domingo, 20 de abril de 2014
Bonsái Natural.
El Señor Miyagi
nos dijo que
los mejores Bonsái,
nacían en la
naturaleza, en lugares
salvajes y recónditos
y que así debía ser.
La belleza espera
detrás de cada
roca, y sentir
las piernas doloridas
de trepar, tienen
premio, al llegar
a destino, que
puede ser la
cima, una cueva,
un remanso del
arroyo o toparte
con un Bonsái
de Higuera, con
dos higos preciosos,
de camino al
destino. Ayer tuve
el premio gordo
y de remate escale hasta
el arbolito, poquita
cosa, menos de 3
metros, pero no creía que
fuera a poder
y desde luego,
los testigos y la fotógrafa,
se reían a
base de bien, viéndome gruñir,
aferrándome a las
rocas. Y más
se rieron cuando
era hora de
bajar. Disfrute de
todo, absolutamente todo,
incluido el miedo,
cuando mis manos
no conseguían agarre
inmediato y tanteaba
en busca de
asidero firme y
mis pies resbalaban,
al final, los
dedos siempre encontraban
una grieta, solo convertí a las rocas
en un Judogui
y de eso,
entienden mis dedos
y si, cada
cual juega con
lo que tiene.
En algún punto,
del interior de
Valencia, en la
Comarca de Los
Serranos, en los
alrededores de Chelva,
en la Ruta
del agua y
mas no les
digo, está el Bonsái, admirable
desde el camino, se
puede fotografiar fácilmente.
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