martes, 28 de enero de 2014

Nazis.

Auschwitz-Birkenau, Sobibor, Treblinka, Baden Baden y Mauthausen-Gusen, a la carrera y de memoria, pero verificando como se escribían, descubro que hay o habia, incluso más, de los que alguna vez habia leído: Dachau, Belzec, Riga-Kaiserwald, Lublin-Majdanek, Plaszow, Kulmjof, Hinzert, Bergen-Belsen y todavía quedan más de una decena larga. Imposible olvidar el gueto de Varsovia, donde también se exterminaron personas. Hoy se conmemoran los 69 años de la liberación de Auschwitz-Birkenau por parte de tropas Rusas y esta semana, mi barrio, se vio empapelado por un grupo de claro corte Nazista al que nadie en España, parece ser capaz de controlar. O nadie quiere. Si estos ignorantes, llegaran un día al poder, probablemente cometerían atrocidades sin nombre ni freno y sus cerebros, escaparían, como ratas, si llegase a darse el caso de que se les persiguiera para pedirles explicaciones sobre sus ideas y sus actos. La humanidad tiene la memoria muy corta y extremadamente selectiva y no lo digo yo, menos de 100 años han posibilitado que mucha gente desconozca el Holocausto Judío, las atrocidades Nazis y la falta de contundencia por parte de los aliados para evitarlo. En verdad, en menos de 70 años ha pasado eso. Y esa estúpida permisividad actual, en la que o por la cual, está mal visto, meter en cintura a quienes demuestran tener ideales bestiales y si les permitimos, son capases de emular a Hitler y sus esbirros; nos retrotrae a una Alemania donde ser Judío, Gitano, Homosexual, Enfermo Mental o Invalido; te llevaba de cabeza a una fosa común; a ser devorado por los perros de las SS, práctica común con los homosexuales; a trabajar como un esclavo y morir haciéndolo y otras lindezas. Es horrible, caminar por las calles del barrio donde vivís, durante la noche, mirando alrededor alerta; a los carteles, le siguen los perros que los pegaron o durante el día, atento a las jaurías que también irán apareciendo, solo es cuestión de tiempo. Hace 10 años solo se manifestaban, desorganizadamente y como les dejaron, s e convirtieron en partido político y como les dejan, ahora pegan cartelitos xenófobos, ofensivos y claramente excluyentes de todos quienes no somos Españoles. La barbarie de los nazis llego al paroxismo máximo, poco a poco, fue un proceso de años que nadie supo ni quiso evitar y desemboco en millones de muertos, en todos los bandos. El nazismo no está muerto ni mucho menos, alienta, repta por toda la Unión Europea ante la impavidez de los tontitos de siempre, que tibios, no se animan a aniquilarlos y borrarlos de un golpe. Festejemos, festejemos el aniversario de la liberación de Auschwitz-Birkenau porque es buena cosa tener memoria, lástima que no hayamos sido capases en 69 años de enseñarles a los niños, que paso en Alemania, que hicieron los nazis y asi, con algo de suerte, evitar que su filosofía prospere; somos tan inútiles que ni para eso tenemos capacidad, igual, nos merecemos que el nazismo renazca, crezca, se expanda y llegue a gobernar provocando otras bestialidades inhumanas. Y tendremos una guerra y millones de muertos, otra, otra guerra y mas millones de muertos. Es realmente patético, somos simplemente eso, patéticos.

sábado, 25 de enero de 2014

Luciérnagas.

