Duelen
soportable, con picos
de dentelladas dolorosas:
tobillo y tríceps
izquierdos, abductor y bíceps derechos,
sin brazos y
en una pierna. Es
estando limitado físicamente,
cuando descubrís de
que estas hecho.
Como cuando con
la rodilla derecha
vendada e inmovilizada(Me pateo
un caballo en
el lateral interno),
quede solito en
Arocena, entre el Carrasco Lawn
Tenis y Rivera,
era de noche,
el parque tenia
sombras y no
era ni de
cerca, el Roosevelt,
pero no veías,
si había alguien
emboscado. Caminaba del
lado de las
canchas, para tener
ese lado derecho
controlado, porque del
izquierdo, si salía alguien, tenía
que cruzar la
zona sin árboles,
la vereda y
el asfalto de
Arocena, lo que
me daría tiempo
para blasfemar en
arameo, apretar los
dientes y soltar
a la furia.
Esperaba llegar al
siguiente 7e7 Rojo, único transporte
que me llevaría
a casa. Salieron
los tres decididos,
de entre las
tinieblas y se
abrieron, ocupando espacio,
reclamando cancha, estaba
rengo, sería fácil.
Eran del Paso
y nos conocíamos
bien, teníamos cuentas
pendientes, solo que
ellos a mí, no me conocían tanto,
como creían, solo
veían, lo que
yo les dejaba
ver, detrás del
payaso, vivía un
monstruo desagradable, salvaje
y violento; que el
Judo, todavía no
habia empezado a
transformar; era un
renacuajo, faltaba una década, para
que naciera el
sapo. Llevaba apenas
un año practicando
y no confiaba
para nada en
lo que habia
visto en el
Dojo; no, yo tenía mi
furia, con eso
me arreglaba. Aparecieron,
de mi derecha,
no habia opciones,
imposible correr. La
derecha era mi
pierna buena, a
falta de esa
herramienta, los brazos,
la pierna izquierda
y los dientes
harían el trabajo. A
mí me dolió
y a ellos
mas, no hay
crueldad ni ensañamiento,
cuando atacan perros
en jauría; el
Puma, solo se
defiende con lo
que tiene. Ojala
cuando la vida
baraje en contra,
no me duela
nada, por las
dudas, apretó los
dientes, lloro y
no paro. Para
ser un campeón
hay que sufrir,
para sobrevivir, hay
que haber sufrido.
Aquella noche debía
estar en mi
casa, con la
pierna derecha en
alto, pero no quería faltar
al Liceo y
aguante el dolor
en la rodilla,
no tenia muletas,
durante las casi
tres semanas, que
me amargo la
vida mucho y
los meses, que
costo que dejara
de doler. No
tenia Mutualista y
por lo tanto,
no accedí a un medico.
Entre nosotros, cuando
estuve recuperado, busque
a los perros,
y les di
otra tunda, la
yapa, por meterse
conmigo tullido y
en patota. Códigos.
Mano a mano
y si el otro está
en condiciones, tres
contra un rengo,
es de putos. Moví
el tobillo hace
un rato y
me pego una
dentellada, ni sé cómo o
porque, viaje a
aquella noche del
lejano 1985; donde
no era la
primera vez, que
el dolor no me impedía
sobrevivir. Es un
amigo, un hermano,
ya a aquellas
alturas. ¿Te duele
un dedito?... Jajajajajjajajja. Te
entiendo, el dolor
es horrible, feo
mismo y mi amigo,
es la alarma
de mi cuerpo,
avisándome, de que
algo funciona mal
y tenga cuidado.
A otro nivel,
es indicativo de que, me
dieron bien, hay lesión o
herida grave y según
la
intensidad del dolor,
se exactamente, cuánto
esfuerzo más, aguantara
la zona, antes
de colapsar. Y
saber cuánto te
queda, exactamente, cuánto
tenes de reserva,
puede significar, que
sobrevivas o no. Yo
conseguí ser sapo,
deje aquellas peleas,
buscadas o no,
ya no me
fajo, aunque sigo
vigilando el entorno
y elijo rutas
seguras o lo más seguras
posibles, pero sigo
mimando a mi
amigo el dolor,
viejo reflejo de
renacuajo, por si, caminando con
Lunita, desde las
tinieblas, desde las
cloacas de la
vida, emergen ratas
de dos patas.
Con dolor o
sin él, conseguiré,
que ella sobreviva.
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