Llevo un rato observando al cursor titilar mientras intento
ordenar mis ideas y decidir por dónde empezar, cosa que está costando
sobremanera, sin razón aparente.
Quería parar un ratito en las Redes. En la gran red de
redes: Internet, pero también en las de nuevo cuño: las sociales. Y se estarán preguntando
qué me pasa, a que es debido ese interés repentino, bueno, es fácil: ¡Son sumamente
peligrosas! Nuestras ideas al desnudo, pero en manos de quienes, de repente, no
deben tenerlas.
Todas engañosamente fáciles de usar y manipular, cuando, es
extremadamente difícil para un usuario como yo, evitar meter la pata, por
desconocimiento.
Si para mi, y supongo
que para otras tantas personas, resulta complicado no revelar datos, que no
queremos que salgan a la luz, cuanto más para los jóvenes que pululan por la
red y las redes. Yo hoy no podría ayudar a mi hija a evitar meter la pata por
ejemplo. Y es muy fácil, se puede dar con solo no estar prestando mucha atención
en lo que se está haciendo.
Tenía abierta una red social y estaba en este blog buscando
un par de sitios que me habían llamado la atención pero que todavía no había
analizado más que por encima así que no quería recomendarlos a nadie solo
añadirlos a mi lista e irlos revisando poco a poco, pues casi término recomendándoselos
hasta el último conocido. Y me di cuenta de puro rebote, ahí fue cuando me di
cuenta lo fácil que es meter la pata hasta el fondo.
Saberlo solo me hace estar más alerta aunque evidentemente
mis conocimientos no son lo bastante extensos como para lidiar con este asunto
y deberé plantearme seriamente estudiar, prepararme para cuando Luna acceda a
internet y a las redes sociales.