Sara fue
compañera de clase
un año, aunque
durante cuatro años
fuimos en el
mismo horario a
estudiar y en
todo ese tiempo,
habremos hablado, seis
veces, no llegamos
a diez. Por
las razones que
fueran, las desconozco
completamente, no congeniamos
ni tuvimos prácticamente
nada de contacto.
Deje de verla
cuando cambie de
Liceo. Una década
más tarde me
la encuentro trabajando
de promotora, vestidita
de azul, el
pelo por la
cintura, dos piernas
largas y unos
muslos de los
que, dan vértigo,
la pollerita protocolaria
no los tapaba.
Hablamos medio minuto,
estaba trabajando y
no daba, pero
el supermercado estaba
a media cuadra
y era Yerba
o biscochos o harina o
verla medio minuto,
esto último era
la razón de que, cruzara
tanto al supermercado.
Ahora bien: mirarla
era fácil, encararla……no
había valor. Lo
resolvió ella diciéndome
que, la esperara
a la salida
y nos tomábamos
algo tranquilos. Verla
vestidita de calle
con unos vaqueros
que, le quedaban
de infarto, fue
muy agradable. Saber
que tenia novio
no me sorprendió
lo más mínimo
pero que, me
dijera que siempre
había querido encontrarme,
que, todos estos
años había sentido
que, me volvería
a ver, casi
me hace desmayar,
básicamente porque me
lo dijo de
frente mirándome por
encima de su
vaso antes de
acotar que, el
hecho de tener
novio no le
significaba ningún problema
que, incluso ahora
tenía una razón
para romper con
él, en la
semana lo solucionaría.
Me escucho atentamente
contarle que, estaba
soltero pero que,
tenia algunos asuntitos
de dos patitas,
le quito importancia,
las dejaría nada
mas, ella, pasara
a ocuparse de
mí. Y empezaría
en seguida, esa
misma noche, si
tenía a bien,
llevarla a mi
casa y hacerle
un huequito en
mi cama. Me
pelee con sus
vaqueros y casi
la hago morirse
de la risa,
que manera de
pegarse a la
piel, traspire sacándoselos,
una barbaridad. Seguí
traspirando un buen
rato, exprimido por
Sarita que, estaba
en modo exigente
e insaciable. Antes
de que se
diera por satisfecha que,
no vencida, yo había decidido
que, me dedicaría
en exclusiva a ella, dándole
la razón con
premura, ¿Dónde había
estado todos estos
años? No pude
marcarle los muslos,
me prometió que,
me dejaría nada
mas rompiera con
el novio. Tres
noches mas tarde,
finalmente pude morderla
casi en la
ingle, dejándole un
moratón precioso.
El ex
novio la rondaba
desesperado, incluso le
ofreció casarse cosa
que, de haber
planteado dos semanas
antes le habría
significado casarse con
ella. No se
daba por vencido
pero Sara había
perdido todo interés
por él. Fue
muy honesta conmigo,
contándome que, su
ex, tenía mucho
dinero pero nunca
le había querido;
contándome que, yo,
era una locura
que, había anhelado
mucho tiempo, lo
nuestro era a
término, ella quería
casarse con alguien
rico, estaba harta
de pasar necesidad,
trabajar como una
burra y no
llegar a fin
de mes, pasar
siempre necesidades y
envejecer siendo pobre
criando hijos sin
futuro. Estábamos sentados
en mi cama,
llovía y el
ruido del agua
acallaba cualquier otro
ruido cuando me
lo dijo y
la entendí perfectamente, sabía
exactamente de que, hablaba y
eso solo me
hizo quererla más,
esa honestidad pagaba,
cualquier dolor futuro,
porque Sara se
hacía querer no
solo en la
cama, también yendo
al cine, comiendo
un choripan o
gritando como una
loca en el
Estadio, sacada mismo,
como descubrí en
las siguientes semanas.