Cuando la oscuridad tenebrosa se adorna por Luciérnagas, la noche pierde su animosidad, su halo fétido que nos llega desde los tiempos pretéritos; aquellos donde no existía la electricidad, la oscuridad era eso: bien oscura y los humanos todavía ni eran tales ni se habían erguido del todo. Las Luciérnagas iluminan con su luz y prestan algo de magia, a la noche, haciéndola menos oscura, menos preocupante. Anoche las Luciérnagas, me visitaron, dejándome lleno de tranquilidad; la noche seguirá siendo oscura y tenebrosa o volverá a serlo, pero por ahora, solo veo lucecitas titilando, convirtiendo un cuadro oscuro, una noche cerrada, en una promesa de futuro luminoso. Cerquita de donde Aníbal y sus elefantes, toparon con una ciudad que prefirió quemarse a sí misma, antes que caer en sus manos; anoche visite un Dojo, cuyo Sensei, me dio asilo al quedarme yo sin clase, por motivos ajenos a mí, en el tatami, en el cual entreno, en la actualidad. Luna, 14 años, Irene, 14 años, Marta, 14 años, Noelia, 15 años, George, 18 años, Flaco 17 o 18 años, Carlos, Chileno, sub 30, y Adrian, 16 años quedaron a mi cargo y les explique cosas de combate en el suelo, una manera de girar al otro y variantes; una situación que no recomiendo para nada; a defender un ataque en concreto que es efectivo, si no sabemos pararlo y alguna puntualización. Fue alucinante como prestaron atención, probaron a hacer lo que les mostraba sin dedicarse ni a rebatirme, opinar ni perder el tiempo, hablando. Noelia se enredo y estaba haciendo otra cosa, muy distinta, me acerque y le explique cómo hacerla, y la deje que siguiera por su propio camino que era más avanzado, mas difícil para ella pero que era correcto y ella se esforzaba y eso era, mas importante que obedecer ciegamente. Todos atentos, todos puro ojo, todos con ganas y yo disfrutándolos. Por sus caras, se que también estaban pasando un rato lindo; traspirando, esforzándose, superándose, aprendiendo, formándose y dejándome a mí, aprender de ellos, con ellos. Para el tramo final, pasamos a los combates de pie. Una delicia absoluta. Arriesgaban, asumían sus errores, volvían a intentarlo. Luna me sorprendió por guerrera, tiene alma de Samurái, tenía un día horrible, estaba llorando, eso no le saco ni un cachito de ganas, de pundonor; ni pesar la mitad que yo, ser mas bajita, saber menos; simplemente fue a buscarme con coraje, inteligencia y la técnica que va conociendo. Adrian es un viejo conocido, desde niño; me sorprendió su evolución técnica, su mejoría general y que se ha convertido en un joven valiente, que asume riesgos y trata y trata. Sigue siendo un cabezón que da miedo, cuando aprenda a escuchar y haga caso, dará un salto cualitativo. Los demás en una excelente línea de trabajo, todos llevan la marca de su Sensei, todos hacen Judo y todos quieren aprender mucho mas. Reconforta ver eso, constatarlo, confirmar que sigue latiendo, subyacente y denostado, algo más hermoso que perseguir una medalla. Y Senseis manteniendo a las Luciérnagas, vivas, siendo ellos mismos Luciérnaga, para cuando a un Judoka, la noche tenebrosa lo abraza, pueda ir a esos Dojos y respirar tranquilo, sentirse en paz, primero con él mismo y después, con el resto de la humanidad. Anoche las Luciérnagas me mimaron, un Dojo, sus habitantes y su Sensei, se disfrazaron de Luz, para que mi noche tenebrosa, resultara menos oscura, menos ominosa, mucho menos terrible. ¡Gracias!

jueves, 23 de enero de 2014

Blando-do: Cascaras y bombitas quemadas.

Ayer, viví una demostración clara de Blando-do, perfecta en su trazo, pinto perfectamente, a Blando-do y a sus productos. Bajábamos de las cumbres nevadas de una estación de esquí, en el coche viajábamos yo, mi señora, mi hija de 8 años, una amiguita y la mamá. Nevaba suave desde hacía horas, el viento arreaba, sacudiendo a la nieve y el frio mordía, la carretera estaba despejada, no habia aviso de placas de hielo y en teoría, estaba despejada por completo. Salí del estacionamiento y constate que llevaba, trafico adelante, unos cinco coches, la visibilidad era muy mala, deje unos cien metros, de separación con ellos y me dispuse a mantenerme en el asfalto. Viejas experiencias, me levaron a mentalizarme: no tenia pedal de frenos, solo el acelerador y los cambios, las ruedas eran nuevas y mentalmente, recordé al Canario. Si pasaba cualquier cosa, debía recordarlo, los frenos no servirían para nada, no debía pesar el pedal. Por momentos, se cerraba tanto, que no veía ni las luces del coche que tenia adelante, que por otra parte, el muy payaso, no llevaba las luces de posición ni las de mala visibilidad y tenia quemadas dos luces de freno, solo le quedaba una luz y era mi única referencia de distancias, lo habría matado al imbécil, por tamaña desidia, por esa falta absoluta de cualquier responsabilidad, educación, decoro ni nada, un producto de Blando-do, ni más ni menos. Entonces, otro producto de Blando-do, empezó a adelantar, ni que fuera Mika Hakkinen, a ciegas el bastardo, jugándose su vida que no valdrá nada y la de los que iban con él; poniéndonos a todos en peligro, ajeno a todo excepto a su apuro, tendría diarrea, además de ser un retrasado. Mi hija se enojo, arriesgaba su vida y las nuestras, no era justo, no estaba bien y le di la razón. La visibilidad mejora de golpe y estoy muy cerca del imbécil de adelante, vemos claramente, como tiran, cascaras de banana, por la ventanilla; es un fiel representante de Blando-do, no debería sorprenderme para nada. Mi hija vuelve a enojarse, si todos tiramos la basura, la montaña seria un basurero y es la casa de los ciervos, pájaros y demás animales, tenemos que dejarla en condiciones papá, nosotros traemos nuestras cascaras y la basura, ¿Por qué no hacen los de ese coche lo mismo? Son maleducados y no tienen ningún respeto por nada; le dije y estuvo de acuerdo, remato que eran tontos, ella no puede decir nada más grueso, no la dejamos. Y no domina el insulto de llamarlos observadores del Blando-do. La nieve desapareció, la visibilidad era excelente y el coche que me seguía, cuyo piloto( Llevaba una maquina como para habernos adelantado de entrada, pero se puso a cien metros y espero, espero justamente a tener visibilidad, lugar sobrado y entonces, si, pata a fondo y su motor de 3000 cc, naftero y turbinado, me dejo clavado) demostró sabiduría, criterio, responsabilidad y educación; me paso y se perdió carretera adelante. Enganche la autovía y pise casi a fondo, me lleve el reto de mi señora y mi hija, varias veces, querían que fuera más despacio, 140 km por hora les parece una barbaridad y es 20 km por hora pasado el límite de máxima, la cinta de asfalto era casi toda mía y mientras, fue asi, mantuve la velocidad, llegando a nuestra ciudad, el trafico fue espesándose y aminore, ya no daba para correr. Era peligroso para nosotros y para los demás. No observe por un rato Blando-do. Si me agarraban, me clavaban una multa de las lindas y me la habia ganado, me las he ganado antes, me las ganare en el futuro. Hay que tener criterio, hasta para no tirar tus desperdicios por la ventana; para saber que bajando una montaña nevada, correr es idiota y correr cuando se puede y donde se puede y siempre será ilegal y no hacerlo si las condiciones tuyas, de tu coche o la ruta, no son las más, adecuadas. Todo lo contrario a estos, que Blando-do ampara, genera y expande impúdicamente.

martes, 21 de enero de 2014

Blando-do.

