En
esta vuelta u
oportunidad, voy a
escribir de un
símbolo de quienes
hacemos Judo, el
que nos legara
Jigoro Kano. La
Fuerza. Pero no
la fuerza meramente
física, que también
se necesita, no,
yo me refiero
a una mezcla
de cosas, que
llamo Fuerza y
nos hace levantarnos,
por dura que
haya sido la
caída o por
llevar muchas y
costarnos, girarnos, hemos
quedado boca arriba
en la mayoría
de los casos,
si estamos de
costado o boca
abajo, no cambia
mucho; hay una
manera correcta de
hacerlo, y quien
la sabe la
hace, quien no,
no hace más
que levantarse de
cualquier manera. Y
hay que levantarse
rápido, muy rápido,
a toda velocidad,
preparado para seguir
lo que se
esté haciendo. Él
Judogui, se arregla
a la carrera,
se pone bien,
en los descansos,
antes de tomar
agua o de
hacer cualquier otra
cosa y el
cinturón de un
Judoka, ¡Jamás! Se
suelta y cae
al suelo cual pájaro muerto.
Antes cae desmayado
su portador, ¿Por qué?
Hay un lindo
motivo, profundo, que
no desvelare, los
que hacen Judo,
pueden averiguarlo, si
quieren; los que
hacen Judo de
Jigoro Kano, lo
aprenderán con seguridad. Fuerza es
llegar puntual, 5
minutos antes; con
las uñas cortas
y habiéndose duchado,
antes de ponerse el
Judogui. Fuerza es
no faltar a
clase, salvo fuerza
mayor: deceso de
familiar, enfermedad seria, tirando
a grave y lesión que
impida, entrenar. Por
trabajo o estudios,
también se puede
faltar. Fuerza para
ser benévolo, con
el débil, el
chico, el que
sabe menos o
quien ya tiene
mucho almanaque encima;
Fuerza para buscar
a los grandes,
fuertes, técnicos y
que te hacen
de goma y
hacerlo con ganas,
predisposición y entendiendo
el privilegio. Fuerza para
ser constante, metódico,
obediente, disciplinado e
invertir tiempo en
tu formación, como
ser humano; cualquiera
da una trompada
o una patada,
nosotros nos guardamos
lo que sabemos
y nos vamos
a casa, si
podemos y nos
dejan. Tenemos una
técnica especial, pulida,
trabajada hasta la
extenuación, es un
arma poderosa y
eficaz y siempre
preferimos no mostrarla,
no usarla, conscientes
de las heridas
que podemos causar,
si lo hiciéramos
o si todavía no
lo somos, adiestrados
en el Dojo,
por nuestro Sensei,
a que no
se usa nada
de lo aprendido
sobre el tatami,
fuera de este. Podría llamarle
Espíritu, perfectamente, pero
resulta un tanto
etéreo y siempre
fui más de
la contundencia, por
eso me cuesta
tanto aprender las
enseñanzas de Jigoro
Kano y sus
sutilezas. Fuerza para
perseguir tus limites
físicos, mentales y
espirituales; para ser
cada día más
fuerte y por
lo tanto, cada
día más Educado,
Cortes, Respetuoso y
Considerado con el prójimo; ser
fuerte no te da derecho
a ser un
imbécil, prepotente y
nosotros no somos
así, es la
antítesis de lo
que queremos ser.
Nosotros, cuidado, los
que sabemos quién
es Jigoro Kano,
pero no solo
que era Japonés,
sabemos algunas cosas más. Fuerza la que
nos da, sabernos
capaces de repeler
una agresión y
con eficacia, tan
cuestionada en muchas
ocasiones. El Judo
es Fuerza y
es mucho más.
Cuando te ves frente a un grupo de niños y lo primero que te propones mejorar, es el saludo colectivo, ves que hay que trabajar, les cuesta, pero ellos, ven, que no vas a darte por vencido y cuando van ganando armonía y aquello se parece a un saludo en condiciones, se motivan y la mejoría es rápida. La Fuerza es convicción, si mis compañeros y los compañeros del Sensei, podían, ¿Por qué no podremos nosotros? En tres meses y algo, es un saludo que envidian muchos y querrían para sus alumnos, nadie los ve, sus padres y madres, mi Sensei; no lo hice para dar envidia, lo hice para demostrarles que trabajando juntos, progresaríamos. Fuerza, muy necesaria para afrontar los obstáculos y progresar, todos, colectivamente, no hay Judo, no quiero ser pesado, pero el de Jigoro Kano; sin un grupo, un Judoka, lo es, en función de un grupo. La Fuerza es el grupo, como no. Aunque se puede hacer Judo solo, técnico y de otros aspectos. Fuerza es también: trabajo, superación sacrificio, risas, inteligencia estrategia, táctica, decisiones, asumir riesgos, madurar, flexibilidad y no solo física, coraje, valores, protocolos; hacerlo bien a pesar de que no te miren ni vayan a saberlo; la Fuerza al ser un componente del Judo, se parece a este y resulta difícil de definir correcta y adecuadamente. Lo que más grafica, muestra, a la Fuerza, es ver a un Judoka levantarse, cuando la clase está por terminar y cada caída, pesa como una losa, ninguno se queda tirado, arriba y a seguir; eso requiere mucha Fuerza. Como la Vida, ni más ni menos.
Cuando te ves frente a un grupo de niños y lo primero que te propones mejorar, es el saludo colectivo, ves que hay que trabajar, les cuesta, pero ellos, ven, que no vas a darte por vencido y cuando van ganando armonía y aquello se parece a un saludo en condiciones, se motivan y la mejoría es rápida. La Fuerza es convicción, si mis compañeros y los compañeros del Sensei, podían, ¿Por qué no podremos nosotros? En tres meses y algo, es un saludo que envidian muchos y querrían para sus alumnos, nadie los ve, sus padres y madres, mi Sensei; no lo hice para dar envidia, lo hice para demostrarles que trabajando juntos, progresaríamos. Fuerza, muy necesaria para afrontar los obstáculos y progresar, todos, colectivamente, no hay Judo, no quiero ser pesado, pero el de Jigoro Kano; sin un grupo, un Judoka, lo es, en función de un grupo. La Fuerza es el grupo, como no. Aunque se puede hacer Judo solo, técnico y de otros aspectos. Fuerza es también: trabajo, superación sacrificio, risas, inteligencia estrategia, táctica, decisiones, asumir riesgos, madurar, flexibilidad y no solo física, coraje, valores, protocolos; hacerlo bien a pesar de que no te miren ni vayan a saberlo; la Fuerza al ser un componente del Judo, se parece a este y resulta difícil de definir correcta y adecuadamente. Lo que más grafica, muestra, a la Fuerza, es ver a un Judoka levantarse, cuando la clase está por terminar y cada caída, pesa como una losa, ninguno se queda tirado, arriba y a seguir; eso requiere mucha Fuerza. Como la Vida, ni más ni menos.