Juntar las letras primero y las palabras después. Que tengan
un sentido y un significado, que digan algo, que trasmitan una idea, sabores,
olores, sentimientos, que te hagan reír o llorar, traspirar y te hagan desbocar
el corazón. Que te dejen pensando o simplemente te distraigan un rato. Esa es
la dificultad y no otra.
Porque las ideas afloran, unas mejores que otras, pero lo
difícil es plasmarlas, convertirlas en Literatura.
Y en eso estamos, intentándolo con ganas y superando los
obstáculos a medida que aparecen. Esto
me ha hecho reconocerles a los escritores que he leído, el merito de haber
conseguido un resultado redondo.
Entretener durante horas, conseguir que terceras personas
busquen lo que escribís y lo compartan con sus amigos, que la gente espere
ansiosa tu nueva creación. Darle vueltas a una idea hasta que toma forma y te
parece que ya se puede plasmar en letras que conforman palabras, oraciones, un
artículo, un libro.
Hacerlo como estoy comprobando no es nada fácil, lleva
tiempo, da trabajo, cuesta bastante.