No paro
de preguntarme porque
no puedo ser
gris como la
gran mayoría de
las personas; no
sé a qué
se debe o
si lo sé
muy bien y
no quiero escribirlo.
Ves que algo
se hace mal
o indebidamente y
seguís como si no vieras
nada, como si
no te dieras
cuenta y así
tenes una vida
tranquila, pacifica. Total
solo se trata
de hacer como
la mayoría, culpar
a terceros pero
nunca asumir una
parte de responsabilidad sobre
lo que está
pasando.
Encima lo haces
en una buena
y te machacan,
te tildan de
un montón de
cosas, te dan
la razón haciendo
eso, están haciendo
las cosas mal,
muy mal, mienten,
engañan, faltan a
sus responsabilidades y para redondear
mienten aun mas
tratando de difamarte.
Es hasta gracioso,
aunque siga siendo
grave, muy grave
y de una
falta de compromiso
bestial, rayando en la indolencia
mas paupérrima.
Acá se
pueden contar muchas
películas. Se puede
tergiversar la verdad,
cambiarla ligeramente intentando
revertir lo inevitable,
porque cuando mentís
al ofrecer un
servicio y haces
mal las cosas,
tarde o temprano
se descubre el
pastel. Normalmente es
tarde para muchas
cosas, habrá quien
se pregunte como
se llego a
eso, quien se
agarre la cabeza,
los mismos que
ven que haces
cualquier barbaridad y
son incapaces de
hacértelo ver ni
de intentarlo siquiera,
esos son buenos
amigos por descontado.
Un verdadero amigo
jamás te menta
a tu mujer,
ni te dice
que le estas
errando feo, un
buen amigo te
da palmaditas en la espalda
y te ríe
los chistes. Son
muy grises, igual
que tu, el
más gris de
todos. Atesoro flashes
que me fueron
dando la idea
del deterioro, uno
en particular me
llevo a dejar
de aceptar grises
y pegar el
grito, en vano,
siempre suele serlo,
¿Verdad? Uno ayuda
a quien quiere
ser ayudado y
se deja.
Sabiendo lo
que me jugaba,
sabiendo las reacciones,
actué según me
enseñaron, defendí que
las cosas se
hacen bien, como
es debido sin
poner excusas burdas,
traídas de los
pelos. Pinche en
hueso, pero saque
algo bueno de
todo esto, no
solo estaba en
el lugar equivocado,
si no que
además defendía a
la persona incorrecta,
lo hice durante
más de una
década. Alguien sin
honor, ética, moral
y mentirosa. Siempre
fue así, no
es nuevo, durante
unos años no era gris
y medio cumplía
con sus compromisos
y responsabilidades. Ahora
es un verdadero
payaso, el más
gris de todos
y con alevosía,
a propósito.
A mí
no me gusta
ser gris en
nada, alguna vez
me ha tocado
serlo, como todos
tengo cuentas que
pagar, pero esa
no es la
cuestión, la verdadera
cuestión es si
debemos ser grises
con según qué
cosas. ¿Con los
niños o los
jóvenes? ¿Con su
formación o su
bienestar? Creo que
está claro que
nunca y en
ningún caso, bueno,
claro esta para
mi, para otros
es negociable, de
hecho tanto negocian
que son una
mediocridad pudiendo hacerlo
infinitamente mejor que
es más grave
que cuando no
hay más de
donde sacar. Parece
que les asesora
la señora del
quiosco o el
conductor del autobús
o puede que
nadie porque crean
que son lo
máximo, no lo
sé, pero deberían
pararse a considerarlo
y muy detenidamente.
Me han
difamado otras veces,
acá estoy de
pie aguantando lo
que me gane
por decir las
cosas como son,
claritas y lo
bastante disimuladas para
que solo los
involucrados supieran bien a que
me refería, a
quien concretamente. Lo
bueno de todo
esto es que
se sabrá quien
es quien y
quien hace que
cosas. Tiempo al
tiempo, paciencia.
Tengo muy
claro quién soy,
que soy y
se exactamente lo
que se de
Judo, muy poquita
cosa, apenas nada
pero no me
pidan que siendo
Judo sea gris
o un mediocre
y me importa
poco cuantos Danes
tenga el que
lo haga mal,
cinco , seis,
siete o mil,
no me valen
excusas y si
algún 10 Dan cree que
estoy equivocado, que
arregle él, este
desaguisado, a él
le corresponde y
no a mi
hacerlo, pero nada
me impide decirlo
e incluso he
sido suave al
hacerlo, casi gris.
El Judo
está en crisis
por cosas como
esta, gente que no hace
las cosas como
debe y permite
que otra gente
perpetué un barbarismo
que ni es
Judo ni es
nada. Cualquier dia
un Judoka no
sabrá caer, bueno,
ya pasa. Pasan tantas
cosas y no
decimos nada, solo
nos quejamos pero
sigue siendo Judo
y haríamos bien
en recordarlo y
dejar de ser grises, dentro del tatami y
fuera de él.