Blando-do puede traducirse como Camino suave, tierno o cobarde. Y Blando-do, es lo que aprendemos actualmente, en prácticamente todos los ámbitos de la vida. Lo disfrazamos de duras actividades, muy necesitadas de coraje pero que no requieren tanto o son simplemente una falacia. Blando-do se ha impuesto, justamente por su taimada condición que le permite disfrazarse de una dureza implacable que es solo un espejismo. Creemos que somos duros, que estamos preparados para hacerle frente a la vida y sus desafíos y vaivenes, pero no es cierto; basta que se nos muera un perro, nos echen de un trabajo asqueroso, nos deje una pareja o ya ni les cuento, si muere un abuelito, al que le llego la hora; para que nos desmoronemos como un castillo de cartas. Blando-do nos ha hecho dejar de temer a las drogas y nos hizo creer tan astutos que nos lleva, a consumirlas, a lo loco, cada día más y después, andamos como espectros, sombras de nosotros mismos, dando tumbos si hay suerte o muriendo olvidados, la mayoría de las veces, consumidos física y mentalmente. Acá, Blando-do, les hace decir a muchos que están leyéndome, que ellos controlan, que un tirito o un porrito no hacen nada, Blando-do, ya los tiene del cuello, bien aferrados, suerte amigos, ustedes se lo buscaron y no serán, enfermos en el futuro, están abrazando al veneno que les hará perder la familia, el trabajo, los amigos, la dignidad y hasta la vida. Libremente e idiotamente, seguidores fieles del Blando-do, que proporciona excusas y nunca reparte responsabilidades. Que es una característica básica del Blando-do, sus creyentes, seguidores y practicantes, nunca son responsables de nada, porque jamás, se les pidió que lo fueran. Ni en la escuela, ni en casa, ni en el liceo, ni en la universidad, calentando el asiento, copiando en internet y repitiendo como papagayos retrasados, avanzan impúdicos, ignorantes que creen ser doctos, la peor ignorancia posible y viven si creer que deban rendir cuentas a nadie, por nada. Nadie les educo, desconocen que es la educación, los valores, no saben que es la disciplina, que ahora es una furcia denostada, no imaginan que para ser respetado hay que respetar ni que el esfuerzo, sacrificio y superación, dependen de cada uno y no se regala en ningún lado. Blando-do, infecta a todos y cada uno de los miembros de esta sociedad que hemos construido y hacemos y mantenemos cada día; porque somos nosotros, quienes la hacemos, con cada acto y cada gesto, pero Blando-do promulga que es culpa de nuestros abuelos, padres y políticos. Y esto viene bárbaro, la culpa es de otros, no mía, zafe limpito y puedo seguir lamentándome de lo mal que va todo porque no fui yo, quien provoco ni genero, esto, fueron otros. Es genial, ¡genial! Blando-do es sutil, extremadamente sutil. La mayor perversidad es que casi nadie se percata, y algunos de los que si lo hacen, dan la guerra por perdida, no se suman al Blando-do, no, pero es como si lo hicieran porque al no hacer nada, favorecen a Blando-do, que a la sordina sigue su trabajo, solapado, paciente y efectivo. Juega con esa gran baza, que es la debilidad de carácter, compulsiva, de los humanos si no se trabaja desde muy chiquitos, desde bebes y ay, eso es: ¡una blasfemia! Los jóvenes tienen que ir a su aire, pobrecitos, de lo contrario, su mente se atrofia, ¡válganos Dios! Y con más razón los niños, enseñarles disciplina, responsabilidad, educación y demás torturas psicológicas y físicas que encima son inútiles, solo provoca desanimo, falta de ganas y desidia, comprobado, por eso recurrimos a Blando-do, con él, los jóvenes están perfectamente adaptados a esta excelente, sociedad nuestra: carecen de educación, no respetan nada, no se esfuerzan por nada, pues desconocen el concepto, no tienen valores ni imaginan que son y son unos inútiles integrales que era el objetivo perseguido, lo que demuestra las bondades de Blando-do en la formación adecuada de las próximas generaciones. Blando-do fue inventado por los vagos e inútiles que siempre han existido, para imponerse a los que trabajaban duro, estudiaban duramente y eran eficaces haciendo lo que sabían. Estos iluminados, una clara minoría y en desventaja, ideo Blando-do a su imagen y semejanza y postularon algunos principios por los cuales regirse. 1- ¡No te esfuerces jamás! 2- Envidiar es más práctico que trabajar y superarse. 3- Exigir resultados es inmoral. 4- Los valores son una sustancia radioactiva, muy peligrosa. 5- Igualar hacia abajo es una necesidad, dado que la mediocridad es la meta. 6-Tener importa más que ser. Léanlos otra vez, en serio, vale la pena, se reconocerán y se enojaran conmigo, claro, dándome la razón, de que observan: Blando-do, aunque no sepan ni que existe, no pasa nada, tranquilos, son mayoría. Esos pocos iluminados, prefirieron cortar camino, hacer trampa o simplemente, esforzarse el mínimo, se fueron introduciendo en distintos niveles y estamentos de la sociedad y fueron propagando su filosofía, captando nuevos adeptos, a quienes privilegiaban, descaradamente. Como ni a mí, me gusta esforzarme, sus ideas fueron prendiendo y extendiéndose a la velocidad de la luz y en menos de tres décadas, dominan claramente, prácticamente al planeta. Blando-do ha conseguido que no dejemos a nuestros hijos subir a los arboles, siempre que tengamos alguno a mano o andar en bici o a caballo, ¡sin casco!. Jamás lo use, ¡jamás! y conservo cicatrices de aquello y añoro repetir; pero le pongo casco a mi hija, ¡si seré imbécil! Un Blando-doka más. Jugábamos con hondas y hacíamos guerras con piedras de verdad, hoy un grupo de niños hace eso y los internan, ¡son agresivos! Pero les dejamos ver el venenoso futbol donde se recontra matan a patadas, escupen cada medio minuto y se insultan a las respectivas madres y aman a las novias de los otros; porque no vemos que sea violento ni agresivo, es un excelente deporte plagado de valores y ejemplos. ¿Perdón? Vemos a los niños ponerse a jugar a la consola o el PC y les dejamos horas, noches enteras, sin saber si juegan o están hablando con un pedófilo de 50 años que aparece como Nerea de 13 y le muestra las tetas a Pedro de 14, tetas de verdad, de una gurisa de verdad a la que ya el pedófilo viola o violo; ya me dirán como mierda evitamos que Pedro vaya a donde le diga Nerea, ya me dirán y después desaparece Pedro, lo