-¿Quién
fue el tarado,
quien fue el
tarado que arreglo
este partido? Quien
haya sido hoy
juega de back
derecho y yo
me voy a
su puesto, la
reconcha de la
lora.- Luisito es
un gatito pero
le calienta jugar
contra ese cuadro,
y mucho. El
futbol es para
hombres, es para
meter huevo, fajarse
y no andarse
con chiquitas, marcar
a una mina
no es legal
y si encima
la susodicha tiene
una zurda prodigiosa,
una velocidad de
rayo y muy malas ideas
como hacerte caños
y jopeártela; entonces
ya es cualquier
cosa menos futbol,
deporte o diversión.
Queda solo el
sufrimiento. Marcar a
una mina es
imposible, no le
puede tocar ni
pellizcar el culo,
ni manotearle el
pecho ni darle
codazos, ni bajarle
los pantalones, ni
pegarle en los
riñones. Luis está
que trina. Como
nadie se ha
hecho cargo vuelve
a preguntar.
-¿Dónde está el
tarado?
Sus
compañeros no dicen
nada, hacen como
que están muy
ocupados atándose los
championes, subiéndose las
medias o saludando
a las novias
sentadas en la
grada con cara
de embole mayúsculo.
Luis repara en
que falta Guille
y de alguna
manera sabe quien
fue, no le extraña, era
de esperarse. Se
calienta más si
cabe y suelta.
-Juego
de delantero, pescador,
no corro una,
hoy soy Guille.
Termina de decirlo
y sus amigos
se tronchan de
la risa, de
solo imaginarlo la
jarana aumenta. Le saben
incapaz de hacerle
un gol al
arco iris, además
Guille tratando de
parar a Martita?
Ja ja ja
ja, que risa
por favor.
-No
jodas, hace el
favor. Álvaro, back
izquierdo, serio y metódico:
revienta la pelota
siempre. Se alegra
de que la
papeleta le caiga
a otro.
-Vamos a tranquilizarnos un
poco, solo es
una guacha. Alberto,
juega donde le
da la gana,
organiza, mete goles,
tira los tiros
libres, le da
con los dos
rebenques, temible en
el mano a
mano. El mejor
de lejos del
equipo.
-Es una guacha,
solo una guacha,
que la ultima
vez me dejo
sentado mil veces,
me hizo un
millón de caños
y me la
jopeo dos veces,
solo una guacha.
Es Maradona disfrazado
de quinceañera, es
el demonio jugando
al futbol, no
es solo una
guacha, no lo es. Luis
sabe que exagera
un poco, solo
un poco, ¿eh?
Aparece
Guille y Luis
le informa de
las novedades, ha
sido distinguido con
el honor de
marcar a la
nena, suerte. Empieza
una discusión acalorada
porque Guille no
juega atrás, puaj,
que asco y
menos marcando a
Marta. El resto
media tratando de
establecer algo de
cordura, la cosa
no mejora con
Martita preguntando si
están prontos. Al
final se impone
la lógica, Guille
de delantero, Luis
de back, Alvarito
a la izquierda,
Pato de golero,
Alberto suelto y
de puntas Alfredo
y Richard.
Empiezan
y la globa
la tienen ellos,
buscan a Marta
que controla durmiéndola
y de paso
dejando regalado a
Richard, Luis avanza
unos pasos bastante
resignado a ser
carneado, Martita puso
el acelerador y
viene pegada a
la raya, se
la tira por
el costado, ella
corre por afuera,
la vuelve a
agarrar y levanta
un centro medido
que menos mal
que su delantero
manda por arriba
del travesaño.
Alberto caza una
globa fuera del
área y sin pensárselo
le da con
efecto, la globa
lame el palo
lejos de la
estirada del golero,
gritan el gol
como si fuera
una final. Por
donde esta Luis,
Marta pasa sin
resistencia, es como
si no hubiera
back, Luis deambula
por su zona
como alma en
pena. Por ese
costado llegan los
tres goles, dos
de Marta y
otro que regalo
a su delantero,
ya sin golero.
Van poco más
de veinte minutos
y es imperativo
hacer cambios piensa
el estratega, que
no es otro
que Alberto. Baja
y les dice
a Luis y
Álvaro que la
esperen escalonados, que
la apreten mas
arriba y si
todo falla que
le dejen el
medio, pero no
la punta libre.
Guille
consigue el segundo
en una jugada
de las del,
rara, llena de
rebotes que termina
con la globa
adentro. Martita somete
a prueba la
nueva estrategia de
sus marcadores, funciona
mejor pero sigue
sin ser efectiva,
ella les gana
todos los mano
a mano y siempre tiene
un compañero libre
para el pase. Fría como
el hielo, lo
que da la
medida exacta de
su valor no
ceja en su
empeño, intentándolo una
y otra vez,
escapándose en ocasiones
y clavándola o
dando un pase
de gol en
otras. Cambian de
cancha perdiendo cinco
a dos, aprovechan
para tomar agua
y Alberto habla
con Luis.
