Mara me
llama cuando puede,
para poder, no
tiene que estar
el marido cerca.
Yo no puedo
llamarla tengo que
esperar que ella
contacte. Puede llamar
desde la playa
porque su marido
y la nena
se fueron a
caminar; o desde
el trabajo si
está tranquilo y
se encuentra sola
o desde su
casa si el
marido está trabajando
o fuera por
lo que sea.
Siempre nos saludamos
y ella me
informa del tiempo
disponible, aproximadamente: 10,
15, 30 o 60
minutos; por lo
tanto acto seguido
nos despedimos por si hay
que cortar de
golpe la llamada
en caso de
que, el marido aparezca
antes de tiempo.
Tiene la habilidad
de llamarme siempre
que, estoy un
tanto decaído, y solo
escuchar su vos
me anima, parecería
que, me acaricia
el alma con
esa ternura suya
que, me atrapo
hace tantos años.
Ella es
ternura y sensualidad,
en una mezcla
explosiva que, generaba
una atracción inmediata,
tanto a hombres
como a mujeres.
Capaz de reírse
de sí misma
y de no
tomarse en serio,
no más de
lo estrictamente necesario,
generosa, muy dulce
y extremadamente degenerada,
resultaba una compañía
excelente tanto en
la playa, en
una Disco o
entre las sabanas.
Fuimos furtivos siempre,
jamás nadie supo
que, teníamos una
historia indecente, apenas
cuatro personas sabían
que pasaba y
nos pasaba. ¿Qué
nos pasaba? Nos
amábamos sin histeriquismos, con
una libertad absoluta
y sin reglas.
Igual nos daba
por tostarnos al
sol agarrados de la mano
sin buscar ningún
otro contacto; como
ella me llevaba
a una Disco
con sus amigas
y se bancaba
que todas me
tiraran a dar y
que yo me
aprovechara de la
situación o en
su cumpleaños mandaba
a freír espárragos
a un noviecito
reciente porque había
decidido que esa
noche era yo,
con quien traspiraría
las sabanas, viendo
como yo, me
aguantaba viéndola acariciando
a otro. Nos
íbamos de vacaciones
solos para nuestros
respectivos entornos y
nos encontrábamos en
el mismo camping
y en la
misma carpa. Playa
y sexo no
necesariamente en ese
orden.
Se nos
termino la diversión
mas desenfrenada cuando
decidió que, si
se iba a
casar, resultaba obsceno
seguir teniendo encuentros
sexuales de alto
o bajo voltaje,
me mostré en
desacuerdo claramente, pero
ella impuso se
decisión con el
último beso de
amante que me
dio, el siguiente
ya era de
amiga. Inmediatamente supimos
que, tendríamos problemas,
Julio su en
apenas nada marido,
era celoso pero
conmigo sufría un
fuerte rechazo, como
si se imaginara
que su novia
era mía a
un nivel que
él, no podía
pretender ni soñar.
No fui al
casamiento, no podía
visitarla, no podíamos
arriesgarnos a tomarnos
un café y
que alguien nos
viera, nada, pasamos
a la nada.
Del todo a
la nada. Fueron
unos años en
los que, la
extrañe horrores; de
tenerla en todos
los sentidos a
no saber nada
de ella, cero
absoluto. Alguna vez
me la cruzaba,
una mirada y
poco mas, volvía
a perderla.
Una tarde
atiendo una llamada
y es ella,
tengo diez minutos
para vos Bicho,
dice y casi
no nos da
para nada. En
otra sé que
es mamá, de
una nena. Poco
a poco rellenamos
los huecos, establecemos
las nuevas reglas,
solo llama ella
y yo no debo hacerlo
ni tratar de
contactar de ninguna
manera; Julio, su marido la
escucho hablando con la madre
de mi y
se fue de
casa un mes;
así que mejor
no correr riesgos.
No los asumimos,
espero que, ella
llame y pueden
pasar meses.
