La vida de
Felipe no es
nada fácil, y
no es una
exageración, Felipe es Cuadripléjico. Para
el no es
ninguna novedad pues
no conoce otra
cosa, pero entiende
perfectamente sus limitaciones
y que estas
coartan su libertad
de movimientos. Y
no es que
no le importe
no poder hacer
lo que hacen los
niños que están sanos,
él prefiere refugiarse
en los libros y
vivir aventuras con
su imaginación. En
esas aventuras puede
correr y nadar y
saltar de los
arboles e ir
adonde quiera y
hacer cualquier cosa.
Su cuerpo maltrecho
se quedaba en
la cama y
él se iba
de viaje a
lugares remotos a
vivir aventuras extraordinarias: cruzar pantanos
con arenas movedizas
y serpientes escapándose
de la justicia;
correr al lado
de un pirata
y sus hombres
que querían raptar
a una doncella;
sentarse junto al
fuego del hombre
que vivía solo
en una isla;
perseguir al temible
elefante que mataba
hombres; caer junto
a un montón
mas de jóvenes
en medio de
los Andes. Y
tantas y tantas
otras aventuras, que
además podía vivir
cuantas veces quisiera,
bastaba con agarrar
el correspondiente libro
y ponerse a leer.
Le gustaba sentarse
cerca de los
fuegos de las
historias, aunque, el,
nunca lo hacía
de espaldas a los
mismos. Solía ser un momento
mágico, de relajación
después de un
dia duro, tenía
algo que le
atraía. Cuando no había fuego
intentaba comprender que
tan incomodo se
estaba mojado, hambriento,
titiritando de frio
para eso hacia
exactamente lo que
hiciera el protagonista.
Como Felipe tenía
un estado de
salud general bastante
precario, sus padres
procuraban proporcionarle todos
los cuidados necesarios,
algunos en contraposición de
su gusto por
leer y viajar
con la imaginación,
que en principio,
no es peligroso,
si Felipe no
se las ingenia
para destaparse y
sentir un poco
de frio o
deja de usar
el respirador para
sentir un poco de
ahogo. Por poner
solo un par
de ejemplos de
la tenacidad del
muchacho por solidarizarse
con sus compañeros
de aventuras.
Podía vivir las
mismas aventuras una
y otra vez
o sumar nuevas: la del principie
esclavo; el agente
del FBI de
origen siciliano; la
de la chica
que se convierte
en agente secreto;
la del mexicano
que cruza nadando
la frontera; la del bárbaro que
no teme a
nada que su
espada pueda cortar;
la del futbolista
que es buena
persona; la de los dos
locos que van
por Oriente Medio
metiéndose en líos;
la del monje
blanco; la del esclavo que
hacia tambalear un
imperio; la del
guerrero tuerto; la
del agente secreto
anti héroe; la
del Apache blanco;
la de los
soldados británicos en
Birmania; la del
superviviente que debe
vivir en un
mundo donde mandan los
mutantes y tantas
otras.
Leer le alivia,
como bien sabe
su madre, le
hace menos pesado
el estar atrapado
en ese cuerpo y
en esa cama.
Felipe tiene el
sueño de dormirse
un dia y despertar
en un cuerpo
sano en medio
de cualquier aventura
de las que
suele leer y tanto
tanto deseaba que se
cumpliera su sueño
que un dia
se durmió y
ya no despertó,
estaba demasiado entretenido
viviendo las aventuras
que tanto le
gustaban como para
volver.