Una amiga
suya y el
novio alquilan una
casa en Punta
del Este e
invitan a toda
la barra a
dejarse caer, Sara
me dice de
ir el fin
de semana aunque
ella tiene una
semana libre, podría
quedarse y yo
venirme, insisto en que, se
quede y disfrute
de sus amigos,
no está convencida
del todo. Vamos
en el ómnibus
y caminamos un
poco hasta la
casa, no conocer
absolutamente nada la zona, no
ayuda a encontrar
nuestro destino aunque
contra toda probabilidad,
llegamos. Trajes de
baño y a
la playa, por
la tarde piscina,
para cuando plantean
salir a dar
una vuelta, yo
estoy más muerto
que, vivo, pero voy. Bailamos
en una Disco
que no está
muy llena de
gente, no será
de las más
conocidas y terminamos
sentados en una
terraza de una
mezcla de bar
con pizzería y
heladería. Sara consiguió
silla y cuatro lugares
más allá, yo
me senté. Teníamos
a un grupito
de seis chicos
y una chica
justo a nuestro
lado que, empezaron
a meterse con
Sara, le decían
que se fuera
con ellos. Sara
me miro pidiéndome
calma, no pasa
nada, déjalos, no
me molesta. Yo
estaba muy calmado,
de verdad, tanto
que pensaba esperar
el momento justo
en el que,
considerara que, la
insultaban o se
acercaran demasiado, sin
ella consentirlo, mucha
calma. Tras un
buen rato jorobándola,
uno destacaba, era
el que, mas
insistía, evidentemente muy
interesado en Sara.
Sus ropas, sus
relojes, la manera
de hablar y
la prepotencia, denotaban
riqueza; parecían asombrados
de que, Sara
no corriera a
su mesa y se sentara
en las rodillas
de todos, por
turno.
Cuando la
rubia que estaba
con ellos le
dijo a Sara
que no se
hiciera la inocente
y se sentara
con su hermano
y los amigos
tuve un rapto
de furia que,
apague con hielo
al entender la
mirada de Sara
que, me decía
que, ese era
un excelente candidato
a marido, juga
bien las cartas,
juga duro, ayúdame
a ganar. Puestas
así las cosas
les di jaque
mate:”Si la rubia
se sienta conmigo
y se va
conmigo, mi amiga
se sienta con
quien, ella quiera
y se va,
si quiere, con
quien la convenza.
Y cuidado, no
es mi hermana
pero como si
lo fuera.” Pelota,
set, partido.
La rubia
se vino a
mi lado y
Sara cambio de
mesa, nuestros ojos
se buscaron, gracias
lindo, de nada
Campeona. Al rato
se iba con el insistente,
en busca de una realidad
diferente, poniéndolo todo
arriba de la
mesa, le desee
éxito mentalmente, nosotros
nacimos sin suerte,
éramos pobres de
suerte, también. La
rubia se llamaba
Virginia y tuvo
que pedir un
coche a su
gente, yo estaba
a pie, para
irnos, le dije
que, a Punta
Ballena. La deje
en el coche
y me senté
a mirar las
estrellas, en unas
horas debería volver
a casa, solo,
Sara se quedaría
una semana y
conseguiría en ese
tiempo, tener bien
agarrado al hermano
de Virginia, que
indignada se negaba
a bajarse, le
saque las llaves
del contacto como
medida de precaución,
era capaz de
dejarme tirado en
Punta Ballena, muy
capaz. No entendía
su enojo; ni
porque pensaba que,
Sara podía sentarse
en las rodillas
de su hermano
sin conocerlo de
nada y terminar la
noche con él,
entre sus piernas
y ella no
podía hacerlo conmigo,
yo encantado de
que me dejara
invadirla, casi le
da un ataque
de pánico, saque
las llaves y me baje.
Termine desnudándome y
jugando con el Océano Atlántico
empecinado en abrazarme
y llevarme hacia
las profundidades abisales,
ya aprendería a
respirar abajo del
agua, que no
me preocupara decía
con vos femenina,
muy sensual; igual
no era el
Océano Atlántico y
era alguna Deidad
maligna o el
mismísimo Satán quien
me tentaba, hui
como el cobarde
que, soy y
contemple temblando de
frio como el
sol se insinuaba
en el horizonte.
Virginia dormía
en el coche,
trancadas las puertas.