violan, lo matan o que se yo y gritamos indignados. Pero a ningún padre se le ocurre llevarlo a un parque o haberlo enganchado a un deporte que lo saque del sofá o, Dios nos libre, llevarlo a jugar al Rugby, hacer Lucha Libre, Boxeo o Artes Marciales, que aunque contaminadas de Blando-do, siguen siendo muyyyyyyyyyyyyyy peligrosas para el nene, pobrecito, mira si le rompen una uña, aaaaagggggggggggggg, ¡cállate! No lo lleves, a mi hijo, a esas actividades violentas, machistas y degradantes; va a ir a Zumba, conmigo. Jjajajjajajjajjajajaajaj Como si lo viera: el guacho, las hermanas, la madre y el resto de féminas, el nene quiere cagarlas a patadas a todas, bailar es una mierda, pero no quiere lastimar a la mamá, todavía no, ya llegara, todo llega; se la banca, apreta los dientes y evoluciona al ritmo de la música y el fin de semana, patotea a inmigrantes, quema indigentes en un cajero automático o se faja con la hinchada contraria, usando navajas o palos, en las cercanías del estadio y la madre lo lleva al Psicólogo, preocupada, el nene es agresivo y eso es, es, es………¡horrible! Jajjajjajjajjajajajjajjjajajj. ¡Blando-do en sobredosis! Y los niños y niñas en el sofá o contactando con Nereas o tipos grandes que camelan niñas, pagándoles recargas del teléfono, comprándoles cosas, consiguiendo fotografiarlas o grabarlas fingiéndose de edades similares y después, las chantajean para violarlas y todos durmiendo la siesta, Blando-do trabaja con nocturnidad y alevosía, sabe a qué juega y con quien, los humanos son muy maleables, muy crédulos y en la actualidad: imbéciles. Otra característica del Blando-do, es que sus seguidores se quejan sistemáticamente y sistemáticamente, no hacen nada para cambiar el motivo de sus quejas. La sensación de que esta todo el pescado vendido y pudriéndose, pero que, es inútil, hacer algo al respecto, les gana la pulseada antes siquiera de que piensen algo, de intentar ni hablamos. Es una batalla perdida, mientras seamos cuatro locos, quienes apretamos los dientes y nos esforzamos por tener valores, ser disciplinados, enseñar a nuestros hijos a tender la mano y a morder con rabia si los atacan; ser amigos de los amigos y muy declaradamente enemigos de los enemigos; y en general, observar los preceptos que nos enseñaron, aquello de trabajar duro, sacrificarse, superarse, luchar contra la adversidad sin piedad; aunque lloremos de soledad e incomprensión porque los observadores de Blando-do son Legión y mancillan, cosas sagradas, pues los valores lo son, mal que les pese a la mayoría flojita, débil, sumisa, acobardada y poco dada a los sacrificios y si, a poner la otra mejilla, cuando no otra cosa, directamente. Arrodillarse con la boquita fruncida es deporte social, segundo después del consumo de drogas. Yo lucho a brazo partido contra Blando-do, a muerte y seguiré haciéndolo, en la convicción de que no quiero que mi hija aprenda a arrodillarse y chuparla, porque trabajar es duro y sacrificado; ni que ignore que la Educación, los Valores y el Deber Cívico, son imprescindibles. O que ignore tantas cosas que Blando-do promulga como inadecuadas, inútiles y desfasadas. Blando-do podrá con todos ustedes o la gran mayoría, les someterá o ya lo hace y les hará creer que siguen un camino correcto; yo sigo otro, uno plagado de valores, buscando ser cada día mejor, cada día; ser un ejemplo de integridad para Luna y que se sienta orgullosa de mi, cuando ya no esté para acariciarla, retarla, corregirla y educarla, aunque sea una mujer y tenga sus propios hijos, pues ese es el deber de los padres y si no, no tengan hijos, caramba, es de libro. A mí me encontrara de pie, afirmado en el suelo, levemente encogido y apenas agachado; cada tanto me tantea, huye escaldado, el muy cobarde, carece de ninguna valentía, característica sobresaliente de Blanco-do y sus adoradores. Blando-do no es una buena Filosofía a seguir, hay otras, más saludables, todas requerirán esfuerzos y sacrificios, capaz que por eso, todos abrazan a Blando-do, bueno, no todos, algunos resistimos hoy y siempre al invasor. Hay que girar 180 grados y volver a Duro-do, se podría traducir como: Camino fuerte o Camino que resiste. Y es la antítesis de Blando-do. Debemos dejarnos de tanta estupidez, tanta pataleta insustancial y volver a lo importante y hacerlo cuanto antes, nosotros seguramente hemos perdido el tren, pero nuestros hijos, los más chicos, todavía pueden aprender a ser personas y no meros clientes potenciales de miles de empresas que nos venden productos que no necesitamos y los que si son básicos y necesario, están contaminados, no cumplen ninguna normativa de las obligadas y absolutamente nadie, de los que deben velar por su observación, en tanto adoradores de Blando-do, cumple con su obligación y todos, miran para otro lado y ponen la manito, para recibir una ayudita. Blando-do forma y crea ovejas; es asi, criaturas sin cerebro, dóciles, que en manada, sin cuestionar jamás; obedecen a un pastor y cuatro perros. Son esquiladas sistemáticamente y carneadas eventualmente y sus hijos se sacrifican, en aras de sustentar al sistema, Blando-do, que asi se retroalimenta, dispersándose exponencialmente y posicionándose, como claro dominador, de nuestras vidas, nuestra sociedad, nuestros sueños, nuestro futuro y nuestros niños. Pobrecitos, les hemos sacrificado en el altar de nuestra mediocridad, era más fácil observar Blando-do, que rebelarse y luchar, por dejarles, en herencia, algo sustancial e infinitamente, mejor, que esta filosofía absurda, timorata, cobarde, insulsa y castradora de libertades, anhelos, sueños y de las capacidades que como humanos, seguimos teniendo. O deberíamos, seguir ostentando. Blando-do, solo existe, porque se nutre de nuestras miserias y aniquila, las cualidades, que nos trajeron hasta acá, pero es algo nuevo, reciente; en épocas de Atila, Alejandro, Marco Polo, Colon, no existía ni se le permitía hacerlo. La desidia es moderna, es actual y fue el germen del que salió Blando-do, arrancándola de cuajo, estaremos en el camino, en otro camino, distinto a Blando-do. Haber con que salimos, somos capaces de reinventar Blando-do, creando: Neo Blando-do. Somos capaces de lo que nos propongamos y los Gurús de Blando-do, lo saben, por eso se esfuerzan, aunque para ellos sea un pecado, en mantenernos narcotizados, literalmente.