-Tenes
que marcarla mejor,
hay que pararla,
solo la tienen
a ella. Alberto
la mira mientras
habla con Luis.
-Está fresca, seguirá
galopando la punta
izquierda. Añade.
-¿Y que se
supone que tengo
que hacer? ¿Le
pego, la coso
a patadas, le
toco el culo,
se lo pellizco?
¿Me agarro de
sus tetas? Hay
que pararla, hay
que pararla piden
todos pero nadie
me dice como
se hace eso.
Luis no quiere
pegarle ni molestarla
y ya puestos
tampoco quiere marcarla.
Si no fuera
una mina sabría
que hacer, es
una mina, no
sabe. El no
pega ni a
los hombres, aunque
si les hace
todas las demás
chanchadas, cosas del
futbol, cosas de
hombres.
-Vas a marcarla
pensando que soy
yo, como me
parabas a mí,
vas a hacer
lo mismo. La
seguís por toda
la cancha, pegadito,
que no le
llegue la globa
estando cómoda, moléstala
todo el tiempo,
atórala. Que no
pueda pensar ni
mirar alrededor tranquila,
no le toques
el culo ni
las tetas, no le escupas,
no le des
patadas, hace exactamente
lo que me
hacías a mí.
Ahógala. Que Álvaro
cubra todo el
fondo y el Pato juegue
más atento y
adelantado. Alberto termino
de hablar sabiendo
que si Luis
le hacía caso
ganaban porque Marta
se iba a
diluir, el sabia
por experiencia propia
lo que aburría
y molestaba tener
a Luis pegado
todo el tiempo,
el ya no se enfrentaba
a Luis o
jugaban juntos o
no jugaba.
Avisan a Álvaro
y al Pato
las novedades, gruñen
pero no les
queda más remedio
que apechugar. Empieza
el segundo tiempo,
corre la globa,
corren los jugadores
pero ahora hay
una pareja que
baila junta. Es
casi un Tango.
Marta no llega
a dominar varios
pases que se
convierten en contragolpes
certeros, dos entran,
cinco a cuatro
gana Marta. Empieza
a desesperarse, van
diez minutos y
la reina ya
no le busca.
Encima Luis es
una lapa, va
con ella a
todos lados, le
cuesta irse, él
le roba la
globa o la
puntea afuera. Se
pone seria y
saca todo el
arsenal pero si
consigue irse va
tan desequilibrada o
la globa pica
tanto o se
le va tan
larga que Álvaro
llega al cierre
con tiempo para
reventarla. Van de
un lado al
otro de la
cancha pugnando por
controlar la globa,
forcejeando empecinados los
dos en fastidiar
al otro. Alberto disfruta,
por fin la
han anulado, ahora
solo hay que
jugar.
-¿Me vas a
seguir al vestuario
también? Marta se
lo pregunta a
Luis y amaga
a ir al
vestuario seguida por
él. -¡Déjame en
paz! Voy al
baño, sola.
-Hasta
la puerta, ahí
te espero.
-No voy, era
mentira, déjame jugar
tranquila. Pesado. Marta
casi preferiría que
le diera patadas,
o le metiera
mano o le
tironeara del pelo
o le pegara
en el pecho
antes que aguantar
esa marca asfixiante,
que no le
deja jugar.
Con
Marta fuera del
partido fue fácil
empatar y ganar.
Se termino el
tiempo de alquiler
de la cancha,
después de las
duchas se encuentran
en la cantina,
algunos no se
han duchado lo
que provoca las
bromas de siempre.
Alberto felicita a
Luis, ha hecho
el trabajo sucio.
-Nunca
mejor dicho, marcar
a ese diablo,
bueno diabla, no
es fácil. Luis
no la ha
visto paradita detrás
suyo, no parece
diablita, parece angelita
o diablita. Escucha
su vos y
se gira.
-¿Me
invitas algo?
-Una
coca cola marchando.
-Tarado,
que tarado que
sos.
-¿Pero
no tenes quince
años? ¿Qué queres
que me metan
en cana por
pervertirte?
-Vos
también sos menor
nene, no te
hagas el canchero.
-Lindo
vestidito, deberías usarlo
siempre, no el
mismo, otros, y
no pisar una
cancha o podes
hacer un equipo
femenino y un
campeonato femenino.
-Descerebrado,
machista, retrogrado. Desgraciado.
-Epa, epa, cuanta
inquina. Yo contra
vos no juego más, no
es nada personal,
pero sos una
mujer, ¿viste? Y
se me hace
difícil jugar contra
una. Luis se
gira dándole la
espalda, dando por
zanjado el asunto.
-No vine a
pelearme contigo. Vine
a hablar con
ustedes para que
cuenten conmigo como
un jugador mas.
Si les parezco
lo bastante buena,
claro. Ya sé
que soy una
mujer y eso
es un pecado
horrible, pero conmigo
reforzarían el ataque,
tendrían un cambio
para hacer.
-¿Porque
con nosotros? Pregunto
Alberto.