Era linda y
también valiente, se
había venido sola
conmigo o estaba
loca de remate,
su hermano y
amigos la dejaron
así que, eso
quería decir que,
sabia cuidarse sola. Abrí el
coche y la
desperté, le propuse
pasar a buscar
sus cosas e
irnos a la
playa a pasar
el día donde
ella eligiera, eligió
dormir primero unas
horas, comer después
y piscina de
remate. Cumplimos el
programa, increíblemente no
me acuchillo y
al despertarme, había
cocinado unos ravioles
que, resultaron estar
buenísimos. Dormí un
poco mas tirado
junto a la
piscina, antes de
pedirle que, me
llevara a la
casa donde tenía
mis cosas, tenía
que irme.
-¿Y tú
amiga?-
-Sara sabe
cuidarse muy bien, le queda
una semana de
vacaciones, seguramente la
pasara con tu
hermano.-
-¿Espera cazarlo?-
-Ya lo
caso, la tendrás
de cuñada y
te hará tía,
pero sin apuro
ninguno. Tu hermano
será feliz a
su lado, muy
feliz, le sobran
condiciones para hacerlo,
como mujer, como
hembra, como persona,
siendo Sara.-
-Eso habrá
que verlo, Mauro
no es retrasado,
se dará cuenta
de que, es
una caza fortunas.-
-No, ella
se lo dirá,
y le pedirá
un mes y después otro
y otro y
a los seis
meses cuando le
diga que, se
va, será Mauro
quien se arrodille
a pedirle que,
siga con él.-
-¿Tanto la
conoces, como para
saberlo sin asomo
de duda?-
-Si.-
-Te llevo
a buscar tus
cosas y te
acerco a la
parada.-
-Gracias.-
-De nada,
es lo menos
que puedo hacer
si es verdad
que, me has
entregado a tu
novia como cuñada,
cosa que me
parece muy fuerte
de verdad, porque
ustedes no son,
solo amigos, ja
ja ja, que
va, ustedes son
pareja y se
entienden con solo
mirarse.-
Sara fue
a casa a
buscar sus cosas,
yo las había
puesto en cajas
y apilado esperando
que, apareciera. Sentaditos
nos miramos en
silencio y lloramos
mirándonos, no por
nosotros, por el
condenado pasado que,
tan marcados nos
había dejado. En
principio Sara no
pensaba quedarse pero
al final cambio
de idea y
me lo dijo,
sería nuestra última
noche de sexo,
por lo que,
a ella correspondía,
no pensaba dejar
de amarme.
En cuanto metió
las cajas en un taxi
saque las sabanas
y las puse
a lavar, ventile
toda la casa
con la sana
idea de que,
dejara de oler
a ella, fue
inútil, persistió su perfume,
sutilmente camuflado. Volví
a estar solo
y sentirme muy
solo, huérfano de
mujer, de compañera,
extraña huerfandad; volví
a pensar en
mi ex, concluí
que, estaba enfermo,
amaba a demasiadas
mujeres, eso no
podía ser, sano
ni bueno. Tampoco
hacía nada por
conseguir recambio, ni
recurría a mis
amigas con todos
los derechos, no
quería usarlas para
curarme, quería salir
a flote solo
o con una
mujer virgen de mi.
Pasan varios
meses, estoy mateando
solo conmigo mismo
en una rutina
nueva, extraña, donde
evocar el pasado
y el dolor
que conlleva resulta
una extraña terapia
contraproducente, estoy cerca
del límite de
abajo, cansado de
vivir, sospeso la opción del
suicidio. En esas
suena el timbre,
abro la puerta
y es Virginia
que se retuerce
las manos nerviosa;
la hago pasar
y como pone
carita de asco
cuando le ofrezco
matear y solo
tengo te, pues
te con limón
sin preguntar, que,
se embrome, por
no matear. Mientras
se lo preparo,
ella observa mi
morada con mucho
interés, yo le
miro la cola
que, es de
primera, manosea unos
libros, encuentra uno
que, la hace
mirarme y mostrármelo sorprendida,
chusmea en mi
habitación pero no
entra, ya sería
el colmo y
lo sabe, necesita
que, yo la
meta o mi
permiso, de momento
carece de lo
ultimo y no
parece que, pase
lo primero. Se
queda parada dándome
la colita mirando
un cuadro de un vaquero
vestido zaparrastrosamente, el
jean todo agujereado
dejando ver el
calzoncillo largo; lleva
bigote, una sonrisa
de sin vergüenza
barbará y solo
tiene limpio el
revólver. Se apoya
en un soporte
de un porche
de una cabaña
que, se cae a pedazos.
