viernes, 17 de octubre de 2014

Efectividad.

Efectividad:   Hace muchos años, me puse preguntar: ¿Y si? ¿Y si? Esto o aquello, o lo de más allá. Termine por hartar al Sensei, que me miro serio, me dijo que me dejara de joder, que entrenara, que me olvidara de nada más, que de entrenar. Que no importaban los árbitros, si yo hacia Ippones, seguramente, no importarían los errores arbitrales, cometidos por error humano o de pura mala leche, que ya empezaba a dejarce ver y no supieron cortar de raíz, no supimos. Ta, campeonatos clarito, y ¿arafue? Porque afuera del tatami, yo no veo que esto funcione o vaya a funcionar, eso de correr, esta genial, corro que me las pelo y ¿el día que no pueda correr, que hago? Ya saben o se los cuento ahora, que en ese entonces, mi Sensei, Luis Ángel Firpo, era, mi padre, esas casualidades de la vida, que en otras latitudes, no es tan extraño, por cierto. Me miro de costado, decidiendo que, como, donde, me desvelaría parte de cierta verdad, que suele olvidarce y algunos ignoran por completo. Me puso a trabajar, después hablábamos, seguí entrando y entrando y entrando, pero con poco cerebro, desperdiciaba mi tiempo, no hacia caso, así es difícil, pero es un proceso que hay que pasar, una etapa. Me acompañaba a tomar el ómnibus, no habia un alma en la Aduana Montevideana, alguna prostituta vieja y ajada y proxenetas, gatos y oscuridad. Deja la mochila, ordeno. No hay tatami, cualquier técnica que hagas y le caigas a tu enemigo encima, enemigo, no adversario, le mataras. O se desnucara, o le romperás la columna tirándolo contra ese banco. Me levanto sobre sus hombros y entendí, claro que entendí, no habia caída valida, si tu columna impactaba contra la jardinera, el banco o la caja de la camioneta, se rompe y punto. No te enseño nada más, te faltan años, pero cada cosa que haces en la clase, puede ser muy peligrosa, usada afuera, dijo. Mi cerebro corría para seguirle, lo que acababa de ver, superaba con mucho, cualquier idea previa, era efectivo a un nivel peligroso. Me bajo los humos. Los cuchillos, los palos y las armas de fuego, requieren mucho entrenamiento y no lo tenes, pero cada clase, repito, haces lo que deberías hacer para defenderte acá, en la calle. Cada clase, cada entrada, cada repetición, es lo que usaras, tal cual, es muy efectivo Rafa, solo que lo disimulamos. El cuello de alguien que no hace Judo, excepto luchadores, boxeo o  rugby, es de pajarito, es punto débil y ventaja nuestra; levantar a alguien no acostumbrado, les da pánico. Y deja de hacer esas preguntas en clase, tus compañeros no están cerca de planteárselo. Ese es tu ómnibus, no me uses nada, nada afuera; solo si no hay más remedio, entonces, cuida a los malos. Para cuando me sacaron navajas, puntas de botella y empuñaron una pistola, sin terminar de sacarla del cinturón; él me habia enseñado ciertas cositas, que no son de Judo, del de Jigoro Kano, son o eran del Gaucho y para parar un filo, son crema; para lo demás, Judo de Jigoro Kano, con facilidad pasmosa, control y cabeza fría. Efectividad, me dijeron hoy y me reí, si no se entrena duro, no hay efectividad posible. Que el Judo no era efectivo y les di la razón, lo que llaman Judo, es flojito, el otro, el de trabajar duro, que nos regalo Jigoro Kano, ese, guambia, ese regala efectividad.

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