                   Cuando me conto porque había roto con uno de sus novios disfrutamos juntos como chanchos. Resulta que su cuñado llevaba tiempo haciéndose el vivo, que roce por acá, que fregoteo por halla, y la cosa se ponía mal. Cena familiar en casa de su novio, están todos. Queda sentada entre su novio y el cuñado, una mano bajo la mesa le acaricia, abre las piernas muy modosita y los dedos a jugar. ¡Se queda perpleja cuando ve que su novio tiene las dos manos sobre la mesa! “Cerré las piernas pero el hijo de puta no sacaba la mano, me pare como pude, y me fui.” Nos hartamos a reírnos, me dio terrible codazo cuando le dije que no se podía ser tan puta.

El dia que me conto que estando en su casa escuchando a una tía y a una amiga hablar de ropita sexy y ligueros, de que si esto, que si aquello, se le hincharon las orejas, fue a su habitación y les tiro sobre la mesa sus trapitos dejándolas muertas. Tenía la sonrisa de Maga, le chispeaban los ojos. Era una guacha y salía con un tipo casado que le doblaba la edad, nadie lo sabía, ni yo, me entere de rebote y la admire más. Una tiene secretos, que te pensabas, ¿que te contaba todo? Eso explicaba los ligueros.

Desde siempre ha sido especial, y no lo sabe. Tanto que debuto un dia antes de cumplir quince, y su veredicto es: ¡el nabo cumplió su función! En aquella época fue una adelantada, siempre ha ido por delante. Es jugadora de primera desde muy chiquita, sigue jugando a primer nivel. Se marea cuando le digo que le Amo, sin histerismos. Que es su manera de Amar, aprendí a su lado, viéndola, sintiéndola. Le da vergüenza que se lo diga, es una Maga muy humana. Que viera en mi algo, lo que sea que la llevo a dejarme estar en su vida, en aquellos años, no hace más que confirmar sus poderes. Que me haya pedido que cuente su historia la pinta entera, con un solo trazo. Puso énfasis en que no quitara ni pusiera, que mostrara lo que tenia de mala y releyendo constato que no es mala. Es una gran Mujer, fue una gran Guacha y es mi Amiga. Una Maga sabia que se anima a vivir lo que siente y como lo siente. Sus ojazos mantienen la profundidad, siguen girándose los hombres para admirarla y las mujeres que se ven guapas se preguntan que tiene la Morocha para generar tanta atracción. Conserva la risa y el humor. El Misterio.
Te Amo Rafaela Román.

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