Desde hacia
cierto tiempo venían
apareciendo en nuestro
jardín, hojas de
revistas pornográficas. Mi
madre nos pregunto
a los tres
si eran nuestras
y no, no
eran de, ninguno
de nosotros. También
aparecían fotos pornográficas
e incluso flores,
en la cama
de mi madre,
pero eso era
más raro. Era un misterio
que, nos veíamos
imposibilitados de dilucidar.
Más de dos
años estuvimos soportando,
esta situación, sin
conseguir ponerle remedio.
Una noche,
víspera de Elecciones,
volvía a casa
junto con un
compañero de Judo,
veníamos bordeando el
Parque, dos sombras
mas, entre las
sombras. Vi que,
alguien salía del
cuarto de mi
madre por la
ventana y corrí hacia la
figura que, trataba
de ganar la
oscuridad, de la
casa del vecino.
Bueno, es que: ¡era
el vecino! Me
mando al perro,
mediano, histérico, sin
adiestrar y poco
obediente; los míos
esperaban ordenes, expectantes,
les di vía
libre y le cayeron encima
al ladrador, inútil,
que, pretendía morderme.
Con mis fieras,
matando a dentelladas,
al perro del
vecino, me fui
cara a él.
-¿Así que,
eras vos? Enfermo
de mierda.-
-Tenes que
entender…..-
-¿Entender? Entenderías
vos que, me
meta en la
habitación de cualquiera
de tus hijas,
la de 13
años o la
de 8; sacarías
el revólver rápidamente.
Mantenete alejado de
mi madre y
mi hermana, no
entres nunca más
a nuestro jardín
y no vuelvas
a dejar nada
mas en mi
casa.-
-No nos
pongamos así.-
-¿Queres jugar
conmigo? Bien, cuida
a tus hijas,
me las voy
a coger en
cuanto te descuides
y si se
tercia, tu mujer
también. Me voy
a pasar horas
y horas vigilándolas,
en algún momento
te vas a
descuidar y esa
será mi oportunidad.
Estarás trabajando o
llegaras tarde, ya
no tienen perro,
solas, serán pan
comido.-
-No lo
dirás en serio.-
-Muy en
serio, múdate, llévatelas
lejos, vos jugas
a ser un
hijo de puta,
y yo, soy,
un verdadero hijo
de puta. Vendan
y múdense.-
Fui a
la Comisaria a
poner la denuncia,
resulto que, como
mi amigo era
menor, no valía
como testigo y
era mi palabra
contra la suya,
no se podía
hacer nada.
-A mi
me importa un
carajo que puedan
o no hacer
algo. Yo llego
a mi casa y
encuentro a mi
madre o a
mi hermana llorando
y paso al
fondo y le
meto el revólver
en el culo,
lo mato y
listo.-
-Usted no
puede decir eso ni debe.-
El Policía detrás
del mostrador era
obtuso.
-Y para
que conste en
actas: antes violo
a sus hijas
y a su
mujer.-
-¿Está loco?
¿Cómo dice eso?-El mismo
Policía obtuso.
-Ustedes tóquense
los huevos y no hagan
nada, ya me
ocupo yo de
defender a mi
familia.- Salí de
la Comisaria y
me fui a
casa. Establecí la
rutina de vigilar
la casa del
vecino ostensiblemente y si le
veía por ahí,
le mandaba a
mis perros que,
lamentablemente no lo
agarraban nunca. La
vigilancia dio sus
frutos, la vecinita
de 13 años
volvía con la
noche cayendo, del
liceo, solían ir
a esperarla a
la parada, pero ese
día, no parecía
que, fuera a
ir nadie. Fui
yo, Analia me
conocía de sobra,
no se asustaría
ni sorprendería de
verme y dudaba
de que, el
padre hubiera dicho
nada de nuestro
asunto. Hoy sudaría
de lo lindo,
el muy idiota.
Espere en
la parada de
autobús y cuando
bajo Analia la
salude haciéndome el
distraído.
-Analia, hola,
¿qué haces?-
-Vengo del
liceo, por suerte
es viernes, dos
días para no
hacer nada, ¿me
esperabas, pasa algo?-
-Quería disculparme
por el ataque
de mis perros
al tuyo, no
sé bien que
paso, lo conocían,
es raro. Si
queres te consigo
un cachorrito, uno
que, se haga
perro grande, como
los míos, se
que, te gustan.-
-Me dan un poco
de miedo, los
tuyos son bravos
pero me gustan
grandes, pero, mamá
no quiere perros
por ahora.-
-¿Vamos a
la heladería a
tomarnos un helado
rápido?-
-No avise,
se van a
preocupar.-
-Entonces a
tu casa, te
acompaño, no quiero
que, te pierdas.-
-Bueno, un
helado rápido y
a casa, vamos.-
Analia se
distrae tomando el
helado y yo,
no le apuro
para nada, ni
le recuerdo que,
debe ir a
casa. Cuando se
acuerda, emprendemos la
caminata hacia su
casa, casi llegando
aparecen los padres,
súper nerviosos y
preocupados. La interrogan
sobre donde estaba
y porque, se
fue conmigo, consiguen
que, llore sin
entender que, les
pasa, a los
padres, estuvo mal
en ir, sin
avisar, pero estaba
conmigo, soy de
confianza…..o ¿no?.
Un mes
más tarde, se
mudaron. A mi
madre le pareció
raro tanta rapidez
y anduvo asediándome
a preguntas sobre si había
tenido algo que,
ver en el
asunto. Negué cualquier
implicación, seguro que
si le digo que, había
convencido al tarado
ese de que,
violaría a sus
hijas y la
mujer, bueno, todavía
estaría pegándome por
bruto y animal,
preferí dejarla en la inopia
aunque estuvo un
tiempo mirándome suspicaz,
ella intuía que, yo
había influido en
la huida precipitada
del vecino, no en vano
era mi madre,
la que, alumbrara
al monstruo.