Después de
tres exploraciones sabíamos que el planeta tenía mucha vida a nivel de
insectos, no parecía haber animales o formas de vida nuevas en esta parte que
estábamos explorando; bajaron los robots para hacer mapas de posibles recursos
minerales y yo me dedique a hacer ejercicio aprovechando que tenia espacio disponible.
Todavía no podía comer nada del planeta,
una precaución lógica hasta no tener los resultados definitivos de los
exámenes. Al estar OP entretenido con los robots y las demás tareas me dejaba
tranquilo, lo que se agradecía sobremanera. Por simple rutina verifique los
trajes, el de riesgo de contaminación biológica debía cambiarse, tire el usado
en el contenedor correspondiente y saque uno nuevo. Revise el Vehículo Todo
Terreno, aceite los cañones de la ametralladora, y algunas otras piezas genéricas
que solían sufrir desgaste por falta de lubricación. Repase las armas de mano,
a las que limpie concienzudamente, aceite con mimo y guarde en sus estuches.
Para lo ultimo deje las gafas de visión nocturna, solían fallarles las
baterías, así que las cambiaba siempre que podía. Las limpie, les cambie las dichosas
baterías y las volví a guardar.
OP quería
confirmar la existencia de peces, por lo que me fui a pescar acompañado de un
robot maderero. Mientras este cataba arboles y hacia un ruido ensordecedor, yo
intentaba pescar algo pero viendo que no tenía resultados satisfactorios fui a
la nave a por una red, herramienta más eficaz para la tarea que tenía por
delante. En dos tiradas tenia mas especímenes de los que podía manejar, devolví
al agua los sobrantes y traslade a el resto a la nave, parecía que había muchos
peses y variados. Tres o cuatro habrían quedado esplendidos asados, se me hacia
agua la boca de solo pensarlo, pero había que esperar. En caso de poder
consumir productos del planeta nuevo no tendría el visto bueno para hacerlo
hasta dentro de cierto tiempo, saberlo no ayudaba en nada a aguantarse, pero
era peligroso no respetar la cuarentena obligatoria.
El robot
maderero llego al rato lleno de aserrín que ayude a quitarle con una manguera
de aire comprimido, no era una tarea específica, los robots mecánicos eran
aptos para reparar cualquier avería, o tarea de mantenimiento, pero así como yo
revisaba personalmente los vehículos antes de usarlos también se me permitía
colaborar en estas tareas. La manguera de aire comprimido era lo más parecido a
una pelota que tenía en ese planeta, era incluso mejor: no hacía falta más
gente para jugar. Solo robots estoicos que aguantasen mis perrerías. El aserrín
volaba por todas partes.