Estoy decaído,
peleado con el
mundo y con
mi sombra y Mara llama.
-Tenemos dos
horas Bicho, el
tiempo máximo que
te dedico desde
que, deje de
ser tu amante.
¿Cómo estás?-
-Preguntándome como
mierda es que te deje
escapar, fue la
idiotez mas grande
de mi vida.-
-Vos no
me dejaste escapar,
yo hui de
vos, de tu intensidad, de
tu manera de
hacerme sentir amada,
de cómo jugabas
conmigo una vez
aprendiste a manejarme
como mujer, no me anime
a dar el
paso contigo, era
demasiado lindo; busque
a otro y
te deje libre,
lo que más
apreciabas, si mal no recuerdo.
Yo te amaba
y te amo
loquito, pero como
eras, libre de
ir o venir.-
-Eso es
Amar y no
lo de los
libros. Dejaste que
siguiera libre por
no cambiarme eso
y al hacerlo
me perdiste; permití
que te fueras
con otro y
al hacerlo te
perdí. Hoy no
soy libre ni
te tengo, que
jugada de burro.-
-Bueno Amor,
nos amamos, nos
tenemos, es parecido
al pasado, los
dos casados, con
hijos y si
pudiéramos nos escaparíamos
a un hotel
a revolver sabanas,
no podemos y
no podremos hacerlo,
pero ya lo
hicimos muchas veces:
¿Qué es lo
que más extrañas?-
-Tomarme algo
contigo, verte reír,
ver cómo te
miran los tipos,
abrazarte y si
pudiera ser sabanas,
pues sabanas.-
-Yo sería
sabanas y sabanas.-
-Degenerada, de
pendejita ya eras
una degenerada de
cuidado.-
-Y vos por mirarme
siendo pendejita y
meterme mano sin
saber yo todavía
muy bien que
era eso.-
-Pero que
mentirosa, si desde
la primera vez
estuviste enseñándome, sabias
más que yo,
bastante más.-
-Era chiquita,
abusador.-
Reímos juntos,
separados por una
inmensidad, juntos por
un pasado compartido.
Escucharla decir que si
me agarraba me
mataba casi me
hace comerme el
teléfono, me estaba
riendo y antes
de escucharla quería
morirme, otra vez
llamaba justo a
tiempo, en el
momento justo. Pero
cuando me dice
que hablo con
Paula, su amiga
y que esta
le reconoció que
era lesbiana me
quería morir gritándole
por teléfono que yo le
había dicho de
hacer un trió
con Paula hacia
años e insistí
mucho pero ella
no agarro viaje,
que manera de
reírnos. Pasamos el resto
de los minutos
hablando un poco
de todo hasta
que hubo que
cortar.
-Te llamo
cuando pueda Bicho,
perdóname que no
sea más seguido,
me siento mal
pero es difícil
hacerlo con seguridad.
-No seas
boba, vos llamas
si podes, yo
mientras sufro y
aguanto tu indiferencia.-
-Que malo
que sos, no
me digas eso,
malo.-
-Llámame cuando
puedas, nada que
perdonar, si acaso
perdóname vos por
no haberte convencido
de casarnos.-
-Te amo: Bicho.-
-Y yo
te amo a vos:
Mara.-
Mire a
mi sombra y
sonreí embobado, nuevamente
Mara me cambiaba
la pisada, evoque
la primera vez
que, la desnude,
total y absolutamente
engañado y enredado
por esa demonia,
el principio del
fin, ahí me
convertí en su
esclavo, quise ser
su esclavo eternamente.
¡Qué mujer! Y
la deje escapar.
Es increíble que
todavía mantengamos
contacto, que ella
lo mantenga, pienso
y caigo en
la cuenta de que, igual
ella quiere ser
mi esclava…….eternamente. Ahora
sonrió abiertamente, igual
los dos tenemos
exactamente lo que
queríamos, pertenecernos.