sábado, 7 de abril de 2012

Justicia.




Milton subió las escalinatas del Palacio de Justicia de su ciudad de dos en dos. Un poco nervioso observo alrededor hasta ubicar a su abogada, esta le tranquilizo, era un juicio por faltas, su palabra contra la del denunciante, sin testigos, un caso fácil. Según la letrada tenía todas las posibilidades de ganar, eso no tranquilizo a Milton que estaba nervioso desde que la Policía le entregara la citación en su casa un domingo.

La denuncia decía que había agredido a un hombre y por tanto este le había denunciado.

Pasaron a la sala donde estaba el Juez, primero declaro el denunciante y después Milton.       En total diez minutos, pasados los mismos le informan que la sentencia se entregara el dia tal a la hora cual.

Milton hablo con la abogada quien le reafirmo que las cosas parecían transparentes y que lo más probable era que le absolvieran. Se fue a casa tan preocupado como llegara.

A los veinte días Milton volvía  a subir la escalera de dos en dos, igual de nervioso por la incertidumbre de no saber que le esperaba.

La justicia le condeno a pagar una multa de ocho euros diarios durante treinta días.
Mientras bajaba la escalinata del Palacio de Justicia, Milton, no podía dejar de pensar en qué clase de Justicia era esa que le condenaba cuando era su palabra contra la de otro.  Y le hacían caso al otro sin contar  con testigos ni nada