Sandra tenía
un dia malo,
que se estaba
convirtiendo en una
noche de sábado aun
peor, sus amigas
no querían ir
a la disco
El Hangar, si
iban a otro
sitio, no vería
a su novio
que trabajaba allí. Llevaba toda
la semana sin
verle y quería
verle. Discutió por teléfono
con
las amigas quedando
claro que se
iban a otro sitio, con
o sin ella. Ofuscada se encerró en
la habitación, no salió
ni
a cenar. Decidida a
ver a su
novio se ducho,
peleo con la
melena y la plancha
hasta conseguir un
peinado aceptable. Dudaba
entre un pantalón blanco
o una minifalda,
gano esta ultima
acompañada de una
blusita color mango
que evidenciaba que
el pecho no crecía,
a este paso
nunca lo harán, pensó disgustada, pero
que le quedaba
bien. Un saquito
negro a juego
con la minifalda,
medias y tacos
de ocho centímetros. Dos
gotitas de perfume
atrás de las
orejas y estaba
preparada. Agarro el
tapado largo para
que la madre
no le diera
la braza, salió de
la habitación y
vio en la
cara del padre,
sentado en el sofá, que
no le gustaba
su vestimenta, le
beso y a
la madre que
le dijo que
se cuidara. Se había hecho
tarde y se dio
prisa para llegar
a la parada
del autobús y
con suerte subir
al último autobús
que pasaba por
la avenida que
le dejaba cerca
de la Disco.
Tuvo que esperar
diez minutos y
se felicito por
haber traído el
tapado, hacia frio. Subió pago
el boleto y
se sentó, el autobús
venia
vacio, nadie se bajaría
para
ir al Hangar
y había que caminar trescientos
metros por una
calle oscura como
boca de lobo flanqueada por
arboles. Normalmente se
juntaban y lo hacían
en
grupos numerosos, nunca
una chica sola,
ni los chicos
se atrevían a
hacerlo. Bajo, espero
que el autobús se
alejara y antes
de cruzar la
avenida miro la
oscuridad, sintió miedo
pero quería ver
a Julián y
eso pudo más
que su miedo.
Se interno en
la oscuridad, solo
se sentían sus
tacos repiqueteando en el asfalto,
cincuenta, cien, ciento
cincuenta metros y empezó a
escuchar la música,
pasaron dos coches
llenos de chicos
que le pitaron
y solo le
faltaban cincuenta, vio a Rubén
, el portero
y este a
ella. Se saludaron
y Rubén la
hizo pasar sin
pagar, dejo el
abrigo en ropería y
se puso a
buscar a Julián,
lo encontró hablando
oreja con oreja
con una rubia
despampanante, se sintió una
niña, dio media
vuelta con Julián
llamándola, fue a ropería
y
pidió su tapado.
Le dijo que
se fuera con
la rubia y salió
de
la Disco. Saludo
a Rubén y
aguanto unos pasos
antes de ponerse
a llorar. Un dia de
mierda, una noche
de mierda y
un novio de
mierda, entro en
la oscuridad llorando
a mares, totalmente
distraída. Caminaba despacio, encima no habría
autobús hasta
dentro de dos
horas, genial y
arrecio el llanto.
El golpe en la cabeza,
desde atrás la
hizo caer, a
punto de desmayarse,
cuando sintió las
manos del hombre
que murmuraba obscenidades
sintió pánico, la
iban a violar!
La cabeza le
daba vueltas, miles
de lucecitas estallaban
en sus ojos
y no conseguía ver
nada. El tipo
la llevo en
volandas fuera de
la carretera, casi hasta la línea de
arboles y ella pensó
que
era fuerte, muy
fuerte. La tiro
al suelo, sintió las
ramitas en la
espalda y las
nalgas, luchando por
no perder la conciencia. Lo
que se venía
no sería agradable,
si se desmayaba
no tendría ninguna
oportunidad de evitarlo.
Sacudió la cabeza
y se acordó del
odiado compañero de
Judo, Leonel, y
su Profe, Marcelo,
pero más del
primero, que no
la deja en
paz ni menstruando, que la
agarraba del cuello
o le aplastaba
el pecho o le enganchaba
los brazos sin
piedad, que la hacía entrenar
duro y le decía
que
había que conseguir
un segundo y crear una
oportunidad, una, que sería la única. Se subió
la
falda liberando las
piernas para poder
separarlas, el tipo
interpreto que su víctima se
entregaba y se
arrodillo entre sus
piernas luchando con
la bragueta, cuando
por fin saco
el pene, le rompió
las
medias y arranco
la tanga, apoyo
la mano izquierda
junto a su
oreja derecha y se propuso
penetrarla, por lo
que miro hacia
su entrepierna, momento
en que ella
le ataco el
codo izquierdo con
sus dos manos rompiéndoselo, usando
una técnica llamada
Ude Gatame. El
tipo berreaba boca
arriba, agarrándose el
brazo roto, Sandra
le clavo un tacón en
los testículos. Trastabillando volvió a
la Disco y cayó en
brazos de Rubén,
desmayándose.
Despertó en
el Hospital, su
madre estaba sentada
a su lado,
quiso moverse y
noto que tenía
una sonda en
el brazo derecho.
Recordó todo, quiso
hablar pero la
madre no la
dejo. Le explico
que la habían tenido
que operar debido
al golpe, que debería
hacer
reposo y no
fatigarse. Que afuera
estaban casi todas
sus amigas, que Julián
había venido pero
se había ido,
el Profesor de Judo también había
venido y que
un chico llamado
Leonel venia todos
los días a verla. Es un poco
extraño, siempre lleva
un libro en
las manos, no
me gusta. Sandra
sonrió levemente, a
ella tampoco le
gustaba hasta el
ataque. Se durmió agotada. Dos días
más
tarde, un poco
mas recuperada, esta
con unas amigas
cuando golpean la
puerta, da permiso
para que entren
y lo hace
Leonel. Saluda, llega
a su lado
y le besa en
la mejilla, ella
le agarra la
mano y le
da las gracias
por tantos años
de esfuerzos, el
replica que queda
mucho por hacer,
porque todavía no aprendió que una
minifalda, tacos y
oscuridad son una
mala combinación, que la
espera en el
tatami cuando esté
bien. Un beso
de despedida y
se va. Sandra
sabe que no
fue suerte, aunque
la tuvo cuando
el golpe no
la mato ni
desmayo, lo que
paso después fue
consecuencia del entrenamiento
a que la habían
sometido, se prometió
prestar
más atención en
adelante en clase
y siguió charlando
con las amigas.