Yo no leo, esputa convencido,
con trabajar mi
cuerpo, es más
que suficiente, me
preocupo de lo
importante, sentencia despectivo.
Lo importante para
él, claramente y para
tantos y tantos
jóvenes y no
tanto, que solo
buscan hinchar su
musculatura, hacer dietas,
consumir complementos que ni
saben
de que están hechos
o recurriendo directamente,
a sustancias que
son de sobra
conocidas, como extremadamente nocivas.
Mañana, entendida como
futuro, cae lejos
y creen que siempre
serán jóvenes
e ignoran a propósito, que
ese cuerpo, es
el que tendrán,
hasta el final
de sus días;
en la medida
que lo cuiden
y mimen, durara
mas y estará más
sano. Nada de esto importa,
la idea de
que ancho y
voluminoso es más
atractivo, imagen pura
y llana; está
bastante extendida y
por eso, tantas
personas, de ambos
sexos, hacen lo
impensable y mas,
por incrementar, su
masa muscular y
nunca tienen suficiente. Una propaganda
de Pirelli, lo decía:” La
potencia sin control,
no es potencia.”
La fuerza per se, desnuda
de cualquier otro
adorno, es muy
pobre y con el paso
de los años,
mengua y hacia
el final, casi
desaparece. Exactamente igual
que la belleza
que otorga la
juventud, tan efímera.
Ninguno le dedica,
una hora a
la semana, a
aprender a jugar
al Ajedrez, una
hora que no
le tiene que
robar al gimnasio;
tampoco se lee
los estudios y
ensayos sobre el
efecto de las
sustancias que se
mete, las que están
estudiadas, en
su organismo y
asi poder decidir
con libertad y
sabiendo bien a
que se expone. O dedicar
tiempo a leer,
lo que quiera;
igual tiene que
aprender a hacerlo,
si nunca leyó un
libro, al principio,
le supondrá un
esfuerzo. O ponerse
a jugar con técnicas
mnemotécnicas y haciéndolo, trabajar
el cerebro, ganando
velocidad de razonamiento
y por supuesto
aumentando la capacidad
de memorizar cosas.
Una hora a
la semana y
si le gusta,
sumar alguna mas.
Ninguno se anota
a aprender un
idioma, otro, si
ya domina uno, además del
materno. Ninguno, viendo que
es una maquina
de soportar dolor
y superarse, decide
retomar los estudios
o anotarse a
hacer una carrera
o algún curso
que le signifique
una probable mejora
laboral o simplemente,
porque le gusta
o interesa. Sugiero
Nutricionista, Ingeniería Química
o Psicología; todas
muy útiles para
descubrir en que
anda y adonde
se encamina, aunque
inmersos en perseguir
aumentar, los músculos,
desmesuradamente e ininterrumpidamente, difícilmente,
vean, nada más.
Si cultivaran, su
cerebro, como cultivan
sus músculos, con
la misma, fanática
arrogancia, seguramente, serian
bastante más inteligentes
de lo que
son ahora y
probablemente, no serian
tan obtusos a
la hora de
castigar sus cuerpos,
pero eso jamás lo
sabremos, ninguno entrena
el cerebro. El siguiente
paso es la
Vigorexia; también llamada
Anorexia inversa, Dismorfia
muscular o Complejo
de Adonis. Entonces,
ya hablamos claramente
de una enfermedad,
de un trastorno
mental. No es
el primero y
probablemente, no vaya
a ser el
ultimo que me
suelta, palabra arriba,
palabra abajo, que
entrenando los músculos
y haciéndolos gigantes,
lo demás, sobra e
incluso, es superfluo
y molesta. Más
de tres décadas,
en el mundo
de los gimnasios,
te pone en contacto con
sus usuarios, especialistas,
depredadores(homosexuales y otros) ,
profesionales y visitantes
esporádicos y este
problema, la Vigorexia,
va en aumento,
exponencialmente. Siendo un
problema, marcadamente masculino,
también se ven
chicas. Como siempre,
a mi me
preocupan, los jóvenes,
son muy vulnerables,
de ambos sexos,
extremadamente influenciables, incluso
el que por
un colmillo, me espeto que
él, no lee
y estamos en
una sociedad que
genera las situaciones
de entorno que
potencian, la aparición de
estas conductas y
trastornos. Lamentablemente, ni regalándole
un
tablero de Ajedrez
o un libro,
voy a modificarle
las ideas; no
puedo hacer nada
pero igual me
lee una jovencita
de 17 años,
que empieza a
estar afectada, en
franco peligro de
entrar de cabeza
en la Vigorexia
y frena un
poco, escucha a
su cuñado, se
replantea algunas cosas,
recicla sus objetivos
y consigue zafar.
Ella o tu,
a ella la
conozco y a
ti no, pero
eso no importa,
averigua sobre el
tema, dedica tiempo
a aprender un
poco, descubre que
hay al final
y entonces, decide; si
es un padre
el que me
lee: a informarse,
a cambiar las
estrategias, el tiempo
no lo arreglara,
deberán hacerlo ustedes,
juntos y si
es necesario, pidiendo
y buscando ayuda.
Ha quedado claro,
jamás levante discos,
yo acunaba libros;
se pueden hacer
las dos cosas,
y disfrutarlas mucho.
Ante la duda,
darle prioridad al
cerebro, la potencia
sin control, no
es potencia.
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