-Tiene tu
misma sonrisa, la
tenias cuando le
metiste el gaucho
a Mauro aquella
noche, de suficiencia,
de seguridad, de
estoy de vuelta
de todo.- Hablo
dándome la espalda,
mirando el cuadro
mientras yo revolvía
su te y
le miraba lo
bien que, su
pantalón le moldeaba
las nalgas.
-Así que
Virginia no es
nada boba, me
dio la impresión
de que eras
despierta pero no
tanto, el cerebro
de la familia,
porque Mauro no
será retrasado pero
no vio la
jugada para nada.-
-No, sigue
sin verla y
por eso estoy
acá, quiero que,
me digas quien
es Sara.-
-Habla con
tu cuñada, no
creo que deba
ser yo quien
te cuente quien
es.-
-No conectamos,
chocamos, soy incapaz
de tender puentes
con ella.-
-¿Pero alejo
a Mauro de
los amigos, lo
hace estudiar menos,
lo absorbe y
aleja de la
familia, lo separa
de vos?-
-No, no
y ese es
el maldito problema,
es perfecta. Sigue
trabajando, contra la
idea de Mauro
que, quiere mantenerla;
es encantadora, sabe
vestirse y manejarse
en cualquier fiesta,
a Mauro lo
tiene loco y
sé que, es la primera
vez que, una
mujer le gana
a mi hermano
en la cama.
Es la cuñada
soñada si no
fuera porque viene
a conseguir nuestro
apellido y parte
de la fortuna.-
-Si tu
hermano es feliz
y ella sabe
comportarse, ¿no es
preferible a una
que tenga apellido
o fortuna o
ambas cosas pero
no le haga
feliz? Sara aceptaría
un acuerdo pre
matrimonial con las
condiciones que, vos, o tu
familia, imponga. Si
algún día rompen
correrás a ofrecerle
dinero y te
escupirá la cara.-
-Quiero saber
quién es Sara.-
-Muy bien,
dame su teléfono.-
-No lo
tengo.-
-Conseguilo, llama
a tu hermano.-
Sara se
sorprendió de mi
llamada, y del
motivo, le pedí
que, viniera el
sábado, después de trabajar, sola.
Virginia también debía
venir, sabría quien
era su cuñada.
Sara llego temprano,
vino directa, ni
fue a su
casa al salir
del trabajo, estaba
hambrienta así que,
le cocine unas
hamburguesas que, acompañadas
de ensalada, devoro
con ganas. Me
quedaba algo de
helado que, se
entretuvo en finiquitar
mientras me preguntaba
cómo me iban
las cosas, si
tenía novia o
alguna mujer que,
me ayudara a
divertirme. Ella se
veía bien, estaba
linda. Me iba,
ni novia ni
mujeres ni diversión,
etapa complicada. Virginia
toco timbre dos
horas más tarde,
entro y se
saludaron fríamente, protocolariamente.
-Están unidas
por Mauro, hermano
y novio, son
cuñadas y parecen
dos desconocidas peleando
por el mismo
tipo, dos perras.
Yo estoy acá
sentadito con las
dos, por vos
Sara, si no
arreglas esto tarde
o temprano estallara
y afectara como
sea tu relación
con Mauro. Vos
Virginia viniste preguntando
quien es Sara,
queres saber, perfecto,
vas a saber.
Sara te va
a contar quien
es Sara, yo
me voy a
dar una vuelta
y cuando terminen
de tirarse del
pelo me llaman
y vuelvo. Las
dos tienen intereses
en común: ver feliz
a Mauro. Distintas
motivaciones, pero un
mismo objetivo.-
-No, quédate,
cualquier cosa que,
se diga acá,
podes escucharla, vos más que
nadie, quédate.- Sara abriría la
caja de los
truenos conmigo presente,
ahora sí que,
me hundiría en
su vida, seguro
que no sería
un viaje divertido.
