Se escapa un hámster en casa, lo buscamos pero sin resultado
y al final lo damos por perdido. La zona donde estaba la casa era muy agreste y
era normal tener que luchar contra ratones bastante seguido, ratas casi nunca
se veían.
En poco tiempo empezaron a darse plagas de ratones cada vez
mas seguidas, y eran animales manchados con lo que se concluyo que lo que se
había escapado era un ratón, no un hámster. Y que se había cruzado con los
silvestres y que esa era la razón de que hubiera tantos.
La vieja puso el grito en el cielo, se había acabado las
mascotas, ¡todas!
Hubo que prometerle que solo las que ya teníamos y ninguna
mas. Quería evitar a toda costa una verdadera plaga de roedores. Le pareció
bien conservar las mascotas que estaban en casa pero se mantuvo firme en cuanto
a cualquier tipo de roedor.
Les declaro la guerra a los ratones y les llevo a una presencia testimonial por lo menos en la casa,
fue cruel y sin dar ni pedir cuartel, se usaron trampas y distintos venenos. Lo
que puso en peligro algunas de las mascotas que eran aceptadas.
Nosotros intentamos con el tiempo introducir roedores como
mascota pero siguieron vetados para siempre. Se mantuvo firme e inevitablemente
sacaba a colación la plaga de ratones manchados para escudarse y reforzar su
negativa a permitirnos tenerlos.