No hay
que exagerar ni
enojarse ni siquiera
dejar que, te
altere. Las cosas
son así, las
hemos modelado de esta manera
y excepto unos
pocos desconformes, el
resto de Judokas
y personas vinculadas
a este “Deporte”
que, han inventado,
están encantados de
conocerse y de
llamarse Judokas. Es fantástico. Solo
sirve para que,
unos pocos ganen
medallas, un Deporte
más, entre tantos
y tantos.
Ahora que,
esta tan de
moda regalar y
no exigir un
esfuerzo y sacrificios,
modeladores ambos del carácter; un
examen de Judo
puede hacerme morir
de la risa,
literalmente. Además, a
puerta cerrada para
que, nadie pueda
ver, si el
postulante, sabe o
no sabe. O
se lo regalamos
y a correr,
con alegría. Exigir
el Kata correspondiente como
Tori y como
Uke, es demasiado,
pedimos tres grupos
y así nadie
sufre. Pedir las técnicas, cualquiera,
está descartado por
el mismo motivo,
el postulante elegirá una
de pie, y
una de cada
rama en suelo.
Facilísimo, cualquiera puede
con eso. Encadenar,
contras o combinaciones, sería
muy exigente, las
obviamos. Ya tenemos
un Cinturón Negro,
se sacara el
curso de Monitor
y ya le
tendremos, frente a una
clase de niños.
En el 98%
de los casos
dejara de entrenar,
no aprendió nada,
no sabe nada
ni aprenderá nada,
pero cree que,
sabe mucho. Ya murió
el
Judo.
Era cuestión de
tiempo que, pasara,
y está pasando.
La gente formada
por esa generación de
Profesores sabe menos
Judo aun y los que,
enseñen, tendrán poco
que, trasmitir. Defunción
definitiva del Judo
sin que, los políticos
de
la FIJ y demás
Federaciones, necesiten,
hacer mucho para
conseguirlo.
La arrogancia
es tanta que,
algunas Federaciones se
atreven a cuestionar
la calidad técnica, de
Judokas formados, bajo
la tutela de
terceras Federaciones, creyéndose superiores,
sustentadas en su
preeminencia en perseguir
y conseguir medallas,
pero en ningún caso
superiores técnicamente ni
en el dominio
de los valores
Filosóficos y Morales
del Judo. Se
entiende, protegen al
producto nacional, superior
per se; no
es admisible si
fuera esto Judo,
que ha dejado
de serlo y
por eso a
nadie inquieta.
¿Por qué hoy,
hay niñas, jovencitas
y mujeres con
caravanas y horquillas, si
Perla, Leticia, Rosa, Jimena, Susana, Gloria y
tantas otras nunca
las usaban haciendo
Judo? ¿Ellas eran más fuertes,
inteligentes, duras, amables,
educadas o estaban
más preocupadas de
no lastimar a
nadie? ¿O simplemente
no se lo permitían
sus
Profesores? Una niña,
que hoy ve
a quien le
enseña Judo, o
lo que, carajo
sea esto, usando
horquillas, muñequeras o
tobilleras además de
lindas caravanas, mañana
las usara legítimamente.
Una jovencita,
17 años, Cinturón
Negro no me
supo decir que,
el grado máximo al
que, podía aspirar
era 10 Dan
¿Sorprendidos? Yo no.
¿Culpa de ella?
Por supuesto que,
no; en todo
caso mía. Aclaro
que, no entrena
conmigo ni donde
yo lo hago,
eso no me
exime. Ni a
ustedes.
Cuando alguien
se sorprende de
que, sea capaz
de hacer cualquier
técnica de Judo,
de pie, indistintamente por
la derecha o
la izquierda, agarrando
normal, de examen
o a pura fantasía; o
que, en suelo
me salgan casi
todas las técnicas también por
los dos lados,
me sepa escapar
de cualquier retención,
estrangulación o palanca;
no se vean
capaces, de hacerme
rendir, estrangulándome, casi
nunca y frustrados
lo verbalicen, les
aseguro que, si
yo puedo, ellos
pueden, pero que,
para conseguirlo hay
que, entrenar de
verdad, que ,
llevo treinta años,
enfocando cada clase,
como la última
oportunidad de mejorar
un movimiento, una
idea, un escape.
Dándoles a mis
compañeros el ejemplo,
de cómo hay
que, intentarlo, cada
uno según sus
propias posibilidades pero
si no te
esforzas en serio,
no mejoras.
Así termine
el Liceo, así
esquive a las
Drogas, todas, así
mejore la relación con
mi vieja, así
encare emigrar y así encaro
mi nueva realidad.
Cuando escucho que,
es una locura
esforzarse por nada,
que, eso es
malo y contraproducente para
los niños y jóvenes; siento
que, hay demasiado idiota,
suelto, opinando sobre
lo que, no
tiene la mas mínima idea,
sea Judo o
Educar, que al
final es lo
mismo.
Hay que,
exigir, más que, mínimos.
Hay
que, enseñarle a
las nuevas generaciones
a sufrir, esforzarse
y superarse, a
ser educados, amables
y corteses, a
tener criterio propio,
disciplina(¡Horror!), compromiso y
ser solidarios. A
proteger al débil,
a cuidar a
las mujeres, desde
una beba, hasta
una abuela y
a ser responsables
de sus actos
siempre. Antes, si
un padre o
una madre quería
eso para su
hija o hijo,
lo tenía fácil,
los ponía a
hacer Judo, actualmente
da igual donde
lo lleve, pobrecitos,
nada de traspirar
y esforzarse, por ¡Dios!
El Judo
no es ajeno
a los tiempos
convulsos que, vive
la sociedad, la
Humanidad. Parapetados detrás
de las cosas
que, buena o
mala mente podemos
comprar, en un afán
acaparador de
ardilla loca, olvidamos
lo trascendental: la persona
y su entorno.
El Judo trabajaba
para formar personas
útiles a la
sociedad en la
que, viven, dotándole de
unos valores que,
le hacían interaccionar
con su entorno
favorablemente, haciéndole sentir
pleno y realizado.
Le hemos reducido
a pelear por
una medalla, triste
final para un
hermoso sueño.