domingo, 9 de febrero de 2014

No todo vale.

No vale todo. No más allá de en ciertos casos puntuales, que son extremos. Insultarme, junto a cerca de 2000 personas, de distintas edades y condición; para que compremos un libro, tu libro; no está bien, no vale. Presuponer, que todos tenemos 3,75 euros, para destinar a ese libro, es suponer demasiado. Y este no es un caso en el que valga todo, no lo es en absoluto. Asi estamos, vale todo. Alguien quiere vender su libro y no se detiene a pensar o lo hace expresamente, a saber y se descuelga, insultando desaforado, en la creencia de que su derecho, a buscar conseguir su sueño, puede pisar a cualquiera, insultar y hasta ofender; y también hacerte sentir muy mal, en mi caso, de propina. Cabe preguntarse y me pregunto, como se llega a esto. Porque es de lo menos deseable que tenemos que buscar como individuos, en tanto personas, que vivimos juntos, en espacios chicos y no tanto; la sociedad en definitiva. Asumir, como punto de partida, algo que está equivocado y a raíz de eso, juzgar a quienes no te bailan la música, como a imbéciles que quienes desprecias, es algo que no debería pasar, bajo ningún concepto pero hoy me paso y a 2000 y pico más de personas. No todo vale. Ni para promocionar un libro, ni para otras tantas cosas; desde reformar una cocina y como la señora es una abuela sola, hacerlo mal; ni para ser dos desgraciados de 19 años y ver a una madre joven que con un niño de 6 años y una beba de pocos meses, cargada con la compra, lucha por subir 11 escalones, mientras se ríen de alguna guarangada, ajenos a las necesidades de la vecina, maleducados a extremos peligrosos por lo inhumano y despreciable de su conducta; ni vale que presupongas, que como dejaste, a ese pariente muy anciano solo, muriéndose sin contar con ayuda, la humanidad es parecida y te imitara, porque no todo vale, y habrán vecinos que arrimen el hombro, portándose como personas. Pero parece que es asi, la tendencia que llevamos, cualquier cosa vale, en pos de conseguir mis sueños u objetivos; incluso insultar a mis posibles lectores y para rematar, argumentar que tiene derecho a hacerlo, pues persigue un sueño, su sueño. No todo vale, en pos de esgrimir mis derechos, obviando que hay obligaciones; ni por ver mis fantasías cumplidas, ni por ganar más dinero ni por nada; porque los demás, también tienen derechos y por supuesto, obligaciones. Me dolió bastante más constatar que gente que vive una realidad parecida a la mía y a la de tantos otros, presuponga que 3,75 euros, es una cantidad ínfima, que podes y debes gastar en un libro. El insulto, bueno, no es la primera, ni será la última vez que los recibo; es la falta de consideración y empatía, el todo vale y que los demás revienten, lo que me deja titiritando. El egoísmo mas asqueroso, de creerse el único con derechos o sueños y con eso, esgrimiéndolo, pasar por encima de quienes sean necesarios. Para redondear, quejarse después, de lo mal que esta sociedad, vive en la actualidad, como si fuera un ejemplo, de ciudadano y antes que eso, de persona. Promulgar que son los demás quienes hacen esta sociedad, tal y como es, resulta inapropiado, entre todos la hacemos, cada día; fundamentalmente, educando a nuestros hijos y enseñándoles que no todo vale, que cuando eso pasa, inevitablemente, se resiente la convivencia y tarde o temprano, se cometen injusticias, se deteriora la Educación, hay menos Solidaridad y Empatía con los demás y absolutamente todos, perdemos en ese deterioro de la sociedad. Hoy, para mi, 3,75 euros, es mucho, porque comer, esta antes que leer y porque no vale todo y en eso, te mancaste.

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