-Tengo 25
años, soy hija
única y me
crie en un barrio bastante
complicado. Mi padre
murió cuando yo
tenía 8 años,
mi madre tuvo
algunos novios y
se volvió a
casar cuando yo
tenía 12 años.
Mi padrastro me
empezó a violar
con 13 años
y hasta que,
desapareció, cuando tenía
15 años, lo
hizo sistemáticamente dos y tres
veces por semana,
el muy bastardo
usaba condón y
así no me
dejo embarazada nunca.
Con catorce años
él, me prestaba
a sus amigos
que, le pagaban
por usarme. Algunos
de ellos me
siguieron buscando y
pagaron lo que
les pedí por
acostarme con ellos.
En el barrio
había un par
de tipos que,
violaban a las
jovencitas; no había
como evitarlo y
menos sin padre,
tocaba aguantarse, esos
no usaban condón,
me dejaron embarazada
e infectada de
alguna porquería, siendo
menor la Asistenta
Social me consiguió
ayuda y aborte,
también me curaron
lo que, sea
que tuviera. Mi
padrastro desapareció sin
avisar y los
dos violadores también,
justo el año
que, fuimos compañeros
de Liceo.- Se
queda callada y
me mira, su
cerebro hace: clic,
clic, clic; rebobina
a toda velocidad
y pasa aquella
época a velocidad
extrema, se detiene
en el momento
exacto en que,
su padrastro deja
de estar y
los dos tipos
aficionados a las nenas también,
se esfuman. Tiene
un nudo en
la garganta, las
lagrimas libran una
guerra en sus
parpados para salir
y mojarle las
mejillas rumbo al
pecho. Apenas puede
susurrar cuando pregunta.-¿Tuviste algo
que ver en esas desapariciones?-
-Si.-
-¿Cómo supiste
que pasaba en mi vida?-
-Pregunte, averigüe,
descubrí y actué.-
-¿Cómo mierda
supiste que, me
pasaba? Y déjate
de joder, decime
como un guacho
de mierda supo, quiero
saberlo, quiero saber
cómo es posible
y quiero que,
me expliques porque,
porque fuiste tan
altruista conmigo, porque
no pediste nada
a cambio, pudiendo
pedirme lo que
fuera.- Las lagrimas
ganan la guerra
y se escurren
mojándole el pecho
por mas pañuelos
que, le pasa
Virginia que, tiene
ojos como platos,
ni parpadea.
-Algo te
perturbaba, eras demasiado
madura, una veterana
de guerra, quince
años que, valían
por mil. Te
vestías escondiendo tu
cuerpo, lo tapabas
pero no era
un complejo, era
como si sintieras
que, haciéndolo te
protegías. Algunos días
llegabas con los
ojos hinchados de
tanto llorar y
el maquillaje no
siempre escondía perfectamente
los morados. Otros
no podías sentarte
bien, estabas dolorida.
Dos más dos
es cuatro, te
cogían de pesado.
Fue muy fácil
arreglar que tus
torturadores se esfumaran
y que, nadie más, te
molestara en la
calle, en ninguna
calle de la
ciudad. Te marque
como mía y
exigí inmunidad. Cobrarte
de alguna manera
habría estropeado el
asunto, esas lagrimas
pagan sobradamente, deuda
saldada, cualquier deuda
tuya que, creas
tener conmigo se
lavan con esas
lagrimas. En cuanto
a porque……..jajajajajajjajajja ¿Por qué
no hacerlo, pudiendo,
porque no hacerlo
y regalarte tranquilidad
e inmunidad?-
-Solo existe
una razón para
que te ayudaran
a hacerlo y
me respetaran………….ser temido,
tenias quince años,
es imposible que
, esa gente
te respetara o
temiera, del todo
imposible.-
-Nada es
imposible cuando sos
joven, estas solo
y el mundo
es un lugar
hostil, nada, ni
siquiera ser respetado
o temido; les
pedí por favor
que, me ayudaran
y que, te
protegieran, fácil.-
Sara trata
de calmarse, acaba
de sentir tanto
amor que, casi
no podía respirar,
mira detenidamente a
ese hombre que
siendo casi un
niño, negocio por
ella y para
ella el fin
de los atropellos,
las violaciones, los
golpes, tranquilidad en
las calles del
barrio, cualquier barrio
ha dicho. Que
la marco como
suya, ninguno mas
podía optar a
explotarla sin entrar
en guerra con
él. Y lo
volvió a encontrar
y no dijo nada
de nada, se
limito a disfrutar
con ella el
tiempo que fuera
que tuvieran, dejándola
en la ignorancia
sobre lo acaecido
hacia tantos años.