-Porque
es el único
cuadro en el
que se gritan
uno al otro
y todos al
back de mi
lado que me
de patadas, me
escupa, me toque
la cola, me
viole, que me
parta al medio
y los tipos
se bancan mis
diabluras estoicos, sin
soltar la mano,
sin pegar ni
escupir, tratándome como
a una hermana.
Si me rozan
piden disculpas. Y
el back derecho,
el que tiene
que pararme…..ese guacho
es capaz de
hacerlo pero no
lo hace hasta
que su amigo
se lo ruega,
hasta que no
le pide por
favor que marque
y anule el
azote que soporta
por su lado.
Yo. Y ese
back del que
me he venido
riendo desde hace
tiempo no me
deja tocar una
pelota, no la veo en
todo el segundo
tiempo. Siempre pudo
pararme, nunca quiso,
no le dio
la gana. Por
eso quiero jugar
con ustedes.
-Perfecto,
bienvenida. Alberto, Guille,
Álvaro, el Pato
y Richard la
reciben al unisonó.
Alfredo esta entretenido con
la novia, llevan
una semana y
están en fase
pegote. Luis pide
una cerveza, todos
le miran, el
no toma. Agarra
el vaso y
se lo tiende
a Marta que
confundida lo mira.
-¿Pero qué haces?
-Pervertirte,
total ahora tengo
que cuidarte la
cola y las
tetas, mejor que
no seas una
angelita, mucho mejor
diablita. Compañero con
tetas.
Las
carcajadas inundan la
cantina.
-¿De
verdad no te
importa?
-¿Qué
seas una niña?
Para nada, ¿Qué
juegues en mi
equipo? Tampoco, la
moves lindo, nos
vendrás bien. Te protegeré y
cuidare con esmero.
Vengare cada afrenta
con violencia, devolveré
cada patada a
la primera oportunidad,
les hare saber
a todos que
como a un
guacho pero no más que
a un guacho.
Te he visto
aguantar entradas que
muchos de nosotros
no soportamos, te
he visto las
cicatrices de las
piernas, se que
sos dura y
valiente pagando el
peaje de ser
mujer entre hombres.
Yo a vos
te respeto, como mujer y
como jugadora de
futbol.
-Gracias,
lo escondes bien.
-Lo sé.
-Antes
de irme, si
alguna vez volvemos
a enfrentarnos, ¿me
marcaras por toda
la cancha?
-Si, ya conoces
el secreto, no
tiene sentido hacer
el payaso.
-¿Son
todos igual? ¿Todos esconden?
-Si, si nos
ponemos en serio
y jugamos para
ganar nos convertimos
en un cuadro
temible.
-¿Por qué
no lo hacen
siempre?
-No nos divertiríamos. Solo
queremos divertirnos, pasarlo
bien.
-¿Nos
vemos la semana
que viene? Pregunta
Marta.
-Claro amigggooooooooooo. Le
contestan los muy
payasos. Marta los
mira, saluda con
la mano, deja
el vaso de
cerveza que apenas
ha tocado, agarra
su bolso y
sale de la
cantina. Respira hondo,
mira la cancha
ocupada por otros
jugadores, percibe la
pisadita del que
lleva la globa
y sonríe. Empieza
a caminar hacia
su casa sin
perder la sonrisa,
piensa en Alberto
y como será buscarlo
y recibir la
pared perfecta, medida;
en Alfredo que
juega por las
dos puntas y
usa un pase atrás
que
siempre da resultado;
en Richard que
es zurdo como
ella, será cuestión
de rotar en
la derecha cuando
jueguen juntos; piensa
en Álvaro y
su tendencia a
reventarla siempre; en
el Pato, que
se come goles
por hacer boludeses
y en Luis.
Como la ha
marcado con exquisitez
siempre, se ha
bancado todo lo
que ella le
ha hecho, ha
sido el hazmerreír
de las canchas
pudiendo pararla cuando
se lo propusiera.
Estos van a
dejarla correr por
la raya libre
como el viento,
nunca le recriminaran
que algo no
le salga, nunca
le pedirán que
aguante la pelota
y el castigo
que sea. Estos
van a defenderla
con saña, en
nada los demás equipos
sabrán que tocarle
la cola, las
tetas, pegarle, se
acabo. Y se
le ensancha la
sonrisa, se siente
feliz, por primera
vez no le
preocupa ser una
chica rodeada de
chicos, por primera
vez siente que tiene compañeros
que no le pedirán
que
sea un chico,
le dejaran ser
una chica, le
dejaran ser ella
misma. La trataran
como a una
hermana, el premio
máximo que te
pueden dar estos
chicos, una hermana
vale más que
una novia. Y cae en
la cuenta de
que será dentro
y fuera de
la cancha, la
consideraran hermana en la playa,
en la Disco,
en el Liceo.
Ella no tiene
hermanos, siempre ha
estado sola, sin
nadie que la
defendiera y entonces se
pone a bailar,
sola, en la
calle, de pura alegría.