No hay dolor
es un grito de guerra.
Es una declaración
de intenciones, les hago saber que ya no me quejare mas, ni culpare a los políticos
del desastre general que nos toca vivir ni a ninguna otra circunstancia que las
que dependan de mi, y las que no dependen tendré que transformarlas para que no sigan siendo un
lastre.
No hay dolor
es un truco mental, un juego, una motivación pero es más que eso, es un estado
de ánimo súper combativo.
Durante años
me han visto decirlo y hacerlo en el Gimnasio, y nunca nadie pareció especialmente
preocupado como está pasando ahora, me llaman amigos desde Uruguay preocupados,
la llaman a Mari preguntándole como estoy.
Es que ahora
lo saque a la calle, no se queda en el tatami, el Judo no termina donde
terminan las colchonetas, empieza justo ahí.
Soy el mismo
de siempre, con canas y cuarenta y pico encima, pero el mismo, usando lo que
aprendí en estos años, motivándome y llenando las pilas para encarar salir
adelante.
Para eso, lo
primero era sentirme rebelde, dejar de verme superado por las preocupaciones y
alimentarme de ellas, yo a eso le llamo
Dolor, ya di el paso, ahora hay que despertar al luchador y tenerlo siempre
preparado. Necesito todos sus recursos, su capacidad de mantener la cabeza fría
y analítica. Su capacidad de aguantar los golpes murmurando o gritando: NO HAY
DOLOR.