Hice caso
a la Doctora,
señora y a
los amigos y
busque donde entrenar.
En los dos
sitios que pregunte
me aceptaron a
mi encantados, me
decante por el más barato,
el dinero sigue
siendo un problema
de difícil solución.
Me ha pasado
antes el asunto
peliagudo de tener
que pedir asilo,
no puedo con
mi condición y
termino a los
tumbos o con
puertas cerradas a
mis espaldas, nunca
de frente, siempre
por ser yo y animarme
a exigir lo
que creo que
en buena ley
es de recibo.
Cada vez descubro
que la gente
de Judo que
me conoce aunque
no sea sobre
el tatami, haciendo
otras cosas tan
necesarias como arbitrar
o llevar cronómetros
pero que se ven menos
y las que
han coincidido conmigo
en un tatami
sin dudar; todas
me valoran a
un nivel que
no percibo, no
soy consciente de
ese cariño, nunca
lo he sido
y en cada
ocasión me deja
asombrado. Incluso hay
quien me invito
a pasarme por
su clase cuando
quiera.
Ya saben
lo que me
cuesta hacer caso,
un gran defecto
que nunca conseguí
mejorar, pero esta
vez seré obediente:
entrenar como siempre
ayudar como nunca,
pero pensar en Rafa primero
y en tener
un lugar para
Luna si algún
dia quiere darme
una paliza. Que
las guerras las
libren otros, quienes
deben librarlas, yo a disfrutar,
ya toca.
Estos días
alguna personas del
mundo del Judo
me dieron animo,
me calentaron el
alma, me ofrecieron
asilo y refugio,
me hicieron ver
que les importo,
que saben que
lejos del Judo
sufro y que
no debo dejarlo.
A todos gracias,
a todos y
cada uno, esas
palabras de aliento,
a esa preocupación,
al tirón de
orejas y al
reconocimiento a mi
actuación durante más
de una década.
Gracias de verdad.
Fue crucial
que me hicieran
ver que era
tan parecido a
mi viejo que
terminaría como él,
crucial, definitivo. Sos
clavado, pero muy
clavado, déjate la
barba y fuma
en pipa y
lo tenemos cuarenta
años más joven.
Le mencione que
no sé ni
de cerca lo
que sabe él,
le pareció irrelevante
y nos reímos,
eso era una blasfemia y
seguimos riendo. Gente
de antaño, esos
que me dieron
la mamadera y no debieron
hacerlo, hoy jugaría
al Rugby y
no sería tan
molesto; como consiguió
mi tel. es
un misterio, considere
que era un
detalle nimio. “
Bueno, Negro, no
embromes mas, ponete
a entrenar y
quema grasa e
ideas, mejora las
técnicas que uses
ahora y disfruta,
hacete invisible. Te
mando un abrazo,
Me gustan algunas
cosas que escribís.”
Un hermano
mayor, que mas
de una vuelta
me agarro del
cuello y me
pregunto qué carajo
estaba haciendo. Barbaridades,
eso estaba haciendo
y el poniéndome
coto. Parece que
sigue todo igual,
que no pasaron
décadas. Pero han
pasado más de dos, rayando
las tres y
mejor le empiezo
a hacer caso,
esta viejito y
cualquier dia se
va a preguntarle
a Jigoro algunas
dudas que arrastra
desde hace tiempo.
Yo creo que
cuando me llegue
la hora me voy directo
al infierno con
el Diablo y
no molesto a
Jigoro que bastante
tendrá mirando cómo
se hacen las
cosas acá abajo
en su nombre,
con suerte el
Demonio me deja
hacer Judo, alguno
más en el
infierno tendrá que
saber Judo, no embromen.
Ni se
imaginan las ganas
y los nervios,
parezco nuevo. Debutar
siempre es complicado
y si le
sumamos lo verde
que estoy se
harán un cuadro
aceptable y fiable
de mi, ahora.
A luchar contra
el sobre peso,
el colesterol y
el miedo escénico
me dispongo, con
el arma definitiva:
Judo.