Los Judocas suelen llevar a sus hijos a hacer Judo, no suele
fallar, otra cosa es que los niños se enganchen y sigan practicando. Mi hija,
por ejemplo, de momento, no ha querido seguir y este año, no hará Judo. Sería
la tercera generación.
Traigo el tema a colación porque un Profesor de Judo que ha
reintroducido el Judo en un colegio que supo tenerlo muchos años, me comentaba
que venían los padres a traer a sus hijos y muchos eran Judocas, encantados,
con tener la posibilidad de que sus hijos hicieran Judo en el colegio como
ellos en su dia. Para él será mucho más fácil sacar adelante el Judo puesto que
cuenta con esos padres, que si empezara de cero, en un colegio, que nunca lo ha
tenido, al Judo.
Y es un argumento que usamos mucho cuando llega un padre que
no es Judoca a traer a su hija o hijo, les comentamos que una actividad, en la
que los padres Judocas introducen a sus propios hijos en la más tierna
infancia, debe tener algo que hace que lo hagan. A eso le deberemos sumar que
Unicef también recomienda el Judo para los niños.
Y lo más lindo de todo esto es cuando en el tatami coinciden
padres e hijos entrenando.
Incluso se da el caso de que los hijos dejen de entrenar por
diferentes razones, una de la más repetida es por los estudios, pero el padre
siga entrenando porque en su dia trajo a sus hijos a este mundillo sin saber
muy bien adonde se metía, adonde los metía, pero con el tiempo le pico la
curiosidad y el mismo empezó a entrenar y para cuando sus hijos se lo dejan, el
sigue, porque ya sabe, que sentimos los Judocas, cuando entrenamos. Y los
beneficios que obtenemos de la práctica del Judo, que por innumerables hoy no
plasmaremos.