Ve a un
hombre que, parece
común, no tiene
nada que, le destaque, nada,
solo ese magnetismo
animal y una
enorme cantidad de
secretos, como acaba
de descubrir. –Gracias, me
hiciste feliz de
una manera que,
no te imaginas
o si, contigo
ya nada es
seguro; si con
quince años eras
capaz de hacer
aquello, se me
escapa por completo
que, no podrás
hacer. Sigo. Entonces
con quince años tenía unos
clientes que me
pagaban muy bien
por usarme, era
una puta a
todos los efectos.
La belleza se
termina, seguí estudiando
con la intención
de prepararme lo
mejor posible para
cuando eso pasara.
Fui creciendo y
mi cuerpo enloquecía
a los hombres,
eso combinado con
mi juventud, era
fácil jugar con
ellos. Invertí casi
todo lo que,
gane asesorada por
un banquero que,
me requería cada
viernes, debo tener
cerca de 30000
dólares. Muchos quisieron
casarse conmigo pero
eran muy mayores
o los casados
querían ponerme en
un apartamento y
usarme en exclusividad,
no me interesaba.
Uno tenía un
hijo con quien
me puse de
novia, no prospero
por razones obvias
pero me mostro
el camino, deje
de trabajar de
puta, me busque
trabajos normales y
empecé a buscar
novios que, tuvieran
dinero. Todos eran
unos enfermos, solo
tenían dinero, nada
más. Cuando te
vi en el
súper mercado me
emocione, cada día
esperaba que, aparecieras pero
era evidente que,
no me invitarías
a hacer nada
así que, tome
la iniciativa. La
noche que les
conocimos a Mauro
y a vos,
vi algo en sus ojos;
furia primero y
calma cuando me
leyó la mirada,
comprensión, aceptación, apoyo
y la manera
como les hizo
la cama, fue
genial, los mato,
los destrozo sin
pestañear ni moverse,
me consiguió la
victoria antes de
empezar el juego.
Solo tuve que, encandilar
a Mauro, el
resto del trabajo
lo hiciste vos.-
-¿Tenes ahorrado
ese dinero? Y te fue
muy fácil encandilar
a Mauro pero
ahora él, está
enamorado perdidamente, ¿vos
que sentís por
mi hermano?-
-Me gusta,
terminare amándole, será
fácil, es un
tierno. Sí, tengo
algo ahorrado, nada
para tu economía,
muchísimo para mí
y ganado sudando.-
-¿Vos sabias
algo de esto?-
-Imaginaba que,
no había sido
fácil para Sara
salir adelante y
ser una buena
mina pero lo
consiguió, no tenia
los detalles ni
maldita la falta
que, me hacia
tenerlos. Para mi
es más honesta
que, muchas que
van de santas
y esconden sus
miserias.-
-Me tengo
que, ir Virginia,
ya sabes la clase
de puta que,
soy, chau lindo,
nos vemos y……cuídate,
búscate una mujer buena
y déjate de
embromar.-
Se fue
dejando su perfume
detrás, eso o
lo tenía en mi nariz.