domingo, 19 de enero de 2014

Pervivir.


Ando  perdido,  para  quienes  han  leído  todos  los  post,  saben  los  motivos,  quienes  se  incorporan  e  ignoran  de  que  hablo,  a  leer  y  ponerse  al  día. Las  dificultades,  parecen  multiplicarse  exponencialmente.  Hay  más  obstáculos  que  para  sacarle  una  nena  virgen  al  papá,  la  nena  de  15  años  o  así.  Asusta  al  más  pintado,  ¡júas!  Se  necesita  plata,  dinero,  efectivo;  ¡como  para  todo!   Cualquier  idea,  cualquiera,  choca  contra  el  muro  de  no  tener  un  mango,  partido  por  la  mitad.  Y  asi  es  difícil,  muy  difícil,  ¡imposible!                                                                       Como  está  claro  que  mis  posibilidades,  tienden  a  menos  mil;  como  tengo  claro  que  siempre  ha  sido  asi,  fue  y  es  asi,  entonces,  como  siempre,  porfiare  y  seguiré  buscándole  la  vuelta.  Es  lo  mejor  que  tengo  para  hacer,  divertirme, sentirme  bien,  escribir  historias  que  igual  les  gustan  a  ustedes  o  a  otros  y  pasar  el  tiempo  entretenido,  creando  situaciones  que  atrapen,  hagan  llorar,  emocionen,  les  lleven  a  pensar  y  hasta  les  transporten,  a  otras  épocas. Ahora  estoy  inmerso  en  La  Invasión  de  la  Tierra,  en  la  vida  de  los  sobrevivientes,  condenados  a  vivir  en  una  nueva  edad  de  piedra.  Ya  no  hay  electricidad,  coches,  teléfonos,  ordenadores,  hospitales  ni  siquiera  existen  los  países,  ni  escritores,  jajajjajja.   Y  disfruto  recreando  esa  sociedad,  sus  gente,  sus  vestimentas,  sus miserias  y  sus  grandezas  que  son  las  nuestras,  exactamente  las  mismas.  No  está  mal,  para  un  niño  de  Canelones,  Uruguay,  afincado  en  el  destierro,  en  Valencia,  España;  nada  mal. Asi  pasare  mi  cumpleaños  número  44,  disfrutando.  Felicitaciones,  regalos,  torta,  Lunita  y  escribiendo  que  es  viajar,  sin  hacerlo. No  es  que  importe  el  destino  o  el  viaje,  ni  siquiera  el  camino,  para  mí,  solo  importa,  que  siga  siendo  el  mismo  niño  que  creía  que  podría  con  todo  y  no  se  amilanaba  ante  nada.  Exactamente  no  soy  aquel  niño,  pero  lo  tengo  acá,  disfrutando  de  la  pelea,  sin  contemplar  la  derrota,  ya  esta  derrotado,  nació  derrotado  y  por  eso,  cualquier  resultado,  es  una  victoria. De  ultima,  son  libros  que  podrá  leer  Luna,  en  unos  años  e  historias;  con  que  le  generen  una  emoción,  una  sola,  habré  ganado.   Pervivir  va  de  eso,  ni  más  ni  menos,  de  seguir  estando  vivo  y  sintiéndote  como  tal.

miércoles, 8 de enero de 2014

No tengo chancletas.


Ayer  llegue  a  la  Sala  donde  está  el  tatami,  temprano,  15  minutos,  suelo  llegar  incluso  antes.  En  el  corredor,  padres,  madres,  abuelos  y  abuelas,  esperaban  que  los  niños  terminaran  de  hacer  Judo.  Salude  a  los  conocidos,  nos  felicitamos  y  me  quede  esperando;  empiezan  a  salir  los  niños,  el  tercero  en  hacerlo  es  Marck,  viene  descalzo,  las  zapatillas  en  una  mano  y  la  mochila  en  la  otra.  Tiene  10  años,  es  inteligente,  travieso  y  valiente;  se  suma  a  nuestra  clase  los  viernes,  se  para  delante  de  cualquier  adulto  y  lo  intenta  y  eso  le  hace  especial. 

-¿Qué  heces  descalzo?-

-Mmm…eehhh...no  tengo  chancletas.-

-Ponete  las  zapatillas  antes  que  me  enoje  y  te  encuentre  algún  castigo,  dale.-  Se  apoya  en  la  pared  al  instante  y  se  calza,  apretó  mas.-  Sabes  que  descalzo  no  salimos  del  tatami;  además  es  invierno  y  hace  frio,  esta  es  gratis,  si  te  vuelvo  a  ver  descalzo,  ya  tendré  algo  pensado  como  premio.  Y  abrígate,  haceme  el  favor.  Raja.-  Y  Marck  se  va  al  vestuario  con  una  sonrisa  socarrona,  tipo:  voy  a  crecer  y  serás  mas  viejo,  ya  verás  cuando  eso  pase.

-Los  hijos,  los  hijos,  cuanto  trabajo  dan.  Te  hizo  caso  de  inmediato,  le  estas  educando  bien.-  Un  padre  que   vio  todo  y  escucho  mi  dialogo  con  Marck  y  que  no  me  conoce.

-No  es  mi  hijo,  como  si  lo  fuera.  Todos  son  hijos,  no  les  trato  diferente  que  a  mi  hija,  les  enseño  lo  mismo  y  les  exijo  igual.   Es  un  compañero,  un  niño  que  me  ve  como  ejemplo,  refuerzo  lo  que  enseñan  las  Profesoras.  Si  veo  algo  que  está  mal,  lo  corrijo,  no  miro  para  otro  lado  y  finjo  que  no  está  pasando;  es  mi  responsabilidad  y  mi  deber  hacerlo  y  de  paso,  cuidar  de  los  enanos  y  no  tan  enanos.

-Eso  está  muy  bien,  que  lastima  que  no  se  haga  asi  en  general.-

-Bueno,  no  todos  son  Judokas.-

-Obedeció  rápido,  eso  cuesta  mucho,  el  mío  es  terco  como una  mula.-

-Confía  en  mí,  me  conoce,  no  me  tiene  miedo  y  sabe  que  es  divertido  entrenar  conmigo,  si  se  comporta;  también  sabe  que  en estos  temas,  es  mejor  no  intentar  jugar  conmigo,  pero  lo  más  importante  de  todo,  es  que  sabe  que  estaba  haciendo  algo  mal  o  inadecuado  o  que  no  queremos  que  haga,  lo  sabe,  se  le  ha  explicado  y  porque;  entonces,  lo  hace  y  si  lo  descubren,  no  discute.  Con  el  tiempo  no  hará  eso  ni  otras  cosas,  es  la  base.-

-¿Y  eso  con  todos  los  niños?-

-Todos,  sin  excepciones.-

-Este  es  el  mío,  te  lo  encargo.-

-No  hace  falta,  ya  lo  adopte.-

-Gracias,  no  sabía  que  era  tan  asi,  claro  que  me  gusta,  es  lo  que  quiero  para  mi  hijo,  por  eso  lo  traigo  a  hacer  Judo.  Nos  vamos,  un  placer,  nos  vemos  por  acá.-

-Perfecto,  nos  vemos.-

Antes  de  ser  padre,  los  padres  me  decían  que  no  podía  opinar,  no  tenía  hijos;  ahora  tengo  una  niña  de  8  años  y  ¿saben?  No  cambio  nada.  ¿Qué  madre  o  que  padre,  no  estará  encantada/o  de  que  obligue  a  su  hijo/a   a  no  andar  descalzo  y  a  abrigarse?  ¿Y  cuál  no  estará  encantado  de  que  les  haga  estudiar  mas  y  portarse  mejor  en  casa?  Todos  estarán  a  favor  de  estas  cosas  y  otras  más,  están  a  favor  y  hasta  ven  con  buenos  ojos  que  reforcemos  activamente  la  disciplina  básica  y  la  mejoremos.  En  cada  ocasión  que  hablo  con  los  padres,  refuerzo  mas  esa  convicción  pero  además,  ahora  soy  padre  y  tengo  una   enana  de  8  años  en  casa,  verdadero  banco  de  pruebas. Y  aunque  sea  raro,  casi  nadie  lo  haga,  sea  algo  olvidado  o  directamente  no  enseñado,  yo  sí,  que  sigo  haciéndolo  porque  Judo  es  todo,  principalmente  educar  y  formar  a  los  enanos  que  mañana  serán  Judokas  y  hacerlo  bien  y  correctamente  debería  ser  una  obligación  y  un  placer,  de  todos  los  que  llevamos  una  telita  de  color  negro  rodeándonos  la  cintura,  que  solo  sirve  para  atar  la  chaqueta,  para  muchos;  pero  es  infinitamente  mucho  más  que   eso,  como  un  padre  descubrió  anoche,  reforzándole  la  idea  de  que  su  hijo  está  en  buenas  manos  y  aprenderá  muchas  cosas  muy  necesarias,  para  su  desarrollo  y  crecimiento,  sano,  pues  aprende  Judo.

sábado, 4 de enero de 2014

Dando ejemplo, formando.


Estaba  entrenando  esta  semana,  el  miércoles,  y  me  volví  a  dar,  un  buen  golpe,  en  los  dedos  del  pie  izquierdo.  No  los  llevaba  vendados  porque  me  pareció  que  ya  estaban  bien,  casi  no  dolían  ya,  hasta  que  volví  a  lastimarme. Pedí  a  mi  compañero  un  minuto  y  me  vende,  el  espadrapo  no  es  como  el  que  usaba  de  joven,  este  no  aguanta  nada,  tiene  menos  pegamento  y  es  más  blando.  Además  el  sudor  no  ayudaba  en  nada,  todo  lo  contario. Querían  que  parara  y  me  negué;  seguí  con  el  Randori  (Parecido  a  un  combate)  con  una  excelente  suerte:  mi  compañero  me  planto,  su  patita,  sobre  la  zarpa  machucada  y  me  quede  convertido  en  Garza,  saltando  sobre  la  zarpa  buena.  Por  supuesto,  seguí,  termine  ese  Randori  e  hice  los  otros  tres. A  la  ducha  fui  rengueando  aunque  me  dolía  menos  y  en  parte  ese  era  el  motivo  de  haber  seguido  entrenando,  si  paraba,  dolería  mas  y  durante  mas  días,  si  seguía  e  ignoraba  al  dolor,  este  remitiría  antes.  Alguno  de  los  muchachos,  muy  jóvenes,  comentaron  que  no  habia  ninguna  necesidad  de  sufrir  y  les  mire  evaluándolos,  decidí  que  no  están  preparados  ni  para  sufrir  ni  para  que  les  cuente  esta  historia,  no  está,  la  que  viene  a  continuación.  Pero  antes,  les  contare  a  ustedes,  como  estaba  mi  estado  físico: Dedos  del  pie  izquierdo,  excepto  el  chiquito,  doblados.  Hombro  derecho  con  dolor  y  picos  fuertes.  Bíceps  del  brazo  derecho  molestándome. Dedo  medio  de  la  mano  izquierda,  con  la  ultima  falange  hinchada.  Abductor  de  la  pierna  derecha,  cerca  de  ingle,  con  muchas  molestias. Sufrir  es  algo  que  hago  cada  clase,  cada  día  de  Judo,  desde  que  me  reenganche,  todavía  fuerzo  al  motor,  buscando  mejorar  las  prestaciones;  algo  que  solo  conseguiré  si  sufro  un  poquito,  apenas  nada. Después,  si  sobrevivo,  no  sufriré,  apenas  nada  y  podre  disfrutar  más,  todavía,  del  Judo.  

La  historia  tiene  como  protagonista: al  Sensei  Luis  Ángel  Firpo.  Desde  que  la  recordé,  vengo  intentando  reflotar  más  datos  de  mi  memoria,  algunos  fueron  apareciendo,  pero  no  todos,  no  queda  más  remedio  que  plasmar  lo  que  recuerdo  por  escasos  que  sean  los  datos,  básicamente  porque  creo,  firmemente  que,  esa  nochecita  de  Montevideo  y  los  días  siguientes,  entendí  y  comprendí,  algunas  cosas  que  de  otra  manera,  en  mi  caso,  no  habría  visualizado.                                                                                                     El  Viejo  Firpo,  hacia  Randori  y  se  dejaba,  como  siempre.  Caía,  levantaba  pero  no  tiraba  y  en  general  se  dedicaba  a  volver  locos  a  sus  compañeros.  Uno  de  los  alumnos  lo  tiro,  y  le  cayó  arriba,  fue  evidente  el  gesto  de  dolor  y  la  mano  derecha,  pegada  al  lado  izquierdo,  abierta,  apoyada  en  las  costillas.  Se  negó  a  parar  ni  a  considerar  ningún  argumento  y  siguió  el  Randori  pero  muchas  cosas  habían  cambiado,  muchas.  Para  empezar,  habia  bajado  el  centro  de  gravedad,  se  movía  menos,  usaba  el  brazo  derecho  mucho  y  casi  no  movía,  el  brazo  izquierdo.  Ya  no  le  levantaban  y  proyectaba  al  compañero,  sin  solución  de  continuidad,  imposibilitado  ni  de  agarrar  el  Judogui,  del  Sensei.  El  que  le  habia  lastimado,  pago  cara  su  arrogancia,  sufrió  más  caídas  que  nunca,  a  manos  de  los  Judokas  de  mas  grado  que  se  emplearon  a  fondo,  le  dieron  una  verdadera  tunda.  El  viejo  Firpo,  hizo  varios  Randoris  mas,  termino  la  clase  y  tras  ducharse,  su  amigo  Crespo,  Doctor,  le  llevo  al  Hospital  de  Clínicas  donde  las  radiografías  mostraron  dos  costillas  quebradas.                                                                                                     No  se  perdió  ninguna  clase;  apareció  con  una  cámara  de  bicicleta,  se  vendo  comprimiendo  el  torso  y  rodeando  un  hombro,  para  que  no  se  bajara,  su  amigo  Crespo  le  ayudaba  sin  dejar  de  decirle  que  era  una  maldita  locura;  pero  vendaba  al  amigo  y  al  Sensei,  sabiendo  que  las  costillas,  no  se  pueden  vendar.   Daba  la  clase  y  participaba  de  los  Randoris,  exactamente  igual  que  siempre  y  le  dolía,  le  dolía  una  barbaridad,  sin  analgésicos  ni  ningún  calmante.    Inevitablemente  un  alumno  le  pregunto  el  sentido  de semejante  sacrificio,  cuál  era  el  despropósito  y  si  habia  algo  que  aprender  de  verle  hacerlo.                                                                                               “Si  no  te  probas,  nunca  sabrás  hasta  donde  podes  llegar,  si  yo  puedo,  todos  ustedes  pueden.  Me  faltan  a  la  clase,  por  un  dedito  torcido,  un  golpe  o  una  uña  rota  y  con  esas  lesiones  se  puede  entrenar,  cuidándolas  y  no  perder  clases.  Un  Judoka  llega  tan  lejos,  como  la  calidad  de  sus  compañeros,  se  lo  permita;  el  grupo  es  fundamental,  tener  con  quien  entrenar,  es  básico.  No  te  preguntes  porque,  lo  hago,  pregúntate,  si  serias  capaz  de  intentarlo,  aunque  yo  no  te  lo  permitiría,  claro.” 

Me  llevo  algo  de  tiempo,  hasta  descubrirme,  evaluando  una  lesión  y  decidiendo  que  seguía  entrenando;  básicamente  porque  no  eran  dos  costillas  rotas;  apenas  un  dedito  o  dos;  un  buen  golpe  o  una  torcedura;  saber  que  le  estaba  imitando,  también  con  las  lesiones. Siempre,  que  me  lesiono,  me  viene  a  la  mente  el  Sensei  cayendo,  el  ruido  de  las  costillas  al  ceder,  el  resoplido  con  el  que  se  paro  y  como  se  transformo  y  durante  un  par  de  meses  fue  montaña  y  océano,  inabarcable.  Hasta  recuperarse  fue  imposible,  imposible,  siquiera  ganarle  un  agarre,  mucho  menos  levantarle  y  ni  hablar  de  proyectarle. Repuesto  volvió  a  ser  el  afable  veterano,  pisaba  los  50,  que  no  era  inquietante  ni  peligroso;  era  el  Sensei,  pero  estaba  lejos  de  ser  un  tipo  duro.  Jejejejejejjejejej,  blando  no  era  ni  durmiendo.                                                                                                 Dos  décadas  y  media  después,  mientras  escribo,  con  el  muy  viejito,  74  años;  se  que  no  soy  ni  cerca,  ni  cerca,  la  millonésima  parte  de  duro  ni  alcanzare  jamás,  su  Sabiduría   del  Judo;  pero  hasta  hoy,  sus  enseñanzas  junto  a  las  de  otros  Senseis,  me  posibilitan  subirme  a  un  tatami  y  no  pasar  vergüenza  y  a  caminar  por  la  vida.  Yo  solo  juego  a  ser  duro,  vendándome  un  pie  y  soportando  algo  de  dolor;  él,  nos  enseñaba  a  ser  duros, sacrificados,  a  superarnos,  amables,  corteses  y  a  dejarse,  dejar  al  compañero  intentarlo,  de  una  manera  muy  efectiva:  dando  ejemplo.