Sentado en
el jardín de
mi casa me
dejo ganar por
la desazón más
absoluta, es uno
de esos días
negros, prescindibles, olvidables.
-Hola. ¿Qué haces ahí?-
-Hola Martin,
contemplo el paisaje.
¿Esa moto?-
-La compre
hace tres días,
funciona bárbaro.-
-Tene cuidado
que, esa es
grande, no te
hagas el loco
que, te mataras.-
-Tendré cuidado.
Loco, no encuentro
a ningún guacho,
¿sabes algo?-
-Si, están todos
en la Fortaleza,
quince días mínimo.-
-¿Por qué no
fuiste con ellos?-
-Nadie me
aviso que, se
iban ayer. Joaquín
no me pago
la guita que,
me debía y
sin eso era
imposible también, doblemente
imposible.-
-¿Joaquín fue?-
-Si.-
-Paaaaa. Flojito,
muy flojito.-
-No pasa
nada. La culpa
es mía y
listo.-
-¿Qué vas
a hacer?-
-Mirar a
las guachas pasar
por la calle,
leer, puede que,
ir a la
laguna y si
recupero al caballo,
salir a galopar
a la playa.-
-¿Te lo
afanaron?-
-Algún reverendo
hijo de puta,
mañana salgo a
buscarlo con tranquilidad.
La cagada es
que, pensaba irme a caballo
a pescar, a
la Punta y
ahora, a gamba,
no voy. Hoy
no sale nada
bien.-
-Mañana laburo
de tarde, podemos
ir en la
moto, hace una
bocha que, no
voy a la Punta. Dejamos
la moto pegada
a los médanos
y listo.-
-Ta, cena
y pasa a
buscarme.-
-Nos vemos
en un rato.-
-Dale.-
Preparo todas
las cosas, meto
almejas en un
balde y tras cenar aparece
Martin y nos
vamos a la
Punta. Dejamos la
moto contra la
arena de los médanos y
bajamos a la
playa a tentar
a los habitantes
del agua. Pescar,
pescar.
-Solo pican
los mosquitos, loco.-
-Si, es
lo único que,
pica. Deben estar
en huelga de
anzuelos levantados o
bocas cerradas o
lo que, sea.-
-¿Qué vas
a hacer?-
-¿Respecto a qué?-
-Los gurises.-
-¿Por qué te
preocupa?-
-Nos conocemos
y tenes esa
cara de loco
tan tuya, los
vas a mandar
a cagar a
todos, seguro.-
-Si Martin,
estoy hasta los
huevos de ellos
y su egoísmo patológico.
Voy a ocuparme
de mí, ellos sabrán que,
hacen. Es la última vez
que, me dejan
tirado.-
-Lo sabía,
esa trucha lo
dice todo.-
-Vamos a
pegar la vuelta,
no hay ni
un pescado por
estos lares.-
-Voy prendiendo
la moto.-
-Dale.-
Mientras termino
de juntar las
cosas, un resplandor
de fuego ilumina
la noche a
lo lejos, donde
se supone que,
esta la moto
de Martin, corro
por la arena
para ver que,
pasa y al
coronar la duna
veo un espectáculo inesperado:
la moto de
Martin prendida fuego
y a este
bailando alrededor tirándole arena,
en un vano
intento de apagarla.
-¿Pero qué
paso, Martin?-
-No sabía
cuanta nafta le
quedaba, abrí el tapón y
con el encendedor ilumine
para ver y
exploto, prendiéndose fuego.
No pague la
primer cuota todavía,
tres días la
tuve.-
-Decime que,
no te entrenas
para ser pelotudo,
por favor, decime
que, no lo
haces. ¿A quién
se le ocurre
usar un encendedor,
a quien? Jajajajajjajajja.-
-¡No te rías!-
-No, si,
jajaja, no me
rio, Jajajajajjaj, solo
estoy, Jajajajajjaj, tratando
de no morirme
de la risa…juajuajuajua…….-
Fue una
larga caminata para
volver, Martin tuvo
que, bancarme riéndome todo
el rato, sin
parar, sin misericordia,
llegando al barrio,
él, también rompió a reír y
lo hicimos juntos,
como dos locos
de remate, de
solo pensar, en ver, el
nivel de nafta,
de un tanque,
con un encendedor.