Virginia miraba la
puerta pensando que,
como Sara le
contara a Mauro
lo hablado en
esa mesa, tendría
problemas serios, por
primera vez deseo
que, Sara fuera
una buena cuñada
y se lo
callara, evidentemente empezaban
a interactuar como
cuñadas, esa mujer
merecía respeto y
si mantenía la
actitud y seguía
siendo una buena
novia para su
hermano, bueno……tendría que
aprender a aceptarla
y quererla. Se
pregunto, qué, hacía
en esa casa,
mirando a un
hombre que, Sara
amaba sin asomo
de duda. Esos
dos eran más
honestos entre sí
y con el
mundo que, la
mayoría de la
gente. Más honestos
que, ella, que
había deseado muchas
cosas y se
había reprimido por
inadecuado, incorrecto o
demasiado autentico, como cierta
noche en Punta
Ballena que, deseo
bajarse del coche
y perderse en
la oscuridad con
él y no
se atrevió. Llevaba
un tiempo con
un novio adecuado
socialmente, muy inadecuado
para hacerla feliz,
en ningún sentido,
necesitaba o mejor:
quería un hombre
capaz de hacerla
vibrar y parecía
que, ese que
tenia sentado justo
en frente, podría
encargarse de eso,
por lo menos
lo miraba y
se excitaba, ya
era un adelanto,
pensó y sintió
como se sonrojaba.
Ella había creído
que, en ocasiones
era salvaje, ahora
sabia que, nunca
había vivido nada,
ni remotamente salvaje,
él, era un
salvaje, ¿sería capaz
ella de sobrevivir
a una historia
con él? ¿Era
lo bastante honesta
como para planteárselo?
No sería su
novia, seria en
todo caso y
última instancia, una
amante, ella quería
un novio adecuado,
socialmente bien posicionado
y con prestigio,
no se diferenciaba
mucho de Sara,
sabía lo que,
quería y trabajaba
para conseguirlo.
-¿Puedo quedarme
esta noche?-
-Claro, yo
arreglo el sofá,
parece cómodo.-
-No hace
falta, compartimos la
cama.-
-Uy, no
sé si te
respetare, mucha tentación.-
-No quiero
que me respetes,
quiero que me
faltes el respeto.-
-Perfecto, será un
verdadero placer hacerlo.-
Sara nota que
Virginia esta distinta,
cambiada, sonríe y
ríe, parece feliz.
Si todo sigue
igual, ¿Qué genera
ese cambio? Solo
una cosa puede
explicar lo que
pasa: tiene un
amante, uno bueno
de verdad. Se
alegra por la
cuñada, ese novio
suyo es una
momia, ¡que insulso!,
podría cambiarlo por
uno que estuviera
vivo aunque la
opción del amante
no está nada
mal. Definitivamente tiene
a otro hombre
en su vida,
no es de
alquiler, la llena
demasiado, ni la
complica, al contrario,
mira mi cuñadita,
si es mas
despierta de lo
que, parece.
Virginia observa a
Sara con otros ojos;
por muchas cosas,
pero sobre todo
por él. Espera
que se aleje
de Mauro y
va en su
busca, la encuentra
en la cocina,
trasteando con unas
fuentes llenas de
comida, la agarra
de la mano
y la arrastra
hasta el jardín
de invierno, cierra
con llave la
puerta y le
pide que, se
siente. Sara la
mira expectante pero
espera paciente.
-A partir de
hoy me portare
contigo diferente, se
termino cuestionarte y
rechazarte. Mauro está
loco de remate
por vos, por
primera vez en
su vida se
muestra centrado, le
diste equilibrio. Te
veo tratarle y
debo asumir que
o fingís tan
bien como una
puta o de verdad sentís
algo por él, en cualquier
caso no es mi problema,
es de él
y tuyo. Se
acabo hacerte la
guerra, seré tu
aliada siempre que,
mi hermano sea
feliz. Perdóname estos
meses, he sido
muy imbécil. No
sé si seremos
amigas, démonos tiempo,
lo que si
seremos, es, buenas
cuñadas.-
-Estas con él,
se hicieron amantes….cuñadita, cuñadita,
¡que bandida! Que
adecuado, que inadecuado,
me alegro por
él bueno y
un poquito por
vos; le deje
solito, aunque ese
degenerado nunca esta
solo, si no quiere; cada
tanto quiere. Se
te nota tanto
que debí imaginármelo
antes, esa noche
me fui y
les deje solos,
ahí decidiste que,
querías probar que,
se sentía tenerlo
desnudo y ya
no has podido
dejarlo, tampoco tenes
ganas.-
-Ninguna gana, ninguna,
y que vos
lo hicieras me
marco el grado
de compromiso que,
tenes con Mauro
desde el principio.-
-Bueno, me metí
en su cama
una vez más,
cuando fui a
buscar mis cosas.-
-Anecdótico completamente.-
-Gracias.-
-Nunca habla de
vos si yo
no te menciono,
te quiere, te
ama con un desprendimiento que,
asusta, con quince
años se fijo
en vos, le
gustaste desde el
primer día pero
nunca hizo nada
para que, lo
supieras, y te
ayudo sin que, se
lo pidieras ni
te enteraras; años
más tarde fueron
novios unos meses,
era feliz y
te dejo volar
en busca de
tus sueños. Esa
manera de amar
o querer es
extraña, es hermosa.
Creo que ama a todas
las mujeres, algunas
mas otras menos,
a todas; cuando
me acaricia está
concentrado en desarmarme,
como si fuera
su mujer, su
novia y no
un asuntito. Me
siento súper cómoda
a su lado.
Tenes un hombre
increíble y especial
en tu vida.-
-Tenemos cuñada, tenemos,
ahora estas contaminada
y nunca le
podrás olvidar ni
querrás hacerlo. Estamos
unidas por dos
hombres, tu hermano
que, es mi
novio y mi amor que , es
tu amante. Un
hombre y dos
mujeres aunque deberías saber que,
somos muchas más
que, dos.
Salen abrazadas del
jardín de invierno,
llegan a la
cocina y se
encuentran a Mauro
a quien abrazan
las dos, este
no entiende nada,
las dos lloran
y venían abrazadas,
seria genial que,
se hicieran amigas,
que encontraran un
punto en común
aparte de él,
para cimentar una
buena relación entre
ellas, no tiene
como saber que,
ya lo han
encontrado, que otro
hombre las ha
unido, hermanado. Mauro
las acaricia, trata
de calmarlas, ¡mujeres!
A saber porque
bobada lloran, igual
están las dos
menstruando, días difíciles
para cualquier mujer.
Las dos mujeres
lloran por todo
lo que, no
puede ser ni
será; por un
hombre que les
ha enseñado que,
amar no es
atar, lloran la
perdida, de ese
hombre, una y
de la inocencia,
la otra. La
vida no es
un juego que
puedas ganar, de
echo perderás, solo
hay treguas, momentos
donde sentís que,
vale la pena
tanto sufrimiento por,
unas horas de
caricias o compañía
agradable o que
un compañerito de
clase, de quince
años, te haga
un regalo tan
especial, tan necesario
que, saber que,
te lo hizo
te haga amarlo
para siempre. Llorar
por descubrir que
todo el dinero
del mundo no
compra una caricia
autentica, por saber que,
lo adecuado suele
ser insulso. Las
dos mujeres lloran
diferentes perdidas, las
dos agarradas fuerte
a Mauro que,
se ve inútil
para calmarlas. Le
sueltan, y le
dicen que despeje
la cocina, zona
de mujeres, Mauro
se va aliviado;
ellas arreglan algunas
bandejas para llevar
al jardín, se
miran y se
ven serias, afectadas.
Van y vienen
llevando y trayendo
cosas, colaborando activamente
por primera vez
desde que, Sara
sale con Mauro.
Virginia ve como
Sara apacigua a
un amigo de
Marcos, le ve
manipularlo, ve como
habla con la
chica que, le
acompaña, como consigue
que, se vuelvan
a sentar juntos
en la piscina;
la observa interactuar
con los invitados,
llevar una copa
a alguien o
hablar con cualquiera
que, la requiera.
Cuando la engancha
el más pesado
de todos y
la tiene un
buen rato dándole
la tabarra y
se lo saca
de encima con
estilo y al
girarse la ve
mirándola y pone
los ojos bizcos
y saca la
lengua, en una
morisqueta que, le
da risa, mientras
camina hacia ella
esforzándose por mantener
la morisqueta y
el equilibrio; las
dos consiguen llegar
a la cocina
justo a tiempo,
de romper a
reír, lloran de
tanta risa, Mauro
las encuentra y
decreta que, están locas
de remate, las
deja practicando distintas
morisquetas, muertas de
la risa. Llorando.