Es la palabra clave, como bien me recordaba un amigo, para
esta etapa de mi vida. Porque se supone que volveré a hacer todo lo
que hacía y para empezar no me veo entrenando dada la flojera general que sufro,
mucho menos me veo aguantando el ritmo a los jóvenes de la clase. También me
cuesta horrores quedarme quieto y concentrarme, leer es casi imposible y escribir
me supone un gran esfuerzo. No quieran verme intentando escribir a mano, patético.
En el teclado los dedos van por donde quieren, en un baile propio al que soy ajeno.
Estar quieto esperando a alguien me supera, se me hace
cuesta arriba por completo.
Y en cuanto al trabajo. Me pregunto que seré capaz de hacer,
y va en serio, porque no me veo haciendo algunas cosas que antaño hice.
Curiosamente no me preocupa como antes. Paciencia dice mi
amigo. Y lo dice mucha más gente. Y lo convierto en mi oración particular:”Paciencia,
paciencia, paciencia”.
Nunca tuve mucha, la verdad, me parece que tendré que aprender a tenerla.
Sobre todo conmigo mismo, sobredosis de Paciencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario