domingo, 4 de octubre de 2015

Uchi mata y Sensei Firpo.

Hay detalles, cosas chicas que no lo son tanto y que te las enseñan, cuando lo hacen, con la idea de evitarte quebraderos de cabeza y sufrir dolor innecesario y para que seas más efectivo ejecutándolas o parándolas. Por supuesto, solo te lo puede enseñar quien sabe mucho, entreno mucho y conto con un Sensei que dominaba esto del Judo: Shihan Toshiharu Kobayashi
Uchi mata. Técnica que se usa mucho y que es un incordio para quien la sufre, Uke, cuando quien la hace, Tori, mete su pierna con decisión entre las piernas de Uke y los testículos de este sufren maltratos varios. El mero hecho de que un compañero haga Uchi mata, nos genera ansiedad y ponernos con él, a practicar Uchi komi, ya nos destroza las ideas y si es Randori, alucinamos cómo la meta un par de veces y ya si es Shiai, queremos morirnos y terminamos con los testículos doloridos de cada tres dos veces o todas si sabe hacerla y la tira a darnos, por más que se contenga un poco, nos dará.

Decía mi Sensei que había que tirar a dar, sin miedo, si el compañero sabía Judo, no le dolería e igual caería. O si era bueno de verdad,  sacaría una contra o incluso un encadenamiento, lo que fuera pero no se quejaría. Un capo el Sensei y se ponía de Uke, ordenaba que atacaras con Uchi mata y que lo hicieras con tutti. Creíamos que lo habían capado, no pestañaba y de postre no caía y además te metía una contra y aquello ya era el colmo.

“Hay que apretar las nalgas chicos, fuerte; su pierna impactara en esos músculos y no llegara a los testículos. Requiere practica, cómo todo en Judo y también que confíen en que funciona, pero llevara tiempo y  fallos, cómo casi todo en Judo. Si practican, llegara el día en el que ser Uke para Uchi mata o soportarlo en Randori o Shiai no será un problema añadido y puede que sea un recurso que el compañero, no espera que domines y eso te lleve a ganarle.”

¿Qué? Funciona, claro que funciona. Lo recordé pues lamentablemente el jueves pasado, le metí Uchi mata a un compañero e impacte de lleno en sus testículos. A mí no me pasa desde el año 1986, fue en Córdoba, Argentina durante un viaje de intercambio; desde esa clase, decidí que obedecería a Sensei Firpo y entrenaría para no sufrir más impactos en los testículos o que no fueran tan dolorosos.

Detalles que te enseñan los Senseis, perlas que hacen tu Judo más rico, efectivo y disfrutable. Detalles que hacen que tu calidad cómo Judoka sea mayor con cada entrenamiento, cada entrada y cada gota de sudor derramada; ellos marcan el camino, nosotros debemos recorrerlo para descubrir la calidad que atesoran sus conocimientos que ahora son nuestros y es nuestra responsabilidad, trasmitírselos a los jóvenes, cerrando así el círculo.

sábado, 3 de octubre de 2015

Trabaja duro.

Aceptar una invitación para ir a determinado Dojo, presentarme ahí, lamentablemente sin Judogui; y ver que se saluda con respeto, ganas y convicción y que el Judo que se enseña es de calidad, me emociono. Tuve que escuchar durante años que no era posible, viable ni asumible y si bien es cierto que yo me lo tome a pecho y conseguí que se saludara y se hiciera casi perfectamente, fue una cuestión puntual mía, tipo una concesión al loco. Es grato constatar que no era una quimera que es algo perfectamente posible y arrancando de cero o casi. Los niños aprenden rápido e imitan lo que ven y siguen los ejemplos, con ellos es súper fácil conseguir una línea perfecta y un saludo coordinado, bien ejecutado.                    

Verles saludar al empezar o terminar un ejercicio también resulto reconfortante, mucho; que en ese Dojo se cuente con un Sensei Japonés invitado que a estas alturas es de la casa, no le quita merito al Sensei titular del Dojo e incluso me atrevo a decir que es más meritorio pues aquella invitación y posterior visita, se ha vuelto algo normal y el Sensei les visita por tercera vez, en esta ocasión tras invitarle a Japón donde ejerció de anfitrión entusiasta y se le ve no solo integrado, también comprometido con todos y cada uno, especialmente con los niños.   Trabaja duro, empapa el Judogui y te hace sentir el poder de las técnicas cuando trabajas con él; por supuesto corrige y enseña permanentemente. Un Sensei en plenitud.

Por supuesto hay mucho más, pero solo quería incidir en estos aspectos, sobra lo demás, queda para ellos que lo disfrutan y para quienes somos invitados a visitarles y lo vemos de pasada. Volvía a casa en el coche y masticaba lo que acababa de ver, lo que primaba era la felicidad por ese joven Sensei que contra todos y todo, creo su Dojo y lo fue vistiendo con su trabajo honesto y constante; también me gusta que esos niños y jóvenes accedan al Judo en ese entorno, conozco los beneficios de estudiar Judo y evitar los tiempos muertos que solo generan aburrimiento e ideas equivocadas.

Por esta comarca donde Aníbal paso con sus elefantes y ciertas gentes prefirieron morir quemadas antes que rendirse, florece un Dojo y tengo el privilegio de ser invitado a visitarles; él Sensei insistió, sobran Judoguis esperando usuario, solo tengo que plantarme ahí y pedir volada. Hare algo mejor: me escapare antes del trabajo e iré con el mío, cómo yo entreno martes y jueves y ellos prácticamente todos los días, lo tengo fácil para no faltar a mi clase y disfrutar su invitación, por lo menos una vez antes de que el Sensei vuelva a Japón. A ver si consigo no desentonar en la fila del saludo.