martes, 14 de febrero de 2012

Paciencia.


Es la palabra clave, como bien me recordaba un amigo, para esta etapa de mi vida. Porque se supone que volveré a hacer todo lo que hacía y para empezar no me veo entrenando dada la flojera general que sufro, mucho menos me veo aguantando el ritmo a los jóvenes de la clase. También me cuesta horrores quedarme quieto y concentrarme, leer es casi imposible y escribir me supone un gran esfuerzo. No quieran verme intentando escribir a mano, patético. En el teclado los dedos van por donde quieren, en un baile propio al que soy ajeno.

Estar quieto esperando a alguien me supera, se me hace cuesta arriba por completo.

Y en cuanto al  trabajo. Me pregunto que seré capaz de hacer, y va en serio, porque no me veo haciendo algunas cosas que antaño hice. Curiosamente no me preocupa como antes.                        Paciencia dice mi amigo. Y lo dice mucha más gente. Y lo convierto en mi oración particular:”Paciencia, paciencia, paciencia”.

Nunca tuve mucha, la verdad,  me parece que tendré que aprender a tenerla. Sobre todo conmigo mismo, sobredosis